Todos somos capaces de asesinar: Jesusa Rodríguez
Matar o no matar replantea la idea shakespeariana
de ''ser o no ser''
ARTURO CRUZ BARCENAS
"Matar o no matar es un espectáculo porno-militar;
confiamos en la idea de que la verdadera pornografía es patrimonio
de los ejércitos y que la sensualidad no lo es. Pornografía
es el asesinato, la guerra y los sistemas de dominación", expresó
Jesusa Rodríguez, luego del estreno de tal obra, que ella dirige,
en el teatro-bar El Hábito, con la actuación de Susana Zabaleta
y Regina Orozco.
La
música corre a cargo de Liliana Felipe y Dmitri Dudin. Jesusa: "Partimos
de un cuento erótico de Pierre Louis que consiste en la idea de
que todos somos capaces de matar en ciertas circunstancias o, al menos,
de desear asesinar, pero, simplemente, hay dos tipos de personas: los que
matan y los que no. Los que matan en la guerra por la patria o por cualquier
motivo son asesinos. Y el que mata por amor también es asesino.
Matar o no matar, esta es la cuestión".
Así de tajante habló Jesusa. "Eso de matar
o no matar refiere muchas cosas de la actualidad. Como lo de las Torres
Gemelas de Nueva York. Sí, fue un hecho atroz, tanto como la idea
de Estados Unidos de avasallar Afganistán y al mundo; el terrorismo
también lo ejerce el Estado".
En la puesta en escena aparecen las actrices en ropa íntima,
lo cual crea una atmósfera visual más que atractiva. La escenografía
diseñada por Jesusa es simple y llana, pero efectiva. Plantea los
movimientos en tres pistas, en tres niveles, que acercan a los actores
al público, en una perspectiva dinámica.
Hay erotismo y humor. Este es usado como un mecanismo
de defensa. "Cuestionamos la capacidad de matar individualmente: si alguien
te lleva al paroxismo del deseo y te obliga a matar por deseo, también
eres un asesino. Ya no es to be or not to be, sino to kill or
not to kill. Otra pregunta es qué sería del mundo si
no matáramos. Sería otro".
Añadió que la religión católica
propone un mandamiento: No matarás, pero la Iglesia lo ha transgredido.
Es una ley hecha para violentarla. Nosotros no intentamos en la obra responder
a la pregunta, sino que nos hace reflexionar sobre si yo mataría
a un violador, a Hitler, al tirano. Si alguien hubiera matado a tiempo
a Hitler se habrían ahorrado muchas muertes. El tabú y la
paradoja van de la mano. Nadie tiene derecho a matar a nadie".
''El baño de vapor es ecléctico''
Zabaleta y Orozco desempeñan papeles que, no obstante
la gravedad del tema, hacen reír y pensar. Esta obra la actuaron
hace ocho años, pero la versión actual es totalmente diferente,
expuso Jesusa (en la anterior, el texto fue de Malú Huacuja). "El
espectáculo gira en tres pistas y la música es la protagonista
en la principal; su peso hace que se incline la balanza hacia la idea de
la no violencia. En la segunda se desarrolla el cuento de Pierre Louis,
y en la tercera son ellas, las actrices, y su idea de la vida. El espectador
tiene una gama muy amplia para elegir. Son 5 mil años de historia
y los asesinatos siguen. Matamos a los animales porque los consideramos
inferiores. No hay nada más humillante que nuestra capacidad de
matar".
Algunos recursos escenográficos son el confeti,
que Zabaleta y Orozco utilizan simbólicamente como unas entrañas,
y un listón rojo, la sangre. "Es un espectáculo muy enloquecido
que intenta viajar en la ambientación de un baño de vapor.
En este tipo de espacios confluyen señoras de la alta sociedad,
jovencitas atletas, guaruras que se reúnen para saber vivir, los
políticos cabildean. El baño de vapor es ecléctico".
-¿Tú eres asidua a los baños públicos?
-Los he usado. Me llama la atención el baño
del Club España, donde las señoras platican desnudas, pero
jamás se desnudarían en una cena con los esposos y los jefes
de éstos. En el vapor se rompen todos los límites de la moral
social. Hasta se comen pollos rostizados. La escenografía plantea
ese entorno neutral.
La obra plantea, agregó, que "no es obscena la
mujer que exhibe su coño; lo es el militar que exhibe sus medallas.
Por eso exponemos esa escenografía. Nunca en El Hábito habíamos
hecho una escenografía tan blanca, aséptica, brutalmente
blanca, para hablar de un tema tan oscuro como es el asesinato".
Para Jesusa, lo más difícil del cabaret
es su precariedad, llegar realmente a lo más simple, que es lo más
complejo. "Las actrices cantantes toman un riesgo. Yo trato de observar
si mi puesta es asimilable, o si es demasiado barroca o personal. Hasta
hoy no sé hasta dónde toco al público. Ellas se avientan
en este abismo. Susana y Regina se avientan el riesgo".
-¿Tú has estado en ese límite de
querer matar?
-¡Sí, sí! Una vez en mi vida tuve
ganas de matar a un violador. Me levanté para matarlo, pero no lo
alcancé. Sí he tenido el impulso de matar. Lo preocupante
es que haya gente que, sin llegar al límite, mata. Nada lo justifica,
ni el Estado, ni la milicia, ni el amor. Nada.
Matar o no matar se presenta los viernes y sábados,
a las 22:30 horas, en El Hábito, situado en Madrid 13, Coyoacán.
Informes a los teléfonos: 5659-1139 y 5659-6305.