A 34 AÑOS DE TLATELOLCO
Exige el PRD en el Senado terminar con la impunidad
y llevar a juicio a los culpables
Como en el 68, diputados del PRI lamentaron que manos
ajenas distorsionaran el movimiento
En la sede nacional del tricolor se defendió
el patriotismo de Díaz Ordaz y Echeverría Los participantes
estaban infiltrados por fuerzas oscuras, dice el panista García
Velázquez
A 34 años de distancia, y en voz de un diputado
que nació luego de los acontecimientos del 2 de octubre de 1968,
el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantiene la versión
de sus jefes políticos respecto de la matanza en la plaza de las
Tres Culturas, en Tlatelolco. ''Lamentamos enérgicamente, de nueva
cuenta, la distorsión que sufrió el movimiento y que implicó
la participación de actores ajenos a la causa que confundió
los medios para conducirlo'', expresó el legislador José
Francisco Yunes.
En la tribuna de la Cámara de Diputados el recuerdo
de los sucesos de octubre de 1968 fue acompañado de una reiterada
demanda para colocar en letras de oro un homenaje a las víctimas
de aquel suceso.
Por otra parte, ante el pleno del Senado de la República
la fracción del Partido de la Revolución Democrática
(PRD) exigió terminar con 34 años de impunidad en la matanza
del 2 de octubre de 1968, e insistió en que el ex presidente Luis
Echeverría Alvarez, así como los otros implicados -Alfonso
Martínez Domínguez, Luis Gutiérrez Oropeza, Rogelio
Flores Curiel, Pedro Ojeda Paullada y Miguel Nassar Haro, entre los más
de 60 responsables- sean llevados a juicio.
A la vez, en el Comité Ejecutivo Nacional priísta
ayer se discutieron por primera vez los hechos del 2 de octubre, pero el
foro al que convocó el presidente de la Comisión de Seguridad
Nacional del partido tricolor, Javier Oliva, fue utilizado por sus
invitados para defender el ''patriotismo'' de los ex presidentes Gustavo
Díaz Ordaz y Luis Echeverría Alvarez, y para atacar a la
Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del
Pasado.
Se interpreta la tragedia como ''bandera de venganza''
En la Cámara de Diputados, los legisladores priístas
señalaron que la izquierda mexicana manifiesta una interpretación
de la tragedia del 68 ligada ''a la bandera de la venganza y como instrumento
de posicionamiento ante la opinión pública''.
José Francisco Yunes adujo que rememorar el 2 de
octubre no implica negar el pasado ni sus errores, ni impedir su conocimiento
a fondo. ''Pero es preciso no usar el simbolismo de estos hechos en beneficio
de unos y en linchamiento de otros'', expresó.
Por su parte, el diputado perredista Uuc-kib Espadas Ancona
equiparó la matanza de Tlatelolco con la muerte del régimen
autoritario posrevolucionario. No obstante, manifestó, 34 años
después la democracia aún transita penosamente sin terminar
de consolidarse.
Desde 1968, dijo, los mexicanos han atestiguado cómo
las esferas del poder han ocultado los datos de la verdad histórica
sobre la represión. Y demandó: ''Estamos seguros que en esta
cámara, mucho más pronto de lo que podríamos esperar,
se inscribirá finalmente la alusión a los mártires
de 1968, y estaremos puestos en el camino para olvidar, reconciliar y aprovechar
el gran caudal democrático que los mártires de Tlatelolco
nos dejaron''.
Antes, Víctor García Dávila, del
Partido del Trabajo, fustigó a los herederos del pasado régimen
y al nuevo gobierno ''por no reconocer la autenticidad y la verdadera dimensión
del pasado histórico en México, porque eso significaría
hablar con la verdad y comprometerse con ese valor humano que los políticos
han distorsionado. El nuevo régimen tiene miedo a juzgar a los responsables
directos de esa guerra sucia. La creación de la fiscalía
para investigar los delitos cometidos en el pasado simplemente es una cortina
de humo para cubrir a esos responsables''.
En el mismo sentido que Yunes, el diputado del Partido
Acción Nacional (PAN), Raúl García Velázquez,
al recordar su participación el 2 de octubre de 1968, expresó
su certeza de que participaron grupos ''extraños'' al movimiento
estudiantil:
''Estaban infiltrados (los estudiantes) por fuerzas tan
oscuras, que todavía hoy me pregunto qué pretendían,
qué es lo que querían. Me sigo preguntando: ¿qué
deseaban esas fuerzas oscuras con esa matanza, con ese derramamiento de
sangre pura, de sangre limpia, de sangre joven, de sangre de estudiantes,
que lo único que querían era un cambio en las altas esferas
de la política? ¿Por qué nunca se interesaron por
el bien común, sino que únicamente estaban interesados en
sus mezquinas inclinaciones?''
No hay paz sin verdad
En nombre de su fracción, la senadora del Partido
de la Revolución Democrática Leticia Burgos resaltó
que si no se pueden sancionar los abusos y crímenes cometidos por
quienes detentaron el poder en el 68, ''nuestro futuro como nación
estará cancelado''.
Insistió en que todos deben preguntarse si a 34
años de la brutal represión a los estudiantes todos van a
seguir callados. ''No puede hablarse de paz ni de cambio si la verdad sigue
sin conocerse. No es posible que a más de 30 años, la niebla
del silencio todavía esconda muchos detalles de lo sucedido, empezando
por el número exacto de muertos y heridos, así como el de
la participación de autoridades civiles y militares''.
Piden priístas que no se politicen las indagatorias
Desde la tribuna, y en nombre del PRI, el senador Ismael
Hernández demandó que no se politicen las investigaciones,
ya que aunque esos hechos trágicos merecen una condena internacional,
''la memoria histórica no debe ser utilizada para reabrir heridas
sino para ratificar que nunca más se vuelva a dar un 2 de octubre''.
También en el Senado de la República, ex
integrantes del Consejo Nacional de Huelga (CNH) del 68, encabezados por
Raúl Alvarez Garín, exigieron que la fiscalía especial
encargada de esclarecer esa matanza y otros movimientos políticos
y sociales del pasado acelere las investigaciones para que esos hechos
sangrientos no queden impunes.
Acompañados por el coordinador perredista, Jesús
Ortega Martínez, los ex integrantes del Consejo Nacional de Huelga
(CNH) anunciaron la realización de un seminario internacional que
se llevará a cabo a partir del mes de noviembre en esa cámara,
en el que especialistas en desapariciones forzadas analizarán el
caso de México.
Mientras tanto, en el PRI, Gilberto Rincón Gallardo
afirmó que el 2 de octubre el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz
cometió un genocidio, y cuestionó que los torturadores de
entonces hoy son ''gente con grandes capitales, muy ricos''. La crítica
provocó la molestia del ex secretario particular de Luis Echeverría
Alvarez, Enrique Mendoza, y de Raúl Moreno Wonche.
Mendoza afirmó que no se cometió un genocidio,
porque el concepto se aplica a la persecución de grupos por cuestiones
religiosas y étnicas, y al igual que Moreno Wonche defendió
a su ex jefe Luis Echeverría, al que ubicó como ''víctima''
de las acusaciones que se hacen en su contra.
Al foro asistió Pedro Ojeda Paullada, pero en cuanto
vio a los reporteros salió del lugar.
ANDREA BECERRIL, ROBERTO GARDUÑO,
CIRO PEREZ Y ENRIQUE MENDEZ