Antonio Gershenson
Pemex: reservas Ƒprobadas?
Las cifras acerca de las reservas probadas de Petróleos Mexicanos (Pemex) que dio a conocer la Comisión del Mercado de Valores estadunidense (SEC) implican una nueva revaluación, hacia abajo, de las reservas de crudo y gas de nuestro país. Esos datos, que estarían basándose en documentos de Pemex, no coinciden con los publicados anualmente por este organismo público cada año.
Empecemos por el petróleo crudo. Los datos de reservas incluyen en ambas fuentes los condensados, que son una proporción pequeña. En este caso hablaremos de miles de millones de barriles.
La versión oficial refleja, al igual que la otra, una declinación año con año. De 24.63 a fines de 1999, las reservas probadas en el total de yacimientos mexicanos bajaron a 23.66 a fines de 2000 y a 22.42 al final de 2001. Según la SEC, estas tres cifras fueron menores: 21.50, 20.20 y 18.8 respectivamente. La SEC no revela, al menos en la información aquí publicada, datos por región. Estos datos son importantes porque no podemos extraer las reservas de una zona con la explotación de otra. Y si en una región hay supuestamente muchas reservas, pero la producción es mínima, con eso no vamos a compensar la declinación productiva donde tenemos las tres cuartas partes del crudo mexicano: las regiones marinas, frente a Tabasco y Campeche.
Vamos a suponer que la reducción de las reservas de la SEC se reparte en las regiones petroleras de manera proporcional a su volumen. A fines de 2001, entonces, en vez de tener reservas en las regiones marinas de 12.6 años de la producción vigente como se desprende de las cifras oficiales, el número de años será de 10.8 con una reducción de 1.8 años. La diferencia de reservas a fines del año pasado, entre ambas fuentes, fue ya de 16 por ciento.
Algo similar, aunque con mayores diferencias, sucede con el gas natural. Hablaremos, como lo hacen las fuentes citadas, de las reservas de gas seco en billones (millones de millones, aclaramos que usamos la acepción nacional de la palabra billón) de pies cúbicos.
En la versión oficial (Memoria de labores y, en los últimos años, Informe de labores), estas reservas pasaron de 30.39 billones a fines de 1999 a 29.51 a fines de 2000, y a 28.15 a fines de 2001. Con el mismo criterio empleado para el crudo, las reservas de gas seco en las regiones marinas ya no serían, como en la versión oficial, de 7.6 años de la producción vigente a fines de 2001, sino de 5.3 años: más de dos años de diferencia. La reducción con las cifras de la SEC es, en el caso del gas, de 42 por ciento. Sin embargo, se hacen proliferar alegremente plantas eléctricas que consumen un gas natural que no nos alcanza.
Ya en años anteriores se había tenido que ''corregir'' el sistema fantástico de cifras del periodo del llamado auge petrolero. Las reservas oficiales de crudo bajaron en más de un tercio, y las de gas seco cayeron a la mitad. Ahora hay posibles nuevas reducciones.
La información publicada en estas páginas cita una explicación de fuentes de Pemex: que la evaluación de las reservas representa únicamente ''una estimación''. Entonces, las reservas probadas no son tan probadas, sino sólo estimadas. Mañana podría haber ''estimaciones'' aún más bajas.
Tenemos de por sí razones para no aumentar ahora el volumen de nuestras exportaciones: estaríamos contribuyendo a saturar el mercado, propiciaríamos la baja del precio de nuestro producto y tal vez hasta desataríamos una guerra de precios. Pero con esto hay otra motivación para cuidar nuestras reservas de ambos hidrocarburos. Constituyen un recurso no renovable, y debemos hacerlo durar por lo menos hasta que tengamos formas de sustituirlos.