BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
El caos bushiano: Irak, Bali y Norcorea
Descalabros en los diversos frentes
Dos pesas y dos medidas para evaluar a potenciales enemigos
Jiang Zemin estará de visita en Texas
NO FUE UNA BUENA SEMANA para el presidente Bush
en el frente doméstico ni en los varios frentes que ha abierto en
el planeta entero, donde cunde el caos, producto de la doctrina de la "guerra
preventiva" y del "nuevo orden imperial unilateral". En el frente doméstico,
además del lamentable encarcelamiento de su sobrina Noelle por consumo
de estupefacientes, su hermano Jeb, gobernador de Florida, ha sido alcanzado
en los sondeos por el contendiente Bill McBride, quien puede dar una sorpresa
el próximo 5 de noviembre en el crucial estado con una enorme influencia
en la política de Latinoamérica. El Financial Times (18
de octubre) advierte que el presidente Bush se juega su relección
con la de su hermano Jeb en Florida. Allí se escenificará,
a nuestro juicio, la verdadera "madre de todas las batallas", donde el
nepotismo dinástico bushiano se juega su destino.
EN EL FRENTE EXTERIOR, la "doctrina Bush" fue severamente
sacudida desde Irak, pasando por Bali, hasta Norcorea, y mostró
a la luz del día tanto su notoria inconsistencia intrínseca
como su repudio casi universal, con la excepción de Gran Bretaña
e Israel.
EL "SOBERANISTA" JEAN-PIERRE Chevenement, anterior
ministro de Defensa de Francia, quien renunció al gabinete de Mitterrand
por su oposición a la guerra contra Irak en 1991, en un notable
ensayo formula sobre "la selección entre el imperio o la Edad Media"
-que se ha impuesto en el debate de las relaciones internacionales- que
"ambos deben ser combatidos: porque la falta de mesura de Estados Unidos
le hace el juego al integrismo musulmán y al terrorismo que nutre".
Recuerda la advertencia que le hiciera el general De Gaulle a Estados Unidos
antes de empantanarse en Vietnam, lo cual sigue más vigente que
nunca en relación con la inminente aventura bushiana en Irak
(Libération, 16 de octubre).
NO
HAY QUE HACERSE demasiadas ilusiones con la suavización de la
postura de Estados Unidos en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU,
donde por lo menos Francia, secundado por Rusia y China, pudo frenar transitoriamente
la "automatización" de la "guerra preventiva" que pregona la "doctrina
Bush". Con o sin una resolución favorable del Consejo de Seguridad,
con o sin el descubrimiento de supuestos arsenales de armas biológicas
y químicas, el presidente Bush necesita urgentemente una guerra
para derrocar el régimen de Saddam Hussein con el fin de balcanizar
todo el Medio Oriente. Ya cuenta con el aval del Congreso para ello.
IRAK NO POSEE ARMAS nucleares; su reactor Tammuz
(vendido por Francia) fue destruido por una incursión de la fuerza
aérea israelí en 1981 (curiosamente, poco recordada por los
medios) y la Operación Tormenta del Desierto de Daddy
Bush, 10 años después, destruyó la infraestructura
del complejo militar-industrial del régimen de Saddam Hussein, que
ha sufrido un boicot implacable durante otros 11 años, sumado a
inspecciones despiadadas y poco serias (basta recordar el papel truculento
del australiano Richard Butler, jefe de inspectores, quien se comportó
como un espía de la CIA), que hacen poco creíbles los alegatos
de Baby Bush, ya no se diga el hilarante reporte del primer ministro
británico Tony Blair, sobre la "amenaza homicida" que representa
para el género humano el régimen baasista de Bagdad. ¿No
será más bien al revés?
CUANDO LA ECONOMIA de Estados Unidos se encuentra
muy deteriorada (como han formulado sólidamente los estadunidenses
Warren Buffett, Stephen Roach, Paul Krugman y Joseph Stiglitz), el "caos
bu-shiano" pareciera ser deliberado, y justamente se basaría
en la "teoría del caos" aplicada a las "finanzas de guerra", lo
cual permite que los megaespeculadores bursátiles y petroleros obtengan
sus mejores dividendos.
HAYA SIDO LO QUE HAYA SIDO, la confesión
insólita del régimen de Norcorea al enviado estadunidense
James Kelly (subsecretario de Estado asistente), sobre la posesión
de "un programa nuclear activo", dejó sin sustancia todos los alegatos
proferidos por Estados Unidos para justificar la guerra contra Irak y para
expandir el caos bushiano al Medio Oriente. Más aún: Donald
Rumsfeld, el secretario de Defensa, asevera que Norcorea, clasificado por
Baby Bush como el tercer integrante del "eje del mal", posee dos
bombas nucleares de plutonio. No solamente Estados Unidos, el supremo poseedor
de "armas de destrucción masiva", aplica dos pesas y dos medidas
al tratar en forma diferente a dos clasificados como miembros del "eje
del mal", sino que es más severo con Irak, que no tiene armas nucleares,
lo cual delata una agenda oculta diferente a la publicitada. Sucede que
Norcorea no posee la segunda reserva de petróleo como Irak. No pedimos
que Estados Unidos aplique la "guerra preventiva", pero evidentemente no
es lo mismo propagar el "caos bushiano" en la antigua Mesopotamia,
huérfana de apoyos de una gran potencia nuclear, que hacerlo extensivo
a Norcorea, es decir, en la frontera con China y Rusia.
LO CURIOSO ES QUE tras las confesiones norcoreanas,
hayan sido los funcionarios y los servicios de inteligencia de Estados
Unidos quienes difundieron tanto la posesión de dos bombas nucleares
de plutonio por Norcorea, con quien han entablado cerradas negociaciones,
como la supuesta entrega por Pakistán y China de uranio enriquecido
a cambio de misiles norcoreanos de mediano alcance, lo cual pone en el
foro público toda la política del Tratado de no Proliferación
de Armas Nucleares, a unos cuantos días de la cumbre de APEC en
Los Cabos, donde, al margen de la cumbre económica regional, los
mandatarios de Estados Unidos, China, Rusia, Japón y Corea del Sur
negociarán asuntos delicados de geopolítica ultrasensible.
No sostenemos en absoluto que Baby Bush busque con el presidente
saliente chino, Jiang Zemin, el trueque de Irak por Norcorea, pero llama
la atención que los funcionarios estadunidenses hayan concentrado
la atención de sus filtraciones sobre Corea del Norte con
antelación a la cumbre de Los Cabos. Por cierto, después
de la reunión de APEC, Jiang visitará a Bush en su rancho
texano.
DESDE LUEGO QUE el abordaje de negociación
cuatripartita (Rusia, China, Corea del Sur y Japón) con Norcorea,
que ha dejado fructificar Estados Unidos para cobrarse facturas y trueques
en otras zonas y en otros rubros, es digno de encomio y, por el contrario,
es lamentable que tanta comprensión diplomática en la península
coreana de parte del equipo Bush no sea extensiva al Medio Oriente, en
general, y al contencioso iraquí, en particular.
TAMPOCO SE PUEDE SOSLAYAR la carencia de consistencia,
ya no se diga de congruencia, sobre la aplicación discriminativa
de la "guerra preventiva" dependiendo de la región y la identidad
del tirano cuando concurren los intereses geopolíticos de Estados
Unidos, como sucede en el caso flagrante del general Pervez Musharraf,
quien llegó al poder en Pakistán, una potencia nuclear mediana,
por medio de un golpe militar legitimado recientemente por una elecciones
donde brillaron intensamente los grupos "jihadistas". No importó
que el mismo Musharraf haya sido aliado de los talibanes derrocados en
Afganistán, y éstos a su vez aliados de Al-Qaeda de Osama
Bin Laden, la trasnacional islámica del terror. Pero tampoco le
quitó el sueño a Baby Bush que los derrocados de Afganistán
se hayan refugiado en Pakistán y en Cachemira, y únicamente
los servicios de inteligencia de Estados Unidos filtran que el régimen
de Islamabad ha sido el supremo proveedor de uranio enriquecido para la
fabricación de las dos armas nucleares de Norcorea. ¡Nada
más! ¿Qué sigue? Nada. Entonces, ¿por qué
tanta saña contra el régimen de Saddam Hussein, cuando por
lo expuesto existen peores demonios en el infierno, para emplear el léxico
medieval maniqueo del seguramente angelical Baby Bush, quien ha
conformado el "eje del bien" con el británico Tony Blair y el israelí
Ariel Sharon?
NO ESTAMOS ALENTANDO tampoco a que se aplique perentoriamente
la "guerra preventiva" a Pakistán y a China, pero evidentemente
lo menos que se puede decir de la "doctrina Bush" es que es muy liviana
y el primer axioma que se puede desprender, específicamente en relación
con las armas nucleares (olvidándonos por completo de las armas
biológicas, químicas y, sobre todo, las de "uranio empobrecido"
que generosamente Estados Unidos utilizó en la primera guerra contra
Irak, y luego en Kosovo), es que se castiga más al país que
se supone algún día las podría fabricar, mientras
se negocia y hasta se trata con deferencia al país que confiesa
su posesión. Su corolario tendría implicaciones más
graves en el futuro: se prohíbe la posesión de armas biológicas
y químicas, mientras se fomenta la posesión de armas nucleares
(como en el caso de Israel, la tercera potencia nuclear desde el punto
de vista cualitativo, para trasportarnos a la geografía inmediata
de Irak) y de armas de "uranio empobrecido" (el caso flagrante de Estados
Unidos, que nadie ha intentado investigar). Baste señalar que la
posesión de armas nucleares por Israel es un tema inexistente.
EN EL MARCO DE LA "geopolítica del terrorismo",
el atentado en Bali -una isla de mayoría hindú, en medio
del archipiélago islámico indonesio, que concentra la población
mahometana más numerosa del planeta con 200 millones de creyentes
(mucho más que la suma de los 22 países árabes)-,
es ultrasensible: reactiva la metástasis de la conflagración
entre hindúes e islámicos, así como entre islámicos
y anglosajones australianos, al abrir un nuevo frente en el superestratégico
sureste asiático. Pero también es susceptible de bloquear
el tránsito comercial entre el océano Indico y el sur del
Mar de China, donde pasa alrededor de 15 por ciento del comercio global,
además de obstruir el libre flujo de las importaciones petroleras
de China, Japón y Corea del Sur. El bombazo de Bali puede generar
un oleaje desestabilizador en todo el sureste asiático, que puede
afectar al tercer bloque geoeconómico oficioso más poderoso
del planeta -con 20 por ciento del PIB global concentrado en el noreste
asiático- y que acarrea consecuencias dramáticas, como la
virtual balcanización del Medio Oriente. ¿A quién
le conviene afectar el noreste asiático por medio de la balcanización
incadescente del sureste asiático? Sea lo que fuere, lo real es
que el caos bushiano, a su vez estimulado por la petrocracia del
eje Houston-Londres, engloba ya toda la cartografía del mundo islámico:
desde el Medio Oriente, pasando por Asia Central y Cachemira, hasta el
sureste asiático.