Pernoctan bajo lonas y sobre colchones húmedos; algunos padecen diarrea y gripa
En riesgo, la salud de 40 niños en Amalacachico
A una semana del desalojo del predio, ayer fueron liberados 11 vecinos más
MIRNA SERVIN VEGA
Más de 40 niños que habitan bajo lonas, sobre colchones húmedos por la lluvia y rodeados de charcos infestados de mosquitos, corren el riesgo de sufrir una epidemia de enfermedades respiratorias y gastrointestinales en Amalacachico, predio desalojado hace más de una semana en la delegación Xochimilco, por ser área protegida.
Desde hace varios días, algunos pequeños -cuyas edades oscilan entre los ocho meses y los 11 años- padecen vómito, diarrea, calentura y gripa. Aunque desde el jueves pasado los desalojados del predio recibieron la visita de médicos, como ayuda del Gobierno del Distrito Federal, y algunos tienen recetas de centros de salud cercanos, en general no cuentan con los mínimos recursos para comprar los medicamentos.
Este sábado, al mediodía, un niño de alrededor de año y medio fue trasladado primero a un consultorio particular y luego a un hospital, debido a que sufría insuficiencia respiratoria, lo que por instantes le hacía perder el sentido. Tras ser recibido en el hospital Manuel Gea González, ayer mismo el pequeño regresó al predio. Aunque se encuentra estable, los habitantes manifiestan su preocupación por el resto de los niños.
En Amalacachico, a falta de otra opción, aún permanecen cerca de 80 familias en la zona desalojada, bajo grandes lonas de plástico, algunas de las cuales fueron proporcionadas por autoridades del Gobierno del DF, así como entarimados para poner los colchones, un par de letrinas, luz y dos tanques de agua potable.
Sin embargo, los desalojados que no cuentan con familiares que los alberguen, ni cuentan con el favor de patios ofrecidos por los colonos de las zonas aledañas para que pernocten, han sufrido las inclemencias del tiempo, además de la falta de víveres.
La mayor parte de los niños que permanecen en el predio, según un censo, tienen entre dos y cuatro años de edad. A diferencia de los primeros días luego del desalojo, ya no corren tras los perros ni juegan entre el barro; ahora se les observa envueltos en cobijas, sobre las camas improvisadas, o llorosos tras las mamás, que sólo atinan a decir: "Tiene calentura, pero no tengo para las medicinas, Ƒqué hago?" Asimismo, los pobladores del campamento expresan que los niños se sienten atemorizados porque la mayoría fueron testigos del desalojo y "con cualquier sobresalto en la noche, quedan muy asustados".
Gabriela, una de las representantes de la sección uno del predio desalojado, se pregunta, durante un recorrido por el lugar: "ƑQué es lo que quieren las autoridades? ƑQue la gente se canse y se vaya de aquí?"
El módulo ofrecido por el subsecretario de Gobierno del DF, Alejandro Encinas, los primeros días del conflicto, fue instalado el viernes a un lado de las oficinas de la delegación territorial. Sin embargo, la concurrencia ha sido casi nula.
Los afectados por el desalojo explican que primero se había ofrecido que el módulo de atención para elaborar un censo de los habitantes y dar opciones de vivienda estaría en el mismo terreno. Aunque se haya ubicado en las oficinas delegacionales, dicen, casi nadie ha ido porque tienen miedo. "Tenemos a gente en la cárcel y nadie sabe si confiar ahora en este proceso".
Respecto de los detenidos durante el desalojo en Amalacachico, el viernes salieron 11 vecinos más del Reclusorio Sur, tras pagar la fianza correspondiente.
Félix Flores explicó que aunque pagaron finalmente 6 mil 400 pesos cada uno, son cantidades muy altas para ellos, que son de muy bajos recursos.