ASTILLERO
Julio Hernández López
Donaciones, caridad, ¿justicia?
Las limosnas no pueden sustituir obligaciones del Estado
La política, instrumento necesario para impedir
estallidos
LA PAREJA QUE gobierna al país ha decidido
dar un notable ejemplo de generosidad y altruismo al comprometerse a que,
en las respectivas horas finales, sus órganos y tejidos puedan ser
trasplantados para salvar o prolongar vidas ajenas. Vicente Fox dijo que
esa cesión voluntaria, firmada en Los Pinos durante la ceremonia
de lanzamiento de la semana nacional de donación y trasplante de
órganos, es un acto "de compromiso con la vida y de solidaridad
hacia nuestros semejantes". Por su parte, la "señora Marta" (así
le llama en público su propio esposo) señaló que tales
transferencias biológicas son una oportunidad de convocar a la sociedad
a luchar y a lograr "un esfuerzo de vida más". El gesto del Presidente
y la señora presidenta (ella, por lo pronto, de la Fundación
Vamos México) aportará sin duda buenos resultados a la causa
que combate el egoísmo corporal póstumo y trata de convertirlo
en oportunidad de restauración para otros seres.
TALES
LANCES personales corresponden al fuero íntimo, a la convicción
individual, al reino de la ética y probablemente de la religión,
pero no pueden ser convertidos en políticas de Estado ni en conducta
pública. Dar limosna, donar dinero, ropa o comida a los desvalidos,
ser generoso y desprendido, son valores y posturas de cada quien, para
cuyo cumplimiento sólo necesita el individuo consultar consigo mismo
(y con sus haberes, desde luego). Cosa distinta sucede cuando de lo que
se trata es de dineros públicos, de decisiones colectivas, de actitudes
que impactarán a las comunidades: para ello se institucionalizó
la política, con sus expresiones naturales que son los partidos,
que, como su nombre lo indica, representan una parte de la totalidad ciudadana
y que, entre otras cosas, tienen como objetivo y fin disputar abiertamente
la conducción de esos asuntos públicos. Provenientes de ámbitos
económicos y sociales donde los cargos de conciencia se suelen paliar
mediante la filosofía de la limosna (llámese ésta
así o disfrácese de té canasta, conferencia internacional,
colecta, teletón o cualquiera de sus variantes siempre lucidoras
en los medios de comunicación), quienes hoy gobiernan México
creen que la caridad discrecional puede suplir la obligación institucional
de ayudar a los desvalidos y que en circunstancias extremas, como hoy está
sucediendo en el sur peninsular de la República, la política
y los partidos deben callarse y paralizarse "por el bien de México".
POR ELLO ES posible hoy ver al secretario de Gobernación,
Santiago Creel, ensayar tonos y casete de orador pueblerino al exhortar
a que se abandone el ejercicio de la política y a que los partidos
abdiquen de su función natural para que prospere "el interés
del pueblo". El hombre de Bucareli, como su jefe (quien ha ido agrandando
el tamaño de su molestia contra el pueblo pedigüeño,
comodino y latoso que creyó el 2 de julio de 2000 que él
sería el mesías con botas), lo que está haciendo es
tratar de minimizar la cuota de responsabilidad que a ellos, como gobierno
federal (y a Patricio Patrón Laviada, como gobernador de Yucatán,
y a José Antonio González Curi, en Campeche), les toca por
el gravísimo abandono en que se ha tenido a miles de mexicanos a
los que en el momento oportuno no se atendió (Fox, por andar pensando
en los petroleros lingotes de oro; Patrón, por la frivolidad que
le caracteriza, y González Curi por similar superficialidad y por
corrupción y sectarismo priístamente conocidos) y a los que
todavía hoy se sigue dando solamente atole mediático, escenográfico,
discursivo, con el dedo.
POLITICA Y PARTIDOS, en cambio, es lo que se necesita
para mantener viva la esperanza del pueblo en que es posible mejorar sus
condiciones de vida. De otra forma prende la chispa de la violencia, como
en algunas zonas de la península de Yucatán está sucediendo
ante la evidencia de que las limosnas, la caridad y la demagogia derechista
de las buenas intenciones de nada sirven. O como durante años ha
prendido en estados como Guerrero, donde este domingo hubo elecciones locales
que confirmaron el virtual bipartidismo que reparte el poder entre PRI
y PRD, al grado incluso de que los dirigentes del sol azteca, con Rosario
Robles a la cabeza (en helicóptero cuyo uso de inmediato provocó
polémica), creen estar en la antesala de ganar la gubernatura que
por poca diferencia de votos le fue en su momento arrebatada a Félix
Salgado Macedonio. Triunfo perredista completo en el municipio de Acapulco
y acomodo priísta en las zonas rurales o de menor urbanización
en las que siguen dominando los caciques y las prácticas electorales
más primitivas. Alberto López Rosas, hijo de aquel mítico
Rey Lopitos, sucederá a Zeferino Torreblanca en la alcaldía
acapulqueña, y ambos perredistas, más el actor y ahora cantante
Salgado Macedonio, serán naturales aspirantes a una candidatura
perredista a gobernador que estará en mejores condiciones para enfrentar
al figueroísmo dividido.
ASTILLAS:FRANCISCO LABASTIDA Ochoa dijo ayer que
existe "revanchismo político" contra su partido y que él
en lo personal está absolutamente dispuesto a concurrir adonde le
sea indicado para rendir declaración judicial sobre lo que se quiera...
Ayer fue instalada la mesa de pláticas relativa al emplazamiento
a huelga de la UNAM. Los trabajadores piden 40 por ciento de aumento, lo
cual, desde luego, es sólo una forma de poner el listón en
alto para irlo disminuyendo hasta dejarlo en cifras realistas. De no haber
arreglo, el 1º de noviembre se declararía la huelga en esa
casa de estudios... El gobernador de Texas, Rick Perry, a quien Vicente
Fox desairó durante su visita a México en semanas pasadas,
dice que él no encabezará la toma de represalias contra nuestro
país por el incumplimiento de pagos de agua, pues tal liderazgo
punitivo le corresponde al mismísimo gobierno de George W. Bush
que, como se ve, anda pero muy necesitado de echarle pleito a lo que sea,
no solamente Irak.