Starbucks Coffee en México, nueva polémica
Global Exchange: la firma dirá que se porta bien,
pero los productores no se benefician
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 23 de agosto. Cuando Starbucks Coffee
International abra sus primeras tiendas en la ciudad de México,
a finales de este verano, la gigantesca cadena ofrecerá, junto con
café de importación, grano cultivado de sombra y producido
en la reserva de la biosfera El Triunfo, en Chiapas; algunos críticos
en Estados Unidos, sin embargo, señalan que la empresa debería
vender en el vecino país sólo producto mexicano.
La comercializadora trasnacional de café, con sede
en Seattle y que compra casi 1 por ciento de todo el grano producido en
el mundo, anunció en febrero la formación de una empresa
mixta con Alsea SA de CV para abrir sus tiendas de venta por todo México.
La firma se describe como la más grande comercializadora y tostadora
de "cafés de especialidad" en el orbe, con más de 5 mil expendios
en América del Norte, Europa, Oriente Medio y la cuenca del Pacífico.
Las tiendas de Starbucks que se abrirán en México
a finales de agosto serán las primeras de unas 20 que se instalarán
en los próximos dos años, en la primera fase de una expansión
mayor de la llamada experiencia Starbucks en América Latina,
según la empresa. "Ya que México es uno de los países
de origen en América Latina de donde obtenemos nuestros cafés,
estamos entusiasmados con presentar la experiencia a este mercado
tan importante", explicó el presidente de la firma, Peter Maslen,
al anunciar la estrategia.
En
Estados Unidos esa experiencia incluye ofrecer una amplia gama de
cafés, de diferentes mezclas y orígenes, variedades de tueste
para llevar y más de una docena de preparaciones de la bebida (capuchinos,
exprés, etcétera) a precios de entre uno y cuatro dólares
por taza.
Una variación de café que Starbucks vende
es "cultivado de sombra-México", certificado como orgánico
y producido por unos 700 cultivadores en seis cooperativas en El Triunfo,
según la versión oficial. Este café, producido como
parte de un proyecto parcialmente financiado por Starbucks y planificado
por la organización ambientalista estadunidense Conservation International,
tiene la intención de detener la destrucción de la selva
y promover el cultivo del grano con prácticas que conservan tierra
y agua.
Conservation International afirma que los cultivadores
de este programa reciben un precio hasta 60 por ciento más alto
por su producto del que podrían obtener en los mercados locales.
Desde que se estableció el programa en 1998, según esta organización,
las tierras de cultivo de café conservadas como selva se han incrementado
220 por ciento y las exportaciones mexicanas de este tipo de grano fueron
50 por ciento más que el año anterior.
Los voceros de Conservation elogian el éxito de
este proyecto y señalan que Starbucks se ha comprometido a ampliar
las compras de este tipo de café de sombra de otros países
en América Latina, Asia y Africa.
Pero los críticos de esta campaña, como
Deborah James, directora de asuntos de comercio justo de la organización
estadunidense Global Exchange, sostienen que Starbucks no está haciendo
lo suficiente. Se proyectó que la producción mundial de café
se incrementaría 10.8 por ciento en el próximo ciclo de cosecha
(2002-2003) para llegar a un total de 124 millones de costales (cada uno
de 64 kilos). Como resultado, habrá más producto en el mercado
mundial, con lo que se espera que los precios para los productores bajarán
una vez más.
La caída de estos precios en el mercado internacional,
como ha reportado La Jornada, ha provocado una creciente crisis
entre los cultivadores de México y otros países, y se han
deteriorado más las economías rurales, obligando a más
personas a emigrar a Estados Unidos.
"Starbucks reiterará que se ha portado muy bien
(con los cultivadores)", afirma James a La Jornada. "Pero los productores
no se han beneficiado". Aunque el precio pagado a éstos en México
y otros países se ha desplomado rápidamente, las utilidades
de Starbucks siguen al alza.
James elogió a Starbucks por su decisión
de enfocarse al café chiapaneco de sombra y de otro tipo conocido
como "comercio justo", por el que a los cultivadores se les paga un precio
mínimo -que es más del triple de lo que normalmente recibirían-,
pero James se pregunta por qué Starbucks no puede comprar mucho
más de este producto de mayor precio. "Los dos a tres dólares
que uno paga por una taza de café Starbucks en Estados Unidos es
más de lo que gana la mayoría de los productores en un día",
afirmó.
Starbucks compra más de 100 millones de libras
de café al año, pero según James, el año pasado
la empresa estaba dispuesta a adquirir un millón de libras del café
de comercio justo. Empresas más pequeñas, como Equal Exchange,
están comprando más de 1.5 millones de libras de café
de esa clasificación.
"Nuestro objetivo fundamental es que los cultivadores
que están produciendo esta cosecha comercial -no es un producto
alimentario, es una droga- se beneficien", afirmó James. "Si Starbucks
está por ampliar su presencia en un país productor de café,
debería comprometerse a que todo el café que venderá
ahí sea el producido por cultivadores en ese país, a quienes
se les pagará un precio justo por su trabajo. Y la única
manera que uno tiene para garantizar esto es que todo el producto sea café
certificado como de comercio justo".
Esta caracterización, responde Starbucks, ignora
la diferencia entre los tipos de café disponibles en los mercados
internacionales. El precio del café está a niveles muy bajos
(unos 43 centavos por libra) pero el café adquirido por Starbucks
es del mercado especializado, donde los precios son mucho más altos.
"Starbucks paga un promedio de 1.20 la libra para todo el café que
compramos, que tiene un precio fijo, ese es un 70 por ciento del café
que adquirimos", explicó Sue Mecklenburg, vicepresidenta para Responsabilidad
Social Corporativa de Starbucks, en entrevista con La Jornada.
Ese monto es comparable con los precios que el sistema
de Café Certificado de Comercio Justo paga a sus productores. Starbucks
también vende el llamado Café Certificado de Comercio Justo,
pero Mecklenburg señaló que el movimiento pro comercio justo
del café sólo representa a 1 por ciento de los cultivadores
de café en el mundo y, en efecto, sostuvo, Starbucks paga un precio
más alto a un grupo mucho más amplio de cultivadores en todo
el planeta. Starbucks, dijo, ha desarrollado su propio sistema de certificación
de café que ofrece incentivos financieros a cultivadores y cooperativas
que cumplen con normas de transparencia, respeto al medio ambiente y otras
medidas.
"Estamos muy conscientes de que México es un productor
mayor de café. Hemos estado presentes en México durante mucho
tiempo y estamos entusiasmados por estar ahí con una tienda de menudeo",
agregó Mecklenburg.
Starbucks compra café cultivado en unos 20 países,
y Mecklenburg indicó que en vez de enfocarse a vender sólo
café mexicano en las pocas tiendas que se abrirán en México,
los beneficios a los productores mexicanos provienen de que su café
estará disponible en las miles de tiendas Starbucks en Estados Unidos,
Canadá y otros cinco países.