MEXICO, S.A.
Carlos Fernández-Vega
Remesas: millonario negocio a costa de los migrantes
Doble ''rasurada'' sufren las transferencias
MES TRAS MES, EL INGRESO de alrededor de un millón
100 mil hogares mexicanos, que congregan a cerca de 5.5 millones de personas,
se ve fortalecido -aunque en muchos casos ese y no otro es el único
sustento familiar- con las remesas económicas que sus parientes
migrantes les envían, especialmente desde Estados Unidos.
EN
2001, DE ACUERDO con el Consejo Nacional de Población, el promedio
mensual que cada uno de esos hogares recibió por dichas remesas
fue de mil 216.66 pesos. Los hogares en el medio rural obtuvieron mil pesos
y los urbanos mil 433.33. Casi 70 por ciento de los receptores de esos
dineros -básicamente mujeres- tienen entre 20 y 59 años de
edad, y alrededor de uno de cada cuatro son mayores de 60 años.
DE CUALQUIER SUERTE, independientemente de la sólida
contribución que la mano de obra mexicana expulsada de su país
aporta a la balanza de pagos y a las fortunas de algunos "hombres de negocios",
si los trabajadores migrantes desean enviar dinero a sus familias no hay
de otra que pasar por la "criba" -otros gustan en llamarle "comisiones",
olvidándose de la especulación con el tipo de cambio- de
los consorcios que les hacen la caridad de transferirles el dinero de un
país a otro.
PARA EL CASO MEXICANO se estima que en 2001 esa
"criba" representó una merma de entre 2 mil y 2 mil 200 millones
de dólares para las familias receptoras de dichas remesas, sin considerar
una segunda "limpia" hecha por las empresas "cribadoras" por medio del
tipo de cambio, tradicionalmente menor al imperante en el mercado financiero.
El monto equivale a los ingresos extraordinarios obtenidos por Petróleos
Mexicanos por el aumento en el precio del crudo de exportación entre
enero y agosto de 2002.
EL PAGO DE ESTA DOBLE "comisión" es por
demás democrático, porque no sólo afecta a los trabajadores
mexicanos migrantes, sino que es parejo. Se estima que este privilegio
-para las empresas, desde luego- permite "rasurar" de 20 a 22 por ciento
el monto original a remitir, aunque algunos organismos internacionales
reducen ese cálculo a 12.5 por ciento.
EN ESTE SENTIDO, EL Banco Interamericano de Desarrollo
patrocinó una encuesta ("El costo de enviar dinero a casa"), que
revela que la mayoría de los migrantes latinoamericanos en Estados
Unidos que envían dinero a familiares en sus países de origen
"no están enterados de las comisiones cobradas por las firmas que
hacen las transferencias".
CUANDO SE PREGUNTO a los encuestados si pensaban
que sus parientes recibían la cantidad completa del dinero transferido,
58 por ciento respondió afirmativamente, 33 por ciento aseguró
que no y el 9 por ciento restante dijo que no sabía o evitó
responder. Según estudios anteriores del BID, las empresas de transferencia
de dinero cargan un promedio de 12.5 por ciento para transferencias entre
Estados Unidos y los países de América Latina y el Caribe,
o sea unos 25 dólares para una remesa típica de 200 dólares.
LA ENCUESTA FUE LEVANTADA por Bendixen y Asociados,
empresa comisionada por el Fondo Multilateral de Inversiones, miembro del
Grupo BID, como parte de una serie de estudios sobre remesas que se envían
a América Latina y el Caribe. El estudio, que no incluyó
ciudadanos de Jamaica y Haití, se basó en entrevistas telefónicas
con un grupo representativo de mil migrantes latinoamericanos, ubicados
en 23 entidades de Estados Unidos.
EL PRESIDENTE DE la empresa encuestadora, Sergio
Bendixen, aseguró que la mayoría de los inmigrantes latinoamericanos
no entiende la combinación de cargos de envío y costos de
cambio de moneda que se aplica al dinero que transfieren. "Cuando nosotros
explicamos a los encuestados los cargos que pagan por sus envíos
de dinero, se sintieron indignados". Una vez que se detalló el tema
de los cobros realizados ("honorarios"), 59 por ciento dijo que los consideraba
"injustos", 25 por ciento "justos" y 16 por ciento no se pronunció
o de plano no sabía de qué se le hablaba.
LA ENCUESTA INDICO QUE 69 por ciento de los migrantes
latinoamericanos que viven en Estados Unidos (casi 10 millones de adultos)
remiten anualmente un promedio de siete envíos de 200 dólares
a sus familias en América Latina, lo cual equivale a unos 15 mil
millones de dólares en remesas. Si se incluyen los envíos
que se hacen desde Canadá, Europa y Japón (junto con los
hechos a Jamaica y Haití), América Latina y el Caribe reciben
en total un monto estimado en 23 mil millones de dólares anuales
por este concepto. Esta cantidad excede el total de ayuda extranjera y
de organismos multilaterales que fluye a la región.
ASIMISMO, 41 POR ciento de los migrantes latinoamericanos
acudió a las empresas Western Union y MoneyGram para el envío
de sus remesas, 20 por ciento utilizó bancos y cooperativas de crédito,
29 por ciento a otras compañías internacionales y 10 por
ciento otros métodos, entre los que se cuenta el prácticamente
inseguro correo.
EL RESULTADO DE LA encuesta patrocinada por el
Banco Interamericano de Desarrollo remarca la necesidad de transparentar
la información sobre los costos de transferencia de dinero y el
tipo de cambio aplicable, como una manera de introducir, a corto plazo,
más competencia en el sector. El uso de cuentas bancarias por parte
de los migrantes y sus familias proporcionaría la mejor manera de
bajar los costos de envío a largo plazo. Las estimaciones actuales
indican que solamente la mitad de los migrantes latinoamericanos en Estados
Unidos tiene cuentas bancarias.
HASTA AHI LOS resultados de la encuesta patrocinada
por el BID, pero el pasado jueves el presidente de Bendixen consideró
que es tal la importancia económica y política de las remesas
enviadas por los trabajadores migrantes a sus naciones de origen, que -dijo
en un tono nada convincente- "cuando en 25 años un presidente latinoamericano
llegue a Washington, ¿será más importante que visite
la Casa Blanca o que se entreviste con las sirvientas, los limpiadores
y los encargados de estacionamientos?... Esta gente será más
importante para el país de ese presidente que el Congreso o la Casa
Blanca... De hecho, ya son más importantes". (La Jornada,
Jim Cason y David Brooks).
Las rebanadas del pastel:
¿REALMENTE LLEGARA EL DIA en que la gente
sea más importante que los políticos, o es sólo publicidad?