Son los autores intelectuales del homicidio contra
Misael Núñez Acosta, sostiene
Denuncia la CNTE ante la fiscalía especial a
Gordillo y Jonguitud
Señala también a Martínez
Martín y González Valera, ex dirigentes del SNTE y de la
sección 36
KARINA AVILES
Los nombres de Elba Esther Gordillo Morales, Carlos Jonguitud
Barrios, Ramón Martínez Martín y Leonardo González
Valera quedaron formalmente asentados como probables responsables del asesinato
del profesor Misael Núñez Acosta, en la averiguación
que ayer se inició en la Fiscalía Especial para Movimientos
Sociales y Políticos del Pasado. La Coordinadora Nacional de Trabajadores
de la Educación (CNTE) los acusó de ser los autores intelectuales
del homicidio, así como de asociación delictuosa, enriquecimiento
ilícito y encubrimiento.
En la denuncia presentada una de las piezas clave será
una averiguación previa que se integró en marzo de 1982,
en Tlalnepantla, estado de México, en donde uno de los asesinos
materiales -en total fueron tres: Rufino Vences Peña, Joel Vences
Hernández y Jorge Mejía Pizaña- señala "como
directamente implicada en el asesinato de Misael a Elba Esther Gordillo
Morales".
"Ambos son responsables"
Los profesores que presentaron la demanda -fundadores
del Consejo Central de Lucha del Magisterio (CCLM) del Valle de México
y de la CNTE- tienen claro que haber tocado el caso de la muerte de Misael
Núñez "es un ajuste de cuentas entre ellos -Elba Esther Gordillo
y Carlos Jonguitud-. Pero para nosotros, ambos son responsables, no hay
duda: Jonguitud acusa al grupo de Elba Esther del asesinato de Misael,
pero al hacerlo se está acusando a sí mismo de encubrimiento
y, por su parte, dos de los miembros del grupo de Gordillo -Leonardo González
y Dionisio Moreno- le echan la culpa al equipo de Jonguitud. Sin embargo,
en aquel tiempo los dos formaban parte de un mismo grupo", destacaron.
Los profesores consideraron que la averiguación
contra Jonguitud y Gordillo -a ésta la acusaron de haberse enriquecido
en forma ilícita a partir de las cuotas de los mentores- puede ser
el inicio de la caída de Elba Esther en el sindicato, pone "en entredicho"
no sólo todos los acuerdos que la señora Gordillo ha pactado
con el presidente Vicente Fox sino los que en un futuro pretende pactar
con el Ejecutivo federal, como la reforma energética, por ejemplo,
y además evidencia "la verdadera personalidad de la amiga del Presidente".
En lo que fue la primera de una serie de denuncias por
parte de los miembros del entonces CCLM del Valle de México, los
profesores del movimiento democrático que acudieron ayer a la fiscalía
especial presentaron, cada uno por separado, sus declaraciones para acusar
a Gordillo Morales, Jonguitud Barrios, Martínez Martín y
González Valera del crimen contra Misael Núñez.
El 12 de septiembre regresarán a esa instancia
para continuar las denuncias sobre los asesinatos y desapariciones de profesores
en los estados de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Hidalgo, Morelos,
Chiapas y Puebla, y también acordaron sostener una entrevista con
el fiscal especial Ignacio Carrillo Prieto, que se realizará a las
11.30 horas de ese día.
Ayer, los profesores fueron recibidos por cuatro directivos
de la fiscalía y por Ricardo Macías, secretario particular
del fiscal. "Nos manifestaron que Carrillo Prieto tiene la disposición
de iniciar esta averiguación y darle un seguimiento con la mayor
celeridad", apuntaron los mentores.
Las pruebas que también se integrarán a
la averiguación de la fiscalía son los testimoniales que
se encuentran en el expediente del crimen de Misael Núñez
Acosta, un desplegado que se publicó en la prensa unos días
antes de su muerte, en el que el comité de la sección 36
señalaba a Misael y a otros mentores como "agitadores", así
como los documentos que constatan que a partir de la muerte del profesor
sus compañeros acudieron año tras año a las secretarías
de Gobernación y de Educación Pública, entre otras
instancias, para exigir el esclarecimiento del caso, sin obtener respuesta
alguna.
