José Cueli
La temporada grande
Se termina la temporada de novilladas y no aparece el renacimiento del toreo en México. La generación actual no ha podido romper el tedio que domina los tendidos casi vacíos. No encuentra la magia que embruja a nuestro público sensible. Esa que recrea ante los toros el temple lento de nuestro ser, en una depuración acabada del pensamiento propio, del espíritu étnico que se exprese primero en México y después en el mundo torero.
Apareció el elenco de toros y toreros de la próxima temporada grande, y ni un solo joven novillero de los que tomaron parte en la temporada que termina tomará la alternativa. Nuevamente la atracción del próximo serial será la lucha "caña mansa" de los toreros españoles; Enrique Ponce, Joselito, José Tomás, El Juli y la revelación de los espectaculares banderilleros, Antonio Ferrara y El Fandi. Mención aparte es la del rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y la despedida del caballo Cagancho. Serán Armillita y David Silvetti, por lo pronto, quienes les darán la competencia y algunos de los ya no tan jóvenes, Pizarro, Ochoa, Ortega, Spínola, Casasola. Sólo espera la afición de los toritos -faltan Los Encinos, San Martín y otras- el mínimo de casta y trapío para que lo realizado en el ruedo tenga valor.
Precisamente en esta época, en que la avalancha de toreros españoles quiere engendrar nuevas formas de torear sin perder el clasicismo, los espadas mexicanos no consiguen afirmar con su torear la personalidad de nuestra identidad torera, algo inmaterial, ingrávido, más allá de las veleidades y teatralidades que la ahogan.
ƑDónde quedaron nuestros toreros llenos de poesía en su capote? El Calesero, Manolo, Pepe Ortiz, El Soldado que como Rafael Alberti, poeta capotero arriba, muy arriba, se cernía sobre el mar erizándolo con vuelo soberano al soplo de los vientos... "šAire que lleva el aire! šAire que al aire lleva!" Capote espuma de mar abierto, huellas perdidas en el ruedo. Fiesta de la fantasía, versos a los que se les cambiaba el viaje en la media verónica en el centro del redondel y eran emoción sentida del vivir. ƑDónde quedaron?