Rechazan que el objetivo del órgano sea sancionar a personas o centros de enseñanza
Fue integrado el consejo técnico del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
La calificación debe tomar en cuenta las desigualdades socioeconómicas, afirman
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Para superar resistencias, el recién creado Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) debe hacer un uso positivo de las pruebas y no sancionar a personas ni instituciones educativas, coincidieron integrantes del consejo técnico del organismo.
Guadalupe Ruiz Cuéllar, José Alvarez Manilla y Ana Rosa Barahona, tres de los 16 expertos miembros del consejo técnico, señalaron en entrevista con La Jornada que uno de los retos que enfrenta el INEE es que en las evaluaciones se tomen en cuenta las grandes desigualdades socieconómicas de la población estudiantil.
El consejo quedó integrado por 16 especialistas, cuatro de ellos extranjeros (dos españoles, un uruguayo y un estadunidense), mientras la mayoría de los mexicanos proviene de la Universidad Iberoamericana (Uia) y la Universidad Autónoma de Aguascalientes (de la que fue rector el director del INEE, Felipe Martínez Rizo); sólo hay una investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Entrevistados a unas horas de su nombramiento, señalaron que la falta de una cultura de la evaluación es uno de los principales obstáculos al que se enfrenta el instituto para hacer su trabajo, que habitualmente ha sido mal visto, porque se piensa que su objetivo es sancionar.
Alvarez Manilla, médico y primer director de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Zaragoza, señaló que para no repetir la historia de rechazo al Centro Nacional de Evaluación (Ceneval), el INEE no debe involucrarse en política.
El instituto, abundó, debe centrarse en hacer un trabajo técnico y después entregar los resultados de sus evaluaciones a la Secretaría de Educación Pública, al Congreso de la Unión y a la sociedad, para que sean ellos los que decidan cómo mejorar la enseñanza.
Consideró que el grupo de elaboración de pruebas -en el que él colabora- tardará tiempo en dar resultados, porque para que éstos sean confiables se requiere de tres a cinco años, aunque hay áreas como las de elaboración de indicadores en las que sí los podría haber pronto.
Dijo que el trabajo del INEE también tiene otro impedimento, como es la escasez de sicometristas, que son los encargados de elaborar y medir los resultados de las pruebas.
Es necesario, añadió, que en las evaluaciones se tome en cuenta el contexto socioeconómico de los estudiantes, por ejemplo, los hábitos intelectuales de la familia, que influyen en la capacidad de los niños para manejar el español.
Barahona, investigadora del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la UNAM y autora de libros de texto de ciencias naturales y biología, explicó que el desafío principal del instituto será fomentar en los mexicanos la cultura de la evaluación y convencerlos de que ésta es necesaria si se quiere tener una educación de calidad.
El INEE tendrá que ser "muy creativo" para que en sus evaluaciones tome en cuenta que la sociedad mexicana es diversa en muchos aspectos y que ello puede ser determinante en los resultados de las evaluaciones, expuso.
Ruiz Cuéllar, doctora en Educación por la Universidad Autónoma de Aguascalientes, refirió que el grupo de evaluación de escuelas del INEE, al que ella pertenece, se va a encargar de encontrar cuáles son las características de los centros educativos con rendimiento escolar más alto, para poder aplicar estas experiencias en otros planteles.
Consideró que los rankings de los centros educativos pueden ser útiles para estimular la "sana competencia", pero, agregó, en México no estamos preparados para ello, porque hay mucha desigualdad entre escuelas.
Señaló que la labor de evaluación ha sido difícil en México, porque todavía hay muchas resistencias, ya que se percibe como algo amenazante. En ese sentido, dijo que el INEE debe tener una función "estrictamente técnica" y velar que no se afecte a personas o instituciones, sino aprovechar los resultados para mejorar la calidad educativa.