Es una "intromisión del Poder Judicial":
diputado vasco
Disuelven el bloque de Batasuna en el Parlamento de
Navarra
Detienen en Burdeos a presunto jefe militar de ETA
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 16 de septiembre. El bloque de Batasuna
-acusada de ser brazo político de ETA- en el Parlamento regional
de Navarra fue disuelto en momentos en que la represión de la policía
autonómica vasca contra la manifestación del sábado
pasado en Bilbao, que protestaba por la suspensión de la coalición
nacionalista nacionalista vasca, continuaba hoy generando debates, incluso
dentro del gobierno vasco, y se anunció la detención en Francia
del presunto jefe militar de ese grupo armado.
Por lo pronto, el Parlamento del País Vasco dio
a conocer un informe realizado por su equipo jurídico, según
el cual los autos judiciales de Garzón para suspender a la formación
en la cámara son una "una intromisión del órgano del
Poder Judicial en la esfera del funcionamiento de la Cámara y menoscaba
su autonomía organizativa".
Los
servicios jurídicos advierten que si bien "resulta correcto, tanto
descriptiva como jurídicamente, indicar que la suspensión
de actividades de un partido no afecta las de los parlamentarios, la misma
afirmación, en cambio, ya no es tan cierta cuando se refiere a la
suspensión del grupo parlamentario".
El bloque de Batasuna ya fue "desaparecido" en el Parlamento
regional de Navarra, lo que significa que los diputados no podrán
trabjar en los locales del grupo ni cobrar la subvención que el
Parlamento entregaba al bloque. Según explicó el socialista
José Luis Castejón, la decisión se basó en
los autos judiciales de Garzón.
El diputado de Batasuna Félix Puyo dijo que con
la medida se "ha consumado la estrategia de acoso y el derribo del independentismo
vasco en Navarra".
Por su lado, el presidente del gobierno vasco, el nacionalista
moderado Juan José Ibarretxe, aseguró hoy que el pasado sábado,
cuando la policía autonómica reprimió en Bilbao una
manifestación en contra de la suspensión de las actividades
de Batasuna decretada en agosto por Garzón, "hicimos lo que teníamos
que hacer".
La protesta, desautorizada dos días antes por el
juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, al considerar que
estaba organizada por ETA, derivó en batalla campal con saldo de
más de 30 heridos.
Sobre la actuación de los agentes antidisturbios,
Ibarretxe señaló que el sábado "hicimos lo que teníamos
que hacer, mi objetivo es evitar estos episodios, desgraciadamente nos
falta mucho camino para ver todo con normalidad, nos falta mucho para tener
una vida normal; la violencia está de sobra. Debe desaparecer la
violencia, el autoritarismo, y debemos aceptar la razón de los demás".
El dirigente del Partido Nacionalista Vasco (PNV) añadió
que es contrario a la ofensiva para proscribir Batasuna lanzada por el
Ejecutivo español, presidido por el conservador José María
Aznar, y apoyada por la oposición socialista, que marcha paralela
a la ofensiva judicial de Garzón, quien el 26 de agosto suspendió
las actividades públicas, privadas e institucionales de la formación
abertzale, que además quedó imposibilitada de convocar
concentraciones de protesta.
Proscribir ideas, imposible
Ibarretxe sostuvo que "es imposible proscribir ideas;
la sociedad vasca debe ilegalizar los partidos en las elecciones,
pues la sociedad vasca es sabia y sabe que la violencia y la ilegalización
no son los caminos".
En el gobierno vasco hubo diferencias acerca de la actuación
de los agentes el sábado. El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga,
consideró que se debió haber permitido la marcha, en contraposición
a lo afirmado por el vocero Josu Jon Imaz, quien responsabilizó
de la represión a supuestas agresiones de los manifestantes a los
agentes.
Rafael Larreina, dirigente de Eusko Alkartasuna (EA),
partido socio del gobierno, se mostró partidario de haber dejado
proseguir la marcha, mientras miembros del PNV que pidieron al diario El
País permanecer en el anonimato hablaron de la actuación
policial como un "espectáculo dantesco" y aseguraron que "nos llevaron
al enfrentamiento civil, y nosotros estamos cayendo en la trampa".
En todo caso, la parlamentaria y abogada de Batasuna,
Jone Goirizelaia, quien además fue la responsable de negociar con
la Ertzaintza el paso de la protesta, pidió la comparecencia
ante el Parlamento vasco de Javier Balza, consejero de Interior, para que
aporte la grabación de los hechos del sábado. "La sociedad
de Euskal Herria no entiende cómo la Ertzaintza actuó de
esa manera y por qué se dieron esas órdenes", señaló.
El vocero de la formación suspendida, Arnaldo Otegi,
añadió que "no hubo ningún incidente hasta que llegamos
al muro de la vergüenza que puso Ibarretxe en la plaza de Zabalburu",
al insistir en que la marcha del sábado fue "pacífica, silenciosa
y ni siquiera llevaba pancarta alguna".
Otegi, sin embargo, se dirigió a EA, al que le
dijo que "seguimos abiertos al diálogo con quien quiere construir
un escenario diferente para este país", y quiere "la soberanía
nacional".
El Partido Popular (PP) de Aznar y el Partido Socialista
de Euskadi coincidieron en cambio en aplaudir la actuación de la
policía vasca, si bien la formación conservadora consideró
"demasiado blanda" la actuación policial, pues "se ha dejado hablar
a ETA en las calles de Bilbao", según dijo Carlos Iturgaiz, líder
regional del PP.
La asociación pacifista Elkarri criticó
"las actuaciones de Baltasar Garzón, que sin las más mínimas
garantías procesales, sin sentencia y bajo el pretexto de lo cautelar,
impone y hace prevalecer medidas restrictivas extraordinarias sobre las
garantías, derechos y libertades fundamentales, lo que deja a la
sociedad vasca en situación de desamparo democrático".
Por otro lado, el PP y el PSOE se congratularon hoy por
el "duro golpe" asestado a ETA con la detención este lunes en Bur-deos,
Francia, del presunto jefe militar del grupo, José Antonio Olarra
Guridi, y de su compañera Ainhoa Goqi, a quienes el vocero del PP,
Rafael Hernando, calificó de "los terroristas más sanguinarios"
del grupo.