Reúnen en un libro obras creadas por
el artista oaxaqueño durante siete décadas
Condensan el genio universal de Tamayo en más
de 100 ilustraciones
Incluye retratos de poetas, escritores e intelectuales
publicados en revistas y periódicos
Se busca desplegar una riqueza creativa que, con el
tiempo, había caído en el olvido
CARLOS PAUL
Más de un centenar de ilustraciones creadas por
el maestro Rufino Tamayo durante más de 70 años para acompañar
diversas publicaciones son reunidas en Tamayo ilustrador, libro
que ''aspira a ser exhaustivo y -dentro de la obra monumental del pintor
oaxaqueño- significa un breve pero interesante apartado".
El volumen muestra retratos de poetas, escritores e intelectuales
publicados en revistas y periódicos; viñetas, ilustraciones
para revistas; litografías realizadas para libros de artistas; así
como obras en las que Tamayo empleó procedimientos que no usó
en su pintura de caballete, como el dripping (manchas y chorreados
de pigmentos y tintas).
Notable variedad estilística
''Si
las muestras antológicas de sus litografías, xilografías,
serigrafías, colografías y mixografías, llevadas a
cabo con frecuencia en la ultima década de la vida de Tamayo, permitieron
situarlo como uno de los artistas gráficos con mayor cantidad de
recursos formales y simbólicos en constante renovación, el
arracimado de sus ilustraciones revela a un hombre de amplísima
cultura, renovador e inventor, con una voz propia y muy rica dentro de
la gran familia de ilustradores mexicanos, en la que hay que contar a Julio
Ruelas, José Guadalupe Posada, José Clemente Orozco, Diego
Rivera, Carlos Mérida, Leopoldo Méndez, Miguel Covarrubias,
Francisco Toledo y muchos más", apunta la crítica de arte
Raquel Tibol en el prólogo del libro, y añade: ''Notable
es la variedad estilística practicada por Tamayo como ilustrador
entre 1921 y 1991. Asombra su capacidad para reducir la presentación
de seres y objetos a un mínimo caligráfico, de trazo ligero,
acentos precisos y finalidades ricas en contenidos, variadas en su elocuencia."
En estos ''discretos y mínimos trabajos", escribe
Juan Carlos Pereda -curador junto con Nuria Rico de estas obras-, ''se
puede apreciar el genio universal del artista. Las ilustraciones realizadas
ex profeso siempre tuvieron más el carácter de pequeñas
obras de caballete (que bien podrían haberse exhibido como pinturas
en miniatura) que la función única y directa de ilustrar
una portada o engalanar una revista.
''Desde los retratos de poetas, escritores e intelectuales
publicados en revistas y periódicos de los años veinte y
treinta, pasando por las viñetas aparecidas en la revista Ruta,
las ilustraciones para Vogue o Mexican Folkways, las portadas
para libros -como la monografía dedicada a Tamayo por Paul Westheim
o el primero de los dos ensayos de Octavio Paz-, así como la portada
y las tres ilustraciones para ¿Aguila o sol?, se advierte
una capacidad que rebasa por mucho la mera ilustración."
Nueva perspectiva de lectura
El libro, apuntó Pereda, ''busca desplegar ante
el público la riqueza de una obra que, con el tiempo, había
caído en el olvido".
En su faceta de ilustrador, concluye Nuria Rico, ''Tamayo
legó una serie de obras peculiares dentro de su producción,
nacidas de un proceso crítico-creativo donde la transformación
interpretativa del texto se resuelve en un espacio plástico autónomo.
Al crear un universo que dialoga con el texto, enriquece su visión
simbólica, abriendo una nueva perspectiva de lectura".
(Tamayo ilustrador, coeditado por la Fundación
Olga y Rufino Tamayo y Editorial RM, será comentado por Juan Soriano,
Teresa del Conde y Ricardo Pérez Escamilla hoy a las 19:30 horas
en el Museo Rufino Tamayo, Reforma y Gandhi, Chapultepec.)