Es grave que vulneren garantías de un menor: Sadot Sánchez
El Senado dará seguimiento al asunto del niño acusado de terrorista en EU
ANDREA BECERRIL
La Comisión de Derechos Humanos del Senado hará un seguimiento puntual al caso del niño Jesús Corona, hijo de inmigrantes mexicanos a quien se ha acusado de ''terrorista'', tan sólo por elaborar un dibujo con aviones y pistolas, informó el presidente del organismo, Sadot Sánchez Carreño.
Dijo que es muy grave que se vulneren las garantías individuales del menor e incluso se pretenda expulsarlo de la escuela y privarlo de su derecho a la educación solamente porque en la sociedad estadunidense persiste un estado de sicosis a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre.
El priísta agregó que se debe distinguir lo que son las prioridades de seguridad de Estados Unidos, ''que nadie le discute'', con el reconocimiento a los derechos humanos, ya que la situación por la que atraviesa el niño Jesús Corona no es única porque hay muchos otros hijos de inmigrantes que han sido objeto de discriminación y violación de sus garantías.
Recordó el caso del estudiante Jesús Apodaca, de 18 años e hijo de indocumentados, quien después de una larga batalla por continuar su estudios en la Universidad de Colorado, en Denver, enfrenta la amenaza de ser deportado a pesar de que cuenta con el apoyo y reconocimiento de sus maestros por la constancia y brillantez con que ha aprobado sus anteriores grados.
Sánchez Carreño hizo notar que el reto del Senado es influir a través de la diplomacia parlamentaria para lograr el respeto a los derechos humanos de los inmigrantes. No es posible, dijo, que si antes se les consideraba delincuentes potenciales, ahora sean también terroristas potenciales.
Si bien, dijo, en Estados Unidos hay grupos y legisladores que de manera mezquina niegan todo derecho a los inmigrantes mexicanos, y existen voces como la del congresista Tom Tancredo, que en cuanto se dio a conocer la lucha de Jesús Apodaca por continuar sus estudios pidió que se le deportara conjuntamente con su familia, hay otros que pugnan por la preservación de los derechos humanos.
De ahí que -concluyó- los senadores mexicanos tienen la posibilidad de buscar puntos de convergencia con los congresistas de Estados Unidos que están de acuerdo en que la justicia y la preservación de la seguridad nacional deben caminar de la mano con los garantías universales.