Relaciones "envenenadas", las de Washington y
Berlín
Las relaciones entre Alemania y Estados Unidos atraviesan
un "momento envenenado" por las supuestas declaraciones de una ministra
alemana que comparó los métodos de Adolfo Hitler con los
del presidente George W. Bush, así como por las críticas
del canciller Gerhard Schroeder a las políticas de Washington contra
Irak, estimó la consejera de Seguridad, Condoleezza Rice.
En
entrevista con el Financial Times Deutschland, comentó que
"en Alemania se ha creado un clima envenenado", y preguntó cómo
se puede equiparar a Bush con el nazi, sobre todo por una alemana teniendo
en cuenta "la abnegación de Estados Unidos de liberar a los alemanes
de Hitler".
La ministra alemana de Justicia, Herta Daeubler-Gmelin,
negó haber comparado a Bush con Hitler, en una conferencia de prensa
a la que convocó sólo para tratar este asunto, que desató
revuelo político en Berlín y en Washington.
Schroeder, envió una carta a Bush en la que "lamentó"
que las palabras de su ministra lo hayan "herido", y le hizo saber que
ella le aseguró que nunca dijo las palabras que se le atribuyen.
Garantizó que "quien haga un paralelo entre el presidente estadunidense
y un criminal no puede tener lugar en mi gobierno".
La oposición política en Berlín exigió
a Schroeder el cese inmediato de Daeubler-Gmelin, socialdemócrata
muy cercana al canciller alemán, quien declaró que "lamenta
que en un clima de elevado nivel emocional se quiera empañar las
muy buenas relaciones germano-estadunidenses", y que la versión
difundida "no corresponde a la verdad".
No obstante, admitió que en una charla con sindicalistas
en Tubinga sobre la política de Bush en el caso de las amenazas
contra Irak, salió a relucir el nombre del dictador nazi, pero sostuvo
que lo hizo justo "para evitar que se haga una comparación entre
Bush y Hitler".
El diario Schwaebische Tageblatt citó textualmente
su declaración, que tanto polémica ha causado: "Los estadunidenses
tienen suficiente petróleo; Bush quiere distraer a la opinión
pública de sus problemas internos. Ese es un método muy común.
Hitler también lo hizo".
El secretario de Estado, Colin Powell, llamó al
ministro del Exterior alemán, Joschka Fischer, para expresarle su
"indignación" por los comentarios de la ministra sobre el presidente
Bush, en un segundo reclamo luego de que el vocero presidencial Ari Fleischer
se quejó por las declaraciones de la funcionaria socialdemócrata.
Por su parte, el subsecretario estadunidense de Defensa,
Paul Wolfowitz, acusó ayer de manera implícita a Schroeder
de haber puesto en juego el frente unido de la comunidad internacional
ante Irak. DPA Y AFP