CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Fracasa la aventura
LA SOLUCION DEL muy grave problema entre las cúpulas sindicales del gobierno de la ciudad y del Metro, y las autoridades de la capital, por más que se quiera no obedece a los acuerdos que pudieran beneficiar a los trabajadores, sino a la oposición de los mismos agremiados, que no estuvieron de acuerdo con ir al paro.
EL ROMPIMIENTO EN los gremios debilitó aún más las muy viejas estructuras de control sindical desvencijadas por el peso inmenso de la corrupción.
DESDE HACE ALGUNOS días, en este espacio señalamos que la disidencia sindical podría jugar un papel muy importante en el asunto y el quiebre interno no tardó en manifestarse.
FUE UN ASUNTO político y terminó, como ahora nos consta a todos, como un asunto político, en el que el punto a negociar, la impunidad del diputado local Fernando Espino, no se logró.
AUNQUE EL GOBIERNO local insistió en que no habría ninguna negociación en ese sentido y que se enfrentaría de cualquier manera el paro, fueron los propios trabajadores quienes hicieron abortar la amenaza.
FUE EN EL MISMO PRI donde se prendieron focos rojos. En el análisis de lo que podría suceder, las desventajas aumentaron en la medida en la que los líderes seccionales expresaron su inconformidad con la lanzada contra el gobierno.
CURIOSAMENTE LOS PRIMEROS en desligarse de la intentona de paro fueron los trabajadores limpia. Para ellos el asunto era político y no estuvieron de acuerdo en llevar a los trabajadores a una aventura cuyo objetivo era arropar a Fernando Espino.
AYER POR LA tarde, en las oficinas de gobierno se tenía la seguridad de que, de darse el paro, 50 por ciento de los servicios, cuando menos, estarían garantizados por los empleados disidentes.
A ELLO SE sumaron quienes desde los puestos llamados de confianza manifestaron su apoyo al gobierno y poco a poco otros trabajadores señalaron su oposición al movimiento de Espino.
ENTONCES LAS MEDICIONES en el PRI advirtieron el costo de un fracaso. Mostrar públicamente la debilidad de ese partido en la capital explica por qué decidió el organismo político retirar su apoyo al diputado local.
AHORA LO QUE sigue es saber si el gobierno continuará con la idea de llevar al dueño de una parte del sindicato del Metro al desafuero y luego a un juicio que podría ponerlo en la cárcel.
PERO SI ALGO quedó claro en este lío, desactivado por el momento, es la incapacidad de los líderes para convencer a sus bases de apoyarlos en situaciones que nada tienen que ver con el acontecer sindical.
ASI, LA NECESIDAD de protección de Espino descubrió la urgencia de una recomposición en las estructuras sindicales. Hoy por hoy Fernando Espino perdió la posibilidad de ser el interlocutor que necesita su gremio. Eso fue lo que en verdad sucedió en todo este lío que desde siempre olió a podrido.
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