Rescatan a grandes bancos extranjeros a costa de recursos de contribuyentes
Las políticas impuestas por el FMI-BM han agravado la pobreza mundial, advierte ONG
DAVID ZUÑIGA
Las políticas de ajuste estructural impuestas por el Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (recortes del gasto público, privatizaciones y apertura a inversiones extranjeras depredadoras) han agravado la pobreza en el mundo.
Essential Action, una de las organizaciones no gubernamentales que promueven una campaña contra los programas de ajuste estructural de los organismos financieros internacionales, sostiene lo anterior y asegura que el FMI y el Banco Mundial empeoraron la crisis financiera de Asia en 1997, han obstaculizado los esfuerzos para combatir el VIH-sida, han rescatado a los grandes bancos, propician la destrucción del medio ambiente y atentan contra los derechos de los trabajadores.
Los programas de ajuste estructural exigen la venta de empresas estatales a inversionistas privados (con frecuencia extranjeros) y estas privatizaciones suelen ir acompañadas de despidos y reducciones salariales. A su vez, los recortes al gasto público reducen los servicios para la población de menores ingresos, mientras los préstamos del BM y el FMI implican la aplicación de cuotas por servicios del gobierno como educación, salud y agua potable, pero para la gente más pobre el cobro de una cuota, así sea modesta, equivale a perder el acceso a estos servicios.
Por otra parte, la promoción de las exportaciones obliga a los países afectados a reorientar sus sectores agropecuarios a las necesidades de los mercados foráneos a expensas del mercado interno, lo que agrava la dependencia alimentaria y obliga a los campesinos que producen para el autoconsumo a emigrar a las ciudades.
De la misma forma, los rescates financieros orquestados por el FMI han beneficiado a bancos extranjeros como Bank America, Citibank, JP Morgan, Bankers Trust y el Chase Manhattan, a costa de los contribuyentes de los países afectados. Por ejemplo, en Corea del Sur el FMI presionó al gobierno para que asumiera las deudas de las instituciones privadas y le otorgó un préstamo de miles de millones de dólares para pagar a los inversionistas privados. Al final, los grupos que provocaron la crisis obtuvieron un doble beneficio: no sólo fueron rescatados con cargo al erario, sino que se les permitió penetrar en el sistema financiero coreano.
Cualquier similitud con el rescate de la banca mexicana no es coincidencia.