Los profesores José González Figueroa, Germán
Aguilar Olvera, Teodoro Palomino Gutiérrez, Ramón Couoh Cutz,
Juan José Altamirano Gómez, José Manuel Cisneros González,
Sócrates Pérez Alejo y Pedro Ramírez Vázquez
llegaron en punto de las 11 de la mañana a las instalaciones de
la fiscalía, ubicadas en la avenida Juárez. Los cinco primeros
permanecieron en el interior de la dependencia durante siete horas, debido
a que cada uno hizo declaraciones ante un agente del Ministerio Público
Federal adscrito a la fiscalía para reconstruir el clima de represión
que, finalmente, culminó con el asesinato de Núñez
Acosta.
Palomino recordó que "el movimiento magisterial
en ese momento (1981) se encontraba en auge. Habíamos llamado a
un paro nacional, particularmente en el Valle de México, el 2 de
febrero de 1981. Una semana antes, el comité de la sección
36, encabezado por Leonardo González Valera, publicó un desplegado
en el que responsabilizaba como principales agitadores de ese movimiento
a Misael Núñez Acosta, a Ramón Cuouh, a Apolinar Domínguez
Flores y a su servidor, Teodoro Palomino.
"En el desplegado nos señalaban como agitadores
profesionales que en ese momento estábamos desestabilizando al magisterio,
y lo único que hacíamos era señalar las demandas centrales,
que eran: incremento salarial, democracia sindical, alto a la represión
y la exigencia de la regularización de salarios y de pagos a cientos
de maestros del Valle de México, que en ese tiempo estaban sin percibir
los sueldos que, incluso, ya habían devengado. En esa estrategia
represiva del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación,
cuyo secretario general era Ramón Martínez Martín,
estaba muy claro que había que frenar el movimiento, porque se estaba
generalizando no sólo en el Valle de México sino en otras
entidades del país", recordó Teodoro Palomino.
Subrayó que en el expediente de los asesinos materiales
de Misael Núñez se estableció "claramente que entre
los responsables intelectuales estaban Elba Esther Gordillo, Ramón
Martínez Martín y Carlos Jonguitud. Los autores materiales
fueron detenidos en San Luis Potosí, cuando el gobernador de la
entidad era el propio Jonguitud. Los autores materiales declararon que
Clemente Villegas Villegas, secretario particular de Martínez Martín,
fue quien los contrató".
Ramón Couoh reconstruyó el contexto que
privaba en aquella época: "En esos días había una
represión generalizada. El 30 de enero de 1981 fueron desalojados
miles de maestros en el estado de Guerrero, en la tarde de ese día
fue asesinado Misael. En esos momentos sufrieron una dura represión
los compañeros de Morelos, fueron asesinados seis maestros en la
región de la Montaña de Guerrero, y unos meses después
fue asesinado otro compañero en Chiapas. Ahí habría
que agregar a los miles de maestros cesados y los miles de compañeros
que fueron cambiados de adscripción arbitrariamente. Por eso, no
se puede ver esta situación como si fuera un caso aislado". En el
caso del Valle de México, los miembros del comité de la sección
36, encabezado por Leonardo González Valera, "eran los que aplicaban
directamente la política represiva contra los compañeros
en forma administrativa", puntualizó.
Finalmente, Pedro Ramírez Vázquez destacó
que la denuncia que presentaron tiene como propósito también
sentar un precedente para que nunca más un trabajador, un maestro
o un luchador sindical sea reprimido por la vía administrativa,
política o física, además de cuestionar la autoridad
moral de Elba Esther Gordillo para firmar pactos educativos con Fox y,
sobre todo, no permitir que queden en la impunidad los delitos que se cometen
en el país.