Agravio al peculiar alcalde de Lajitas
Todavía espera justicia Clay Henry III, una castrada
cabra de linaje político
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSAL
Washington, 20 de septiembre. El alcalde de Lajitas
fue encontrado la mañana del 26 de noviembre de 2001 tirado, temblando
y sangrando. Alguien había castrado a Clay Henry III, heredero de
una dinastía política de este pueblito fronterizo en Texas,
y a pesar de que hay un acusado del terrible crimen que sacudió
ese lugar, un primer juicio no concluyó con una condena.
¿Ganará la impunidad?
Mientras los políticos de este país insisten
en nuevas medidas de seguridad y alertan sobre amenazas del exterior, en
Lajitas se cometió un crimen inusitado que ha minado la confianza
pública en la ley y el orden.
Al
parecer, esta tragedia fue resultado de un insulto mezclado con un poco
de alcohol. Pero el cuento no termina ahí: este caso no fue sólo
el de un alcalde víctima de un ciudadano bárbaro, ni sólo
que un hombre más haya sido agraviado, o el de otro atentado contra
una autoridad legítima u otro atropello del sexo masculino, ni de
otro acto insensato de violencia del hombre contra el hombre. De hecho,
la víctima ni es un hombre.
El alcalde honorario de Lajitas es... una cabra con un
apetito particular por la cerveza.
El caso fue llevado a juicio el mes pasado. El fiscal
Frank Brown sostuvo que Steve Smith le quitó una cerveza a Jim Bob
Hargrove para ofrecérsela a la famosa cabra y presumirla a un invitado
famoso. Hargrove, al parecer, se enojó, su ira fue creciendo durante
el día y esa noche regresó con un cuchillo con el cual tomó
venganza contra Smith y castró a la cabra. "Fue hecho para dañar
a Clay Henry, el icono y mascota de Lajitas", argumentó el fiscal
ante el jurado.
El abogado defensor dijo que su cliente había sido
víctima de un complot de Smith, quien intentó inmiscuirlo
fraudulentamente en el crimen con el objetivo de expulsarlo de la comunidad,
y que los responsables del terrible hecho eran cómplices de aquél.
Además, la defensa acusó a Smith de crueldad
contra los animales. "¿Usted nunca pensó que estaba matando
a esa cabra al darle cerveza?", preguntó el fiscal. "Nunca conocí
a nadie que se haya muerto de alcoholismo", respondió Smith.
Pero el fiscal alegó que Hargrove huyó de
Lajitas el día que se descubrieron los testículos del alcalde
honorario del pueblo. Una trabajadora de limpia en el condominio prestado
donde se alojaba Hargrove encontró un paquete de "carne extraña"
en el refrigerador y lo tiró. Un policía fue informado del
hecho y al investigar en el depósito de basura lo halló junto
al cuchillo ensangrentado.
Después de las declaraciones de varios testigos
de los dos bandos, el fiscal concluyó su argumento y dijo que la
cabra "era indefensa y ese hombre -señalando a Hargrove- no lo fue
ni lo es. Merece ser condenado".
Pero la defensa respondió que el crimen podría
haber sido realizado por cualquiera. "Podría haber sido un cualquiera.
Tal vez los ecoterroristas. La mayoría de la gente ahí (en
el pueblo) es normal, pero sí hay algunos loquitos".
Después de deliberar la semana pasada, el jurado
de 12 ciudadanos informó que no podía llegar a un consenso,
por lo que el juicio fue declarado nulo. Ahora el fiscal debe decidir si
se inicia otro juicio contra Hargrove, quien permanece en libertad bajo
fianza. Todos esperan saber, en particular las cabras (y algunos cabrones),
si aún hay justicia en este mundo.