En una carta a Annan el gobierno iraquí
dice buscar el retiro del embargo y respeto a su soberanía
Acepta Irak el regreso "sin condiciones" de los inspectores
de armas de la ONU
Antes del anuncio, Arabia Saudita había permitido
a EU el uso de su territorio en un eventual ataque
REUTERS Y AFP
Naciones Unidas, 16 de septiembre. Irak aceptó
este lunes permitir el regreso "sin condiciones" de los inspectores de
armas de la Organización de Naciones Unidas, informó el secretario
general del organismo mundial, Kofi Annan. El anuncio ocurrió horas
después de que Arabia Saudita dio luz verde a Estados Unidos para
usar bases militares desde su territorio en un eventual ataque contra Bagdad,
siempre y cuando sea autorizado por el organismo mundial.
"Puedo confirmarles que he recibido una carta de las autoridades
iraquíes comunicando su decisión de permitir el regreso de
los inspectores sin condiciones", informó Annan después de
recibir una carta de manos del canciller iraquí, Naji Sabri.
En la misiva, el funcionario manifestó además
el deseo de su gobierno para que esta decisión deje en claro que
"Irak ya no posee armas de destrucción masiva y lograr una solución
completa que incluya el levantamiento de las sanciones impuestas a su país,
así como la puesta en práctica de otras previsiones de las
resoluciones de la ONU, incluyendo la 687".
Dicha resolución fue firmada el 3 de abril de 1991
y establece un cese del fuego formal en el golfo Pérsico e impone
a Irak las obligaciones de desmantelar maquinaria bélica y destinar
parte de sus recursos petroleros al pago de indemnizaciones de guerra,
y condiciona el retiro de las tropas aliadas -encabezadas por Estados Unidos-
de la región a la destrucción bajo supervisión internacional
de los misiles y armas químicas, biológicas y nucleares iraquíes.
El
gobierno de Irak -continúa la misiva- reitera la importancia del
compromiso de todos los estados miembros del Consejo de Seguridad y la
ONU de respetar la soberanía, la integridad territorial y la independencia
política de Irak, según lo estipulado en las resoluciones
relevantes del Consejo de Seguridad y el artículo II de la Carta
de Naciones Unidas.
Después de entregar la carta a Annan, el canciller
iraquí declaró a periodistas: "Alcanzamos resultados satisfactorios
y hay buenas noticias. El secretario general les anunciará las buenas
nuevas".
El discurso del presidente estadunidense, George W. Bush,
ante la Asamblea General de la ONU, "unificó a la comunidad internacional",
informó Annan. "Casi todos los que hablaron ante la Asamblea General
apremiaron a Irak a aceptar el retorno de los inspectores."
Annan rindió "un homenaje particular a todos los
países de la Liga Arabe que ejercieron un papel clave en este asunto
y agradeció (a su secretario general Amr Moussa) por sus esfuerzos
consagrados a ayudar a convencer a Irak de autorizar el regreso de los
inspectores.
"Transmitiré ahora la carta al Consejo de Seguridad
que deberá decidir la próxima etapa", agregó Annan,
quien recalcó que Hans Blix, jefe de los inspectores en desarme
de la ONU, y su equipo, "están listos para continuar su trabajo".
Moussa, quien se encuentra en Nueva York para participar
en la Asamblea General de la ONU, mantuvo el domingo una reunión
de tres horas con Annan y Sabri. Según el diario árabe Al
Hayat, los cancilleres árabes también se reunieron con
el jefe de la diplomacia iraquí y le pidieron que anunciara a Bagdad
que los árabes "quieren un retorno de los inspectores conforme a
las resoluciones del Consejo de Seguridad, porque eso ayudaría a
resolver la crisis".
Bush instó la semana pasada a la ONU a adoptar
una posición dura ante Bagdad y advirtió que, si no lo hacía,
Estados Unidos actuaría por su cuenta.
El lunes, el inesperado respaldo de Arabia Saudita a un
ataque contra Bagdad bajo el consentimiento de la ONU, aumentó la
presión sobre el gobierno de Saddam Hussein para que cumpliera con
las resoluciones de la ONU sobre las inspecciones de armas.
En un sorpresivo cambio de posición, el canciller
saudita, príncipe Saud al-Faisal, declaró a la cadena CNN
que su país, la principal plataforma para el lanzamiento de la guerra
del Golfo, en 1991, permitiría de nuevo el uso de bases en su territorio
para atacar Irak.
Arabia Saudita, el principal aliado de Washington en la
región del Golfo, había acordado previamente con otras naciones
árabes oponerse a un ataque contra Irak.
Las declaraciones podrían llevar cierto alivio
a las relaciones entre los dos países, dentro de la tensión
surgida después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en
Estados Unidos, una vez que se supo que 15 de los 19 aeropiratas involucrados
eran sauditas.
Cuando CNN le preguntó si Riad permitiría
el uso de sus bases en una campaña contra Irak, Al-Faisal respondió:
"Si Naciones Unidas toma una decisión a través del Consejo
de Seguridad de implementar una política de la ONU, cada país
que ha firmado la carta de la ONU tiene que cumplirla".
Y este lunes un funcionario saudita indicó que
el reino permitiría el uso de bases en su territorio para atacar
a Irak, aunque aclaró que aprobaría una acción consensuada
por la ONU, y no una acción unilateral de Estados Unidos.
Antes de conocerse la decisión de Irak de aceptar
el regreso incondicional de los inspectores de armas de la ONU, Hussein
presidió una reunión conjunta de la dirección del
gobernante partido Baas y del gobierno, y examinó con los altos
cargos iraquíes las amenazas estadunidenses de lanzar una ofensiva
militar, informó la agencia oficial Ina.
La fuente señaló que los participantes en
la reunión "discutieron sobre ciertas cuestiones políticas
de actualidad" y no brindó más datos sobre el encuentro,
presidido por Hussein.
Por otro lado, el gobierno de Francia expresó este
lunes su "gran descontento" por el viaje que efectuaron tres diputados
franceses a Irak. El vocero adjunto de la cancillería, Bernad Valero,
calificó ese viaje de "iniciativa personal de algunos parlamentarios
que no tiene la aprobación de las autoridades francesas".
Desaprueban viaje
En Bruselas, el primer ministro francés, Jean-Pierre
Raffarin, desaprobó el viaje y lo calificó de "iniciativa
personal" sin relación con la política del gobierno de Jacques
Chirac. "No es oficial y la desaprobamos", declaró.
Sin embargo, los diputados franceses que se encuentran
en Bagdad se extrañaron de la polémica suscitada en su país
y defendieron su visita al subrayar el carácter personal de la misión.
"Creo que no hay lugar para la polémica. Nuestra visita está
clara. Somos diputados, no representamos ni a la totalidad del Parlamento
ni, por supuesto, al gobierno", declaró Thierry Mariani, diputado
de la Unión para la Mayoría Presidencial (UMP derecha) de
Raffarin y Chirac.
"Nos hemos reunido con responsables políticos (iraquíes)
y les hemos comunicado nuestra opinión y la de la mayoría
del pueblo francés, que no quiere una guerra y desea que los inspectores
de la ONU regresen aquí", explicó.
Mariani y otros dos diputados de la UMP, Didier Julia
y Eric Diard, viajaron a Bagdad, donde visitaron ayer una antigua instalación
nuclear en Irak y pidieron que se autorice el retorno de los inspectores
de armas.
Mientras, Siria rechazó el recurso de la fuerza
para obligar a Irak a respetar las resoluciones del organismo mundial,
destacando que Israel ignora "centenares" de esas decisiones, mientras
Bagdad ya reconoció a Kuwait como Estado independiente.