"Ya pagó por haberse subordinado", dijo
alguien en el exterior de la residencia
Convoca Jonguitud a reunión en su casa; hermetismo
de invitados sobre el motivo
KARINA AVILES
Carlos Jonguitud, ex líder moral del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), acusado por profesores
disidentes de autoría intelectual de la muerte del maestro Misael
Núñez Acosta, convocó ayer en su residencia a 30 maestros
y personas allegadas, con quienes sostuvo una reunión privada de
casi tres horas. Aunque los invitados se negaron a proporcionar información
-incluso hubo quien dijo que el encuentro trató "de nada"-, algunos
salieron de la casa hablando entre ellos del PRI, de los "costos políticos"
y de que "Jonguitud ya pagó por haberse subordinado".
En parejas o pequeños grupos, los "amigos de Jonguitud"
llegaron alrededor de las 10:30 horas a una residencia con portón
de madera ubicada en la calle Lava, colonia Jardines del Pedregal.
Una persona que no se identificó llamó a
La Jornada para avisar de dicho encuentro, que fue confirmado. En
la casa del ex líder, este diario solicitó hablar con Jonguitud,
quien envió a un vigilante a decir: "por el momento no los puede
atender".
Hace
poco más de un mes el nombre de Carlos Jonguitud ha vuelto a llamar
la atención, luego de sus declaraciones realizadas a este periódico,
en las que culpó al grupo de Elba Esther Gordillo del asesinato
de Misael Núñez Acosta, quien fuera uno de los dirigentes
del movimiento magisterial disidente del valle de México.
A partir de ahí, simpatizantes de Gordillo se dedican
a defender a la secretaria general del PRI y a responsabilizar del asesinato
al grupo de Jonguitud.
Pero, por lo pronto, los nombres de ambos están
formalmente asentados en la averiguación que inició la Fiscalía
Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado a petición
de los profesores disidentes agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores
de la Educación (CNTE).
El servicio para el desayuno en la casa de Jonguitud fue
contratado para 40 personas a la Alquiladora Tecamachalco. Poco antes de
que diera la una de la tarde, el primero en salir de la residencia fue
el "yerno del licenciado Jonguitud". Así se presentó luego
de expresar a los reporteros de este diario: "voy a decir al policía
que ustedes están aquí para hacer un reportaje".
El "yerno del licenciado Jonguitud", en lugar de abordar
su auto Neón, se arrepintió e ingresó de nuevo en
la residencia para avisar a los ahí reunidos que había un
par de reporteros afuera. Tanto él como quienes salieron después
se negaron a informar sobre la cita.
Rubén Sánchez, quien dijo ser "jubilado",
respondió que el encuentro se "trató de nada". Su acompañante
Carlos Vargas lo secundó y agregó: "fue un desayuno de amigos".
Un grupo de mujeres -una de ellas le daba un aire a Elba
Esther Gordillo- continuó su plática en la calle, donde una
comentó que Jonguitud "ya pagó por haberse subordinado".
Todos los que salieron del desayuno inventaron algo para
mantener en secreto el contenido de la reunión. Alguien de plano
dijo: "¿Cuál reunión? Yo vine a ver a otra persona",
como si ni siquiera supiera que había salido de la casa de Jonguitud.
Otro aseguró que era "un mandadero" y que nada
sabía. Una "bióloga" dijo: "me están esperando mis
peques y no te puedo atender".
Uno más manifestó que adentro se había
nombrado una comisión a cargo de Refugio Araujo para que hablara
con La Jornada. Al abordar su auto, antes de escabullirse, sólo
agregó: "Los meros meros están adentro, fueron dirigentes
del SNTE".