La Habana confirma que apoyó a Mirta Roses, no al mexicano Jaime Sepúlveda
Cuba hace perder a Castañeda lucha por la OPS
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 28 de septiembre. En un reflejo indirecto del conflicto entre México y Cuba, una intensa batalla diplomática de última hora provocó el fracaso de una campaña impulsada por el canciller Jorge G. Castañeda para llevar al mexicano Jaime Sepúlveda Amor a la dirección general de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de acuerdo con fuentes convergentes.
El movimiento tomó por sorpresa a la diplomacia mexicana, que hace dos semanas consideraba garantizado el triunfo. La votación, el miércoles pasado, arrojó un imprevisto resultado que colocó a la argentina Mirta Roses al frente del organismo para un periodo de cinco años.
La votación fue secreta, pero el canciller cubano Felipe Pérez Roque confirmó este sábado en una rueda de prensa que su país apoyó a Roses. "Fue una decisión tomada desde el principio. No entrañó en ningún caso una decisión personal contra el candidato Jaime Sepúlveda, de México".
Bajo las reglas aplicables en la OPS, el director general tiene que elegirse con al menos 20 de los 38 votos posibles. Sepúlveda tenía su caudal asegurado, cuando pocas horas antes de la elección se produjo un súbito cambio de votos, según una versión conocida por La Jornada.
ƑQué ocurrió y por qué?
Aún no está claro, pero la versión dice que hubo una llamada telefónica clave del presidente Fidel Castro a su amigo y aliado de Venezuela, Hugo Chávez, para pedirle que apoyara a la argentina.
El canciller venezolano, Roy Chaderton, que estaba hoy en visita oficial a Cuba, habló a la prensa junto con Pérez Roque. En respuesta a una pregunta de este diario confirmó tácitamente que el voto de su país fue para Roses, pero explicó:
-Eso fue un error del canciller venezolano, simple y llanamente. Fue rectificado oportunamente y comunicado a México.
-ƑPodría ser más explícito? -se le insistió.
-No. Es suficiente.
Lo cierto es que Mirta Roses, de 56 años, subdirectora de la OPS desde 1995, se convirtió en la primera mujer en asumir el máximo puesto ejecutivo en la centenaria entidad, brazo americano de la Organización Mundial de la Salud y que discute, coordina y promueve políticas y campañas de salud pública en la zona.
Su elección fue uno de los temas centrales de la 26 Conferencia Sanitaria Panamericana, celebrada esta semana en Washington, con participación de los ministros de salud del hemisferio. Roses asumirá el cargo el primero de febrero de 2003.
La cirujana argentina, especialista en epidemiología y con experiencia en la OPS desde hace dos décadas, obtuvo 20 votos a favor, contra 16 de Sepúlveda y dos abstenciones. Exactamente el resultado que esperaba México, pero en sentido contrario.
La candidatura de Sepúlveda, director del Instituto Nacional de Salud Pública, había surgido hace un año, bajo la línea de Castañeda de desplegar un activismo internacional que, entre otros objetivos, coloque a México al frente de cuantos organismos multilaterales sea posible.
Médico cirujano y académico, de 48 años, especialista en salud pública y medicina tropical, hermano menor del ex canciller Bernardo Sepúlveda, el candidato mexicano abanderaba una nueva campaña que ponía a prueba la capacidad de convocatoria de México en la región.
Sepúlveda vino en la comitiva oficial cuando el presidente Vicente Fox realizó su visita de trabajo a Cuba, el pasado 4 de febrero. El mandatario agradeció a Castro el apoyo cubano para la candidatura de México al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, decidida en 2001, y lo pidió para la contienda en la OPS.
A diferencia de lo que ocurrió en Naciones Unidas, el apoyo cubano nunca llegó y en cambio se desgranó el peor conflicto en las relaciones bilaterales.
Pero igual que en la elección para el Consejo de Seguridad, México dividió a los latinoamericanos: esta vez frente Argentina; en aquella ocasión ante la República Dominicana, lo que obligó a llevar la decisión a la Asamblea General.
La posición de Cuba en la OPS es muy influyente, por su prestigio en la materia, sus planes de cooperación con países de la zona, especialmente en el Caribe, su activa participación en la entidad y el reconocimiento de la propia organización a la aplicación de recomendaciones, campañas y políticas de salud pública en la isla. En materia de decisiones, el voto cubano es indicativo para muchos países caribeños.
En cualquier caso, la campaña mexicana acababa de arrancar a finales del año pasado, cuando ya existían dos candidaturas: la de Roses y la del costarricense Juan Antonio Casas, director de la División de Salud y Desarrollo de la OPS.
La movilización de Tlatelolco fue intensa y contra el reloj, hasta el grado de que el mes pasado logró convencer a Casas de que retirara la postulación que sostenía desde marzo de 2001 y se uniera a Sepúlveda.
La adhesión de Casas le vaticinaba un triunfo fácil al mexicano. Apenas mes y medio antes de la elección, Sepúlveda había quedado solo frente a una competidora contra las cuerdas. La candidatura argentina había entrado en un serio predicamento tras la crisis que sacudió al país sudamericano en diciembre del año pasado y que convirtió a Roses en representante de un gobierno inestable y poco confiable.
Cuando Casas ya estaba respaldando a Sepúlveda, Roses aún enfrentaba un conflicto adicional: Argentina tenía un enorme retraso en el pago de sus cuotas a la OPS, y técnicamente no tendría derecho a votar ni a presentar candidatura.
Pero hace apenas dos semanas los argentinos empezaron a liquidar sus adeudos, Roses levantó cabeza y aparecieron las consultas y gestiones en su favor.
Al "error" de última hora del canciller venezolano hay que sumar, al menos, el cambio de votos de otros tres países, que provocaron el vuelco en el resultado. Brasil presentó la candidatura argentina, que según las fuentes consultadas fue apoyada mayoritariamente por Sudamérica y el Caribe.
Las versiones indican que en el repunte fulminante de Roses fue decisivo el respaldo de Cuba y de Barbados, el país de procedencia del director general saliente, George Alleyne. Según esas versiones, Sepúlveda se quedó con el apoyo de Canadá, Estados Unidos y los votos centroamericanos que le aportó Casas, más algunos caribeños y sudamericanos.
El viernes pasado el diario oficial Granma consignó que la elección de Roses se produjo "a pesar de la oposición de Estados Unidos y Canadá".