Iván Restrepo
Xcaret y Xel-ha, evasores fiscales
Si alguna prueba faltara para mostrar las relaciones perversas
que con frecuencia establecen los funcionarios públicos con los
grupos de poder, sirvan dos casos en el Caribe mexicano. Al iniciar en
abril pasado su gestión, las autoridades del municipio de Solidaridad,
en Quintana Roo, denunciaron que los parques "ecológicos" Xcaret
y Xel-ha, ubicados en la franja costera de ese municipio, tenían
años evadiendo diversos pagos millonarios al fisco, entre ellos
por el uso de áreas que son propiedad federal.
Las autoridades no mentían, pues recientemente
varias instancias ambientales federales descubrieron que Xcaret solamente
pagaba por el uso de 5 mil metros cuadrados de la zona marítima
federal que le fue asignada en concesión hace más de diez
años, cuando en realidad ocupa 35 mil metros cuadrados. Así,
evadió cubrir los derechos por el uso de 30 mil metros cuadrados.
No es todo. Una de las atracciones del lugar es el buceo por un río
subterráneo, del que pueden disfrutar quienes pueden comprar el
boleto de entrada al parque (60 dólares por persona) y alquilar
el equipo necesario. El río ocupa en el parque 24 mil metros cuadrados.
Sin embargo, los concesionarios nunca han pagado por explotar ese bien
nacional. Si como anunció el maestro Víctor Lichtinger, las
autoridades federales sacarán el garrote para hacer cumplir la legislación
ambiental, los dueños de Xcaret deberán cubrir unos 30 millones
de pesos al fisco por el uso de zonas federales durante los últimos
cinco años, que es lo que ordena la ley. Por los demás años,
ni un centavo. Regalo espléndido para los que mucho se han beneficiado
con la careta de "ecólogos".
En cuanto a Xel-ha, otro sitio natural privilegiado, estuvo
por años bajo administración estatal. Pero el ex gobernador
Mario Villanueva se lo entregó a los dueños de Xcaret. El
actual huésped de La Palma tuvo siempre con ellos muy buenas relaciones
y negocios. Por motivos que el lector adivinará fácilmente,
por el uso de la zona marítima federal Xel-ha nunca ha pagado. Estamos
hablando de unos cien mil metros cuadrados. Si las autoridades no esconden
el garrote, los poderosos empresarios (muy influyentes también en
lo político) deberán cubrir otros 60 millones de pesos por
derechos de uso de la citada zona marítima.
Hemos referido aquí varias veces los enormes desajustes
ambientales, sociales y económicos que ocasiona el crecimiento desmedido
y anárquico de los 120 kilómetros de costa que van de Cancún
a Tulum. También, en qué terminó el sueño de
hacer de Cancún el polo turístico ejemplar: en desigualdad
y serios problemas urbanos, en hoteles de lujo que no disponen de playa
porque la naturaleza cobró pronto haber abusado de ella. En tanto,
es enorme la carencia de recursos para atender los rezagos causados por
el crecimiento acelerado de una actividad que mueve miles de millones de
dólares al año y deja migajas para satisfacer los servicios
que demanda la población local. En el caso de los dos parques mencionados,
los lazos de corrupción establecidos con diversas instancias de
gobierno para evadir al fisco repercuten negativamente en las finanzas
públicas y el cuidado del ambiente.
Las autoridades federales, que ahora ponen orden en algunos
megaproyectos y otros negocios que han gozado de protección oficial
en Cancún y la Riviera Maya, saben que los propietarios de Xcaret
y Xel-ha van por más. Con apoyo oficial se aprestan a convertir
el cañón del Sumidero, en Chiapas, en atracción "ecoturísica",
que podrá visitarse previo pago en dólares. A éste
se agregaría otro más en dicha entidad, nada menos que en
Agua Azul. Ambos proyectos corresponden a la visión empresarial
que del ecoturismo tienen dependencias como el Fondo Nacional de Turismo
(Fonatur).
Pero además, y pese a la oposición de empresarios
locales y de los grupos ambientalistas y de investigación, los dueños
de Xcaret siguen con el proyecto de establecer allí el primer home
port del país. Para ello se asociaron con la naviera Carnival,
de negro historial. Tan sólo en abril pasado a esta empresa le impusieron
una multa por 18 millones de dólares por falsear información
sobre sus descargas contaminantes en aguas internacionales. No está
de más señalar que el Caribe y el Mediterráneo son
los mares más contaminados por estas ciudades flotantes que invitan
a sus pasajeros a comer todo lo que quieren, mientras tiran al mar todo
lo que no podrían hacer si la ley se aplicara. Para el home port
los dueños de Xcaret dicen contar con todos los apoyos requeridos.
¿Hasta el de la autoridad ambiental federal?