Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 19 de septiembre de 2002
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Cultura

Regresa allí para ofrecer dos funciones bajo la dirección de Cuauhtémoc Nájera

La Compañía Nacional de Danza asume el reto de adaptar seis coreografías en el Auditorio

Para mejorar la visibilidad, las butacas del recinto se reducen de 10 mil a 5 mil 500

ANASELLA ACOSTA NIETO

aLa Compañía Nacional de Danza (CND) ofrecerá dos funciones los domingos 22 y 29 de septiembre en el Auditorio Nacional, en las que asume el reto de adaptar seis coreografías a un escenario más amplio que el del Palacio de Bellas Artes, pues existe mayor distancia con respecto al público.

Con la experiencia de La bayadera y El cascanueces, la agrupación que dirige Cuauhtémoc Nájera regresa al Auditorio con las obras Raymonda, de Fernando Bujones, y Carmen, de Alberto Alonso, que serán presentadas el domingo 22; además de Fragmentarios, de Carlos López; Fuga número 2, de Alberto de León; Sinfonía para nueve hombres, de James Kelly, y šEsquina, bajan!, de Nellie Happee, el domingo 29.

Para las funciones de danza, las 10 mil butacas del Auditorio se reducen a 5 mil 500 para mejorar la visibilidad.

En cuanto a la adaptación coreográfica, Nellie Happee mencionó que el reto es sincronizar los tiempos de los movimientos corporales y la música a las dimensiones de ese escenario.

Más allá del rostro del bailarín

Happee precisa que la actitud actoral de los bailarines rebasa el rostro para concentrarse en los movimientos corporales que deben ser más amplios y con mayor fuerza para llegar al espectador más lejano, pues reconoce que con la distancia todo movimiento pierde velocidad y precisión.

En tanto, el coreógrafo Carlos López mencionó que si bien lo ideal para el Auditorio Nacional es presentar un espectáculo con muchos bailarines, una gran orquesta, demasiada escenografía e iluminación, se busca explorar la capacidad de este escenario para atraer al público con una pareja de bailarines o con uno solo, como ocurrirá en Fragmentarios.

''Es un experimento que vamos a probar. Tenemos que ir asimilando y construir en un futuro programas más adecuados", comentó.

Los boletos para las funciones tienen un costo que va de 120 a 350 pesos. Nájera reconoció que si bien los precios no son populares, tampoco rebasan el promedio del de los teatros en México.

Precisó que los ingresos de la entrada servirán para cubrir el costo operativo de las funciones y el excedente se destinará al Instituto Nacional de Bellas Artes.

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