Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 17 de septiembre de 2002
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Mundo
Hussein podría estar en la lista negra de Al Qaeda: ex asesor en la Guerra del Golfo

La decisión iraquí, táctica para evitar una acción del Consejo de Seguridad, sostiene Washington

Colin Powell acepta que no existen pruebas que liguen a Bagdad con el 11 de septiembre

AFP Y REUTERS

Washington, 16 de septiembre. La decisión de Irak de aceptar el regreso "sin condiciones" de la misión de inspectores de la Organización de Naciones Unidas fue calificada de "táctica que va a fracasar" por el gobierno del presidente George W. Bush, que aumentó su presión contra Irak acusándolo de tener vínculos con Al Qaeda, aunque un ex asesor de Seguridad durante la guerra del Golfo afirmó que Saddam Hussein probablemente está en una lista negra de la red fundamentalista islámica.

Además, Washington justificó su doctrina de ataques preventivos y anunció que expondrá ante el Congreso sus argumentos en relación al tema iraquí, aunque adelantó que no habrá que esperar una "prueba irrefutable" contra Bagdad.

La carta a Naciones Unidas en la cual Bagdad acepta el regreso de los inspectores "es un movimiento táctico de Irak con la esperanza de evitar una acción firme del Consejo de Seguridad", declaró la Casa Blanca en un comunicado, el cual insistió en que "es tiempo de que el Consejo de Seguridad actúe".

La oficina del primer ministro británico, Tony Blair, a su vez, respondió de manera cautelosa al anuncio de Irak, indicando que el presidente iraquí tiene malos antecedentes. "Su régimen no obedeció todas las resoluciones. Veamos lo que están ofreciendo", agregó el vocero de Downing Street.

Previamente, el canciller británico, Jack Straw, había declarado al diario árabe Al Hayat que una acción militar no sería necesaria si Saddam Hussein "se pliega a la voluntad de la comunidad internacional" cumpliendo todas las resoluciones del Consejo de Seguridad.

Por su lado, la comunidad internacional debe "tomarle la palabra a Saddam Hussein", declaró el canciller francés, Dominique de Villepin, con reacción al anuncio de Bagdad.

Poco antes de conocerse la decisión iraquí, el presidente George W. Bush justificó su doctrina de ataques preventivos, al considerar que "debemos anticiparnos, pues lo más peligroso sería descubrir de golpe que (los iraquíes) tenían armas nucleares".

Las mismas amenazas

Reiteró la advertencia que había realizado la semana pasada ante la Asamblea General de la ONU. "Si los miembros de la ONU no toman medidas satisfactorias a los ojos de Estados Unidos, y si Irak continúa su desafío hacia nosotros y el resto del mundo, actuaremos de forma deliberada y decisiva para reclamarle cuentas", afirmó.

"Teníamos la costumbre de pensar que dos océanos nos separaban de nuestros enemigos. El 11 de septiembre descubrimos que no es así y que este país enamorado de la libertad y la justicia es vulnerable. Debemos proteger la patria a toda costa", sostuvo durante una visita electoral a Davenport, Iowa.

Por su lado, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, señaló que la administración Bush expondrá al Congreso, en próximos días, sus argumentos con relación a Irak.

Sostuvo además que Hussein podría apelar al uso de armas químicas o biológicas, o armar a terroristas con ellas, pero que tendría que confiar en allegados para llevar adelante estas órdenes. Por ello, durante una eventual guerra, la atención estadunidense se concentraría en el grupo de allegados del mandatario iraquí, "en su familia, un puñado de generales y gente que pueda sentir simpatía por él".

Por su parte, el secretario de Estado, Colin Powell, y la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, afirmaron el domingo que la red Al Qaeda de Osama Bin Laden mantuvo contactos con el gobierno de Hussein.

Powell reconoció ante la cadena televisiva CBS que "no hay pruebas que asocien al régimen de Bagdad con el 11 de septiembre", mientras Rice aseguró a Fox News que "hay claramente nexos ente Irak y el terrorismo, y hay personal de Al Qaeda que ha sido visto en Bagdad".

Después de estas declaraciones, Brent Scowcroft, principal estratega estadunidense durante la guerra del Golfo y asesor cercano del presidente George Bush padre, declaró a la cadena NBC que Hussein "se encuentra en la lista de Bin Laden de personas a ejecutar.

"Es un dirigente secular, no un dirigente islámico. Es un socialista en el sentido de que dirige ese partido", explicó Scowcroft, para quien Hussein "constituye un problema serio. Pero no un problema a causa del terrorismo.

"Una cosa es decir que apoya diferentes aspectos del terrorismo y otra decir que mantiene vínculos con Al Qaeda", agregó el ex consejero de Seguridad Nacional de la administración de Bush padre.

Según el dominical británico The Sunday Telegraph, los cargos contra Irak que el gobierno británico publicará el 24 de septiembre incluirán la primera prueba definitiva de que Saddam Hussein permitió a los jefes de Al Qaeda entrenarse en su territorio.

Por su lado, el semanario estadunidense Newsweek afirmó en su edición de este lunes que "en los años 80, cuando Irak estaba en guerra con Irán, Estados Unidos decidió ayudar a Irak y comenzó a entregarle al dictador Saddam Hussein recursos y materiales militares, incluyendo cargamentos de bacterias/hongos/protozoarios a la comisión iraquí de Energía Atómica.

"Saddam podría intentar un chantaje, amenazar con difundir la viruela u otro virus abominable en una ciudad estadunidense en caso de invasión de fuerzas estadunidenses", sostuvo el semanario.

En Viena, antes de conocerse la carta de Bagdad a la ONU, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) insistió en la necesidad de reiniciar sus inspecciones en Irak para que ese país se libere "de toda sospecha". El director general de la AIEA, Mohamed el Baradei, explicó que "tenemos informaciones basadas en fotografías por satélite sobre posibles proyectos de envío de algunos equipos, pero estas informaciones solas no nos permiten sacar conclusiones sin inspección".

En tanto, en la búsqueda de apoyo internacional a su política hacia Irak, Powell cumplió este lunes una intensa ronda de negociaciones, que incluyó encuentros con sus contrapartes de Grecia, Turquía, Siria, Egipto, y Japón, así como con varios ministros de Relaciones Exteriores de países africanos y latinoamericanos.

Según el diario español El País, aunque Bush utiliza la vía diplomática, su objetivo es la guerra para derrocar a Hussein y controlar el petróleo de Irak, la segunda potencia petrolera mundial. Así, grupos de la oposición iraquí en el exilio, amparados por Washington, han empezado a utilizar el petróleo como argumento.

La oposición reconoce que las compañías estadunidenses se quedarán con la mejor parte cuando caiga Hussein, pero amenaza con dejar a las empresas de Rusia y Francia fuera del reparto si sus gobiernos no participan en la guerra. Estos países tienen acuerdos petroleros en suspenso con Irak, a la espera del levantamiento de sanciones de la ONU.

En tanto, Laurence Lindsey, principal consejero económico de la Casa Blanca, estimó que un ataque contra Irak, aunque llegue a costar 200 mil millones de dólares, no tendría consecuencias negativas sobre la economía estadunidense.

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