ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
Geografía de la pobreza en México
De la pobreza alimentaria a la pobreza
Cálculos de pobreza con el censo
Los muchos méxicos
La economía moral es convocada a existir como resistencia
a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede
equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de
la gente
EN UN INTENSO diálogo con los medios, un
incipiente diálogo con los miembros del Comité Técnico
para la Medición de la Pobreza, y un casi nulo diálogo con
la Sedeso sobre la presentación de la peculiar manera en la cual
el gobierno federal se apropió de los resultados de pobreza obtenidos
por el comité, me he visto involucrado en las dos últimas
semanas. Estoy trabajando con un grupo de investigación con la base
de datos del cuestionario complementario del censo de población
y vivienda de 2000, aplicando el MMIP (Método de Medición
Integrada de la Pobreza) para conocer la distribución de la población
en la geografía nacional. Aunque la base de datos del censo tiende
a sobrestimar la pobreza, los resultados que estamos obteniendo constituyen
la versión geográfica desagregada de una visión alternativa
de la pobreza en México que he venido construyendo desde hace 10
años. En agudo contraste con la visión del comité
técnico, que toma en cuenta solamente la necesidad alimentaria,
en esta visión alternativa se toman explícitamente en cuenta
todas las necesidades humanas. Hoy presento algunos resultados que iré
complementando en futuras entregas.
LA PROPORCION DE PERSONAS POBRES a nivel nacional en 2000
resultó de 86.7 por ciento de la población nacional.
En el medio rural, localidades de menos de 2 mil 500 habitantes, casi toda
la población es pobre (98.1 por ciento), mientras que en las áreas
urbanas se encuentran en esta condición 83 por ciento de las personas.
Antes de continuar conviene comparar estas cifras con otros resultados.
Con datos del censo de población de 1990, una aplicación
ligeramente menos completa del MMIP (en la que estaba ausente uno de los
indicadores de necesidades básicas insatisfechas, el de salud, y
el indicador de pobreza de tiempo) resultó en 83.1 por ciento de
la población en situación de pobreza a nivel nacional, 97.3
por ciento en el medio rural y 78.3 por ciento en el medio urbano1.
Como se aprecia, resultados muy similares. Con base en la ENIGH 2000, una
aplicación similar a la del censo de 2000 del MMIP, resultó
en 76.3 por ciento de pobreza a nivel nacional, 95.2 por ciento en el medio
rural y 69.9 por ciento en el urbano, diferencias con el censo de 10 puntos
porcentuales a nivel nacional, sólo 3 puntos en el medio rural y
13 puntos en el urbano. La evaluación completa de los resultados
censales está en proceso. De todos modos parece claro que, comparados
con la ENIGH, el censo sobrestima la pobreza, particularmente en el medio
urbano. Conviene tener presente este rasgo al analizar los resultados.
EN EL TRABAJO CON el censo de 1990 comparé los
resultados obtenidos con los que se derivan de la ENIGH de 1989 (con los
datos ajustados a cuentas nacionales) y obtuve una diferencia de poco más
de 12 puntos porcentuales (70.6 por ciento contra 83.1 por ciento). La
explicación de la diferencia la ubiqué en el componente de
ingresos del MMIP, donde la incidencia con la ENIGH89 (ajustada a cuentas
nacionales) fue de 56.6 por ciento contra 77 por ciento con el censo, ya
que en el componente de NBI (necesidades básicas insatisfechas)
los resultados fueron muy similares. Sin embargo, concluí que la
mayor parte de la diferencia se explicaba por el no ajuste a cuentas nacionales
en el caso del censo. Recuerde el lector que en 2000 el contraste encontrado
entre ambas fuentes no puede explicarse por esta razón, ya que ninguna
de las dos fuentes fue ajustada. En 1998, último año para
el cual he calculado la pobreza con el MMIP ajustándolo a cuentas
nacionales, el nivel de la pobreza resultó de 80.3 por ciento sin
ajuste y de 75.3 por ciento (cinco puntos porcentuales menos) con el ajuste.
Si algo similar ocurriese en 20002, la ENIGH ajustada arrojaría
alrededor de 72 por ciento de pobres por el MMIP, ampliando la brecha con
el censo no ajustado a casi 15 puntos porcentuales (casi 21 por ciento
de la cifra baja), de los cuales un tercio se explicaría por el
ajuste a cuentas nacionales y dos tercios por la mayor subestimación
de los ingresos en el censo que en la ENIGH.
LA MAGNITUD DE LA pobreza en México con los criterios
y métodos que me parecen correctos en 2000 debe de ser alrededor
de 72 por ciento -que se precisará una vez que se realice el cálculo
con la ENIGH 2000 ajustada a cuentas nacionales. Este nivel se ubica alrededor
de 7 puntos porcentuales por arriba de los cálculos del Comité
Técnico y 18 puntos por arriba del adoptado oficialmente como pobreza
de patrimonio por el gobierno federal. Sin embargo, debe notarse que la
cercanía con las cifras del comité se debe en parte a que
éste no ajustó a cuentas nacionales. La distancia de las
cifras con el MMIP, con base en la ENIGH y no ajustadas a cuentas nacionales,
respecto a los cálculos del comité, es de casi 12 puntos
porcentuales y de 23 puntos respecto de las que adoptó el gobierno
federal.
NO ES CONVENIENTE EL AJUSTE a cuentas nacionales de la
información de ingresos del Censo de 2000, pues el único
ajuste posible sería muy burdo, ya que no es posible desglosar el
ingreso de los hogares por fuentes de ingresos (salarios, negocios propios,
transferencias, etcétera), como lo hace la ENIGH. Tampoco es conveniente
intentar una asociación estadística entre los indicadores
de necesidades básicas y los de ingresos en la ENIGH para luego
imputar ingresos a los hogares, ya que se ha mostrado en el mundo que la
correlación entre ingresos y satisfacción de necesidades
básicas es mucho menos que perfecta. Por tanto, la mejor opción
es tomar los resultados como están, teniendo en mente la sobrestimación.
Los resultados relativos al comparar unas áreas contra otras parecen
muy razonables, como verá el lector.
LA ESTRUCTURA SOCIAL por entidad federativa se presenta
en la gráfica anexa. En la gráfica se distinguen tres estratos
de la población: los indigentes, los pobres no indigentes y los
no pobres. Los dos primeros grupos constituyen, conjuntamente, los pobres.
La distinción entre ellos consiste en que los pobres no indigentes
cumplen con al menos la mitad de las normas (pero menos que la totalidad
) de ingresos, de necesidades básicas y de tiempo libre. Los indigentes,
en cambio, cumplen menos de la mitad de las normas. El promedio nacional
para estos tres estratos es como sigue: 45.4 por ciento son indigentes;
41.3 por ciento son pobres no indigentes y 13.3 por ciento son no pobres.
Como se aprecia, los dos primeros estratos son de tamaños muy similares.
LAS ESTRUCTURAS URBANA Y RURAL son muy diferentes. En
la primera predominan casi de manera absoluta los indigentes, situación
en la que se encuentra 81.8 por ciento de la población, mientras
los pobres no indigentes representan 16.3 por ciento y los no pobres 1.9
por ciento. En cambio, en el medio urbano el grupo dominante en la estructura
social son los pobres no indigentes, que representan prácticamente
la mitad de la población (49.3 por ciento), mientras los indigentes
representan un tercio (33.7 por ciento) y los no pobres 17 por ciento.
Este enorme contraste entre la estructura social del medio urbano y la
del rural se refleja en las estructuras sociales de las entidades federativas.
Por una parte, las entidades con mayores proporciones de población
rural tendrán una estructura más cargada hacia la indigencia.
Por otra parte, en las ciudades de estos estados predomina también
la indigencia.
LOS INDIGENTES ESTAN representados en el primer tramo
de las barras en la gráfica. Como se aprecia, en Chiapas casi 80
por ciento de la población es indigente, proporción que disminuye
rápidamente hasta menos de 15 por ciento en Nuevo León. En
la gráfica se puede apreciar cómo la pirámide social
va transformándose a medida que nos movemos de izquierda a derecha.
Si sólo se toman en cuenta los indigentes y el resto, el cambio
se hace más notorio, ya que mientras los no indigentes (pobres no
indigentes más no pobres) son sólo una quinta parte de la
población en Chiapas, constituyen 85 por ciento en Nuevo León.
Las barras de las 32 entidades federativas han sido clasificadas en tres
grupos. El primero, que comprende desde Chiapas hasta Quintana Roo, son
los estados en los cuales los indigentes son el grupo más numeroso.
Son 18 estados predominantemente del sur y centro del país. En el
segundo grupo se incluyen 11 entidades en las cuales el estrato más
numeroso son los pobres no indigentes y el segundo son los indigentes.
Por último, el tercer grupo comprende sólo tres entidades
(DF, Baja California y Nuevo León), donde los indigentes son el
estrato menos numeroso, superado incluso por los no pobres. Como se aprecia,
tanto en el segundo como en el tercer grupo predominan entidades de la
frontera norte del país. La ordenación es consistente con
la que realicé con la ENIGH96 por regiones y con las que han realizado
otros autores.
1 Julio Boltvinik, Pobreza y estratificación
social en México, INEGI-Colmex-IISUNAM, México, 1995.
2 Apenas hace unas semanas que el INEGI ha
dado a conocer las cuentas institucionales para 2000, sin las cuales no
es posible llevar a cabo el mencionado ajuste.