Impostergable, romper los factores que reproducen la pobreza, señala el Conapo
Estados pobres, con tasas de mortalidad infantil que tuvo el país como media hace más de 10 años
ALONSO URRUTIA
Para el Consejo Nacional de Población (Conapo), el combate a la pobreza pasa necesariamente por romper "el círculo perverso" que implica que los sectores populares solamente reproducen de generación en generación la red de condiciones de desventaja social y tienen pocas oportunidades de superar su situación socioeconómica. Hay un conjunto de factores -dice el organismo- que preservan el rezago de una generación a otra, que se requieren enfrentar para abatir la desigualdad social.
En su diagnóstico para la instrumentación de la política demográfica de los próximos años, el Conapo reconoce que México es un país de contrastes sociopoblacionales importantes. Cita un ejemplo: el Distrito Federal ha alcanzado un índice de desarrollo humano que lo equipara con el nivel de vida de Portugal o Eslovenia; en contraste, la entidad de mayor rezago social, Chiapas, mantiene un nivel similar al de naciones como Argelia o Vietnam.
Dicho de otro modo, según el organismo dependiente de la Secretaría de Gobernación, los desequilibrios tienen expresiones que evidencian las desigualdades. Así, por ejemplo, la tasa de mortalidad infantil en la capital del país -este año- es similar al que la media nacional alcanzará entre 2005 y 2010.
En contraste, las entidades de mayores rezagos presentan tasas de mortalidad infantil que el país tuvo como media nacional en el quinquenio 1990-1995. Esto significa que en este indicador hay más de una década de diferencia entre los estados de mayor desarrollo y los más atrasados.
Lo lamentable -añade el documento del Conapo- es que la mayoría de las muertes infantiles en México son producidas por factores que pueden ser evitados, pues resultan de enfermedades infecciosas y parasitarias que son susceptibles de tratarse mediante intervenciones adecuadas de salud y nutrición.
La superación de la pobreza -indica el organismo- es un importante prerrequisito para avanzar en el desarrollo humano y, en consecuencia, en la propia transición demográfica que requiere el país.
Para el organismo, el mejoramiento del índice de desarrollo humano y, en consecuencia, la calidad de vida de la población implican garantizar capacidades básicas de los diversos sectores sociales; por ejemplo, ampliar las posibilidades de acceso a los servicios educativos y de salud, o bien ampliar oportunidades de empleo, entre otras.
En este sentido, destaca que en la actualidad "las familias que padecen privaciones y carencias no logran realizar, en su etapa de expansión, inversiones en capital humano. Esto contribuye a propiciar que los hijos, al llegar a la edad adulta, carezcan de competencias y se vean atrapados, al igual que los padres, en una red de desventajas múltiples de la cual resulta muy difícil escapar".