Protestas en el día de la independencia uruguaya
Exigen a Batlle cambiar la política económica para salir de la crisis
AFP
Montevideo, 25 de agosto. Decenas de miles de trabajadores y empresarios con apoyo de los partidos de izquierda reclamaron este domingo al presidente Jorge Batlle cambiar la política económica para sacar a Uruguay de la mayor crisis de su historia, en el aniversario de la independencia del país.
Bajo un agobiante calor de 30 grados, insólito para el invierno austral, cerca de 100 mil personas según calcularon los organizadores, se reunieron en clima tranquilo y sin custodia policial, para advertir que, a causa de la crisis, "la patria está en peligro".
La multitud que cubrió una decena de cuadras frente al Obelisco de los Consituyentes respondió a la convocatoria de la central sindical PIT-CNT y de la organización de pequeños y medianos empresarios Concertación para el Crecimiento.
El dirigente sindical José Suárez informó que el secretariado del PIT-CNT esperará alguna respuesta del gobierno a las exigencias populares, y el miércoles se reunirá para evaluar la situación y estructurar un plan de movilización contra la política económica.
Suárez dijo que la central calculó que desde la libre flotación del tipo de cambio, el pasado 20 de junio, "perdimos entre 25 y 30 por ciento del poder adquisitivo de los salarios y vamos a perder más todavía".
Uruguay sufre su cuarto año de recesión, con proyecciones para 2002 de una caída de la actividad de 11 por ciento y de un estallido inflacionario de hasta 40 por ciento. El desempleo ronda 16 por ciento, con más de 200 mil trabajadores desocupados, en una población total de 3.2 millones de habitantes.
El gobierno decretó un feriado bancario del 30 de julio al 5 de agosto, para parar la sangría de 45 por ciento de los depósitos, que costó una pérdida de 80 por ciento de los activos de reserva, mientras el peligro de incumplimiento de pago de la deuda pública externa (riesgo país) se situó entre los peores del mundo.
Al salir del feriado con la congelación de depósitos a plazo fijo en dólares en la banca oficial y con la suspensión de cuatro bancos privados, la cadena de pagos fue parcialmente interrumpida, la actividad económica se aletargó y el interior del país quedó prácticamente paralizado.
Las exportaciones bajaron 40 por ciento en el primer semestre, respecto de igual periodo de 2001, el peso se depreció cerca de 50 por ciento en el año, y la población se ha empobrecido y ha reducido su consumo por la aplicación de nuevos impuestos y la caída del poder adquisitivo de los salarios.