CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Bumerán blanquiazul
UNA DE LAS mayores preocupaciones del Partido Acción Nacional es, sin duda, la fuerza que mantiene Rosario Robles en la ciudad y la simpatía que empieza a recoger en sus giras de trabajo por todo el país.
LA INQUIETUD SE generó a partir de que los ataques a la actual presidenta nacional del PRD quedaron en meros chismes, con los que se pretendió dañar su figura política.
YA METIDOS EN la carrera por los puestos políticos que estarán en juego el año próximo, la ex jefa de Gobierno representa un peligro mayor para los panistas, quienes, por otro lado, saben que las tendencias en las encuestas serias marcan porcentajes no muy favorables para su causa.
ENTONCES, AUNADAS AL desastre gubernamental que significa Acción Nacional, las acusaciones, que no surtieron el efecto que pretendían en contra de Rosario Robles, llevaron a los blanquiazules a montarse en el escalón de la infamia.
LA DERROTA FRENTE a Robles, aunque no ha sido aceptada en toda su magnitud, es factor que pesará en el momento en que el elector mire la boleta con la que decidirá quiénes deben ser sus representantes en el gobierno.
NO SERA FACIL para la gente olvidar que desde Acción Nacional se trató de culpar a la dirigente de una serie de irregularidades que resultaron ser acusaciones falsas, elaboradas más con dolo que con la idea de corregir problemas de gobierno.
ACCION NACIONAL TRATO de disminuir a su adversaria y nada más. No hubo o no existe, en las denuncias, la idea de transparentar algunas acciones que ellos consideraron poco claras.
POR ELLO ESE partido tendrá que dar una explicación certera de qué fue lo que pasó en el caso Robles, porque además serán sus militantes quienes, en su momento, pidan explicaciones.
Y NO PARA ahí. Los simpatizantes del PAN podrían incluso hacer los reclamos pertinentes no sólo a la cúpula de su partido, sino también a los autores de las campañas en contra de la perredista.
SIN DUDA SERAN facturas de muy alto costo, pero para Acción Nacional debería ser una obligación que le permitiría no caer en el descrédito; de otra manera se socavará uno de los principales valores de ese partido político, su proclamada honestidad.
HACE RATO QUE el asunto fue depositado, junto con la memoria histórica del país, en el desván del olvido de los funcionarios panistas, pero entre la militancia blanquiazul aún se recuerda con vergüenza ese hecho.
PARA LA GENTE que confía en el PAN la explicación es una exigencia antes de las elecciones de 2003. Algunos de los acusadores serán o quieren ser candidatos a puestos de representación popular en la ciudad y será entonces cuando ellos y sus cómplices conocerán el precio verdadero de eso que a todas luces parece un error.
Y ELLO PORQUE lo único que se consiguió fue hacer más fuerte a la actual presidenta del PRD.
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