El escritor habla de su reciente novela, Marcianos leninistas, editada por Tusquets
Mario González invita al lector a que apague Cel televisor y contemple el misterio de sí mismo
CESAR GÜEMES
Paso a paso Mario González Suárez (México, 1964) forja su espacio literario. Entre sus trabajos, De la infancia y El libro de las pasiones obtuvieron el reconocimiento de los premios Gilberto Owen y José Fuentes Mares, respectivamente. Ahora aparece su novela Marcianos leninistas, publicada por Tusquets, en la cual, mediante el humor y la reflexión, busca que sus personajes encuentren respuestas a interrogantes esenciales.
Del proyecto, expresa: ''Me propuse originalmente escribir un libro sobre la utopía. Con el paso del tiempo el texto fue encontrando su sentido y se dirigió a dos preguntas: Ƒquién soy? y Ƒdónde estoy? Por eso hay personajes que aparecen y desaparecen, se pierden, alcanzan varias identidades que no son ni siquiera posibles de señalar por un siquiatra. Más que identidad de pasaporte me refiero en los personajes a una forma de ser espiritual. Ellos se dan cuenta de que el yo no es monolítico, sino que tiene muchos matices. Así, podemos hablar de personalidad múltiple en un individuo sin que su caso sea patológico: a lo largo de un día y de la vida, el yo tiene muchos matices. Buscar la respuesta a esas preguntas es uno de los más fuertes motivos de los personajes".
En parte autobiográfica, como en el episodio referido a Russkii, el resto de la novela fluye, explica su autor, ''en el plano de la invención, porque aunada a las preguntas que señalo está la de Ƒqué es la realidad? Es un guiño o una invitación para que el lector apague la televisión y contemple el misterio de sí mismo. No es posible que el mundo sea lo que dicen los medios, un mundo racional y mezquino. Con el interés de mostrar esta idea intercalé capítulos llamados Qualia, para anotar que la realidad es la conciencia; no hay una sola realidad objetiva que pueda ser medida y cuantificada".
Entre Marte y la ex Unión Soviética
De manera paulatina el libro adquirió su carácter, pues el planteamiento general se dio sobre la marcha: ''Pude hacer un plano para cada texto o capítulo, pero la totalidad del libro fue un descubrimiento. Me hice el planteamiento narrativo de un hecho que ocurre entre Marte y la entonces Unión Soviética, que luego derivó hacia China. Supongo que el viraje fue porque, después de todo, la ex URSS es todavía Occidente, mientras que China es para nosotros 'lo otro'. Esa también es la búsqueda de los personajes: el otro soy yo".
Conformada por capítulos que podrían abordarse como unidades cerradas, el libro Marcianos leninistas ''se puede leer como se quiera -acepta Mario González Suárez-, por eso quise nombrarla como ludibrium.
''No es una novela en el sentido tradicional del género, pero tampoco es un libro de cuentos. Todos los textos reunidos en el libro están hechos con una sola intención. Tomo el término de ludibrium en la acepción usual, un género renacentista que equivale a juego en serio o broma mística.
''Como autor propongo la lectura de principio a fin, porque así le ocurre a los personajes, pero dada su estructura creo que permite varios acercamientos."