Cuba no ha puesto ''ni un granito de arena'' para estropear las relaciones, afirma
Rechaza Fidel Castro que haya ''una guerