Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 23 de septiembre de 2002
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Política
Iván Restrepo

Xcaret y Xel-ha, evasores fiscales

Si alguna prueba faltara para mostrar las relaciones perversas que con frecuencia establecen los funcionarios públicos con los grupos de poder, sirvan dos casos en el Caribe mexicano. Al iniciar en abril pasado su gestión, las autoridades del municipio de Solidaridad, en Quintana Roo, denunciaron que los parques "ecológicos" Xcaret y Xel-ha, ubicados en la franja costera de ese municipio, tenían años evadiendo diversos pagos millonarios al fisco, entre ellos por el uso de áreas que son propiedad federal.

Las autoridades no mentían, pues recientemente varias instancias ambientales federales descubrieron que Xcaret solamente pagaba por el uso de 5 mil metros cuadrados de la zona marítima federal que le fue asignada en concesión hace más de diez años, cuando en realidad ocupa 35 mil metros cuadrados. Así, evadió cubrir los derechos por el uso de 30 mil metros cuadrados. No es todo. Una de las atracciones del lugar es el buceo por un río subterráneo, del que pueden disfrutar quienes pueden comprar el boleto de entrada al parque (60 dólares por persona) y alquilar el equipo necesario. El río ocupa en el parque 24 mil metros cuadrados. Sin embargo, los concesionarios nunca han pagado por explotar ese bien nacional. Si como anunció el maestro Víctor Lichtinger, las autoridades federales sacarán el garrote para hacer cumplir la legislación ambiental, los dueños de Xcaret deberán cubrir unos 30 millones de pesos al fisco por el uso de zonas federales durante los últimos cinco años, que es lo que ordena la ley. Por los demás años, ni un centavo. Regalo espléndido para los que mucho se han beneficiado con la careta de "ecólogos".

En cuanto a Xel-ha, otro sitio natural privilegiado, estuvo por años bajo administración estatal. Pero el ex gobernador Mario Villanueva se lo entregó a los dueños de Xcaret. El actual huésped de La Palma tuvo siempre con ellos muy buenas relaciones y negocios. Por motivos que el lector adivinará fácilmente, por el uso de la zona marítima federal Xel-ha nunca ha pagado. Estamos hablando de unos cien mil metros cuadrados. Si las autoridades no esconden el garrote, los poderosos empresarios (muy influyentes también en lo político) deberán cubrir otros 60 millones de pesos por derechos de uso de la citada zona marítima.

Hemos referido aquí varias veces los enormes desajustes ambientales, sociales y económicos que ocasiona el crecimiento desmedido y anárquico de los 120 kilómetros de costa que van de Cancún a Tulum. También, en qué terminó el sueño de hacer de Cancún el polo turístico ejemplar: en desigualdad y serios problemas urbanos, en hoteles de lujo que no disponen de playa porque la naturaleza cobró pronto haber abusado de ella. En tanto, es enorme la carencia de recursos para atender los rezagos causados por el crecimiento acelerado de una actividad que mueve miles de millones de dólares al año y deja migajas para satisfacer los servicios que demanda la población local. En el caso de los dos parques mencionados, los lazos de corrupción establecidos con diversas instancias de gobierno para evadir al fisco repercuten negativamente en las finanzas públicas y el cuidado del ambiente.

Las autoridades federales, que ahora ponen orden en algunos megaproyectos y otros negocios que han gozado de protección oficial en Cancún y la Riviera Maya, saben que los propietarios de Xcaret y Xel-ha van por más. Con apoyo oficial se aprestan a convertir el cañón del Sumidero, en Chiapas, en atracción "ecoturísica", que podrá visitarse previo pago en dólares. A éste se agregaría otro más en dicha entidad, nada menos que en Agua Azul. Ambos proyectos corresponden a la visión empresarial que del ecoturismo tienen dependencias como el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur).

Pero además, y pese a la oposición de empresarios locales y de los grupos ambientalistas y de investigación, los dueños de Xcaret siguen con el proyecto de establecer allí el primer home port del país. Para ello se asociaron con la naviera Carnival, de negro historial. Tan sólo en abril pasado a esta empresa le impusieron una multa por 18 millones de dólares por falsear información sobre sus descargas contaminantes en aguas internacionales. No está de más señalar que el Caribe y el Mediterráneo son los mares más contaminados por estas ciudades flotantes que invitan a sus pasajeros a comer todo lo que quieren, mientras tiran al mar todo lo que no podrían hacer si la ley se aplicara. Para el home port los dueños de Xcaret dicen contar con todos los apoyos requeridos. ¿Hasta el de la autoridad ambiental federal?

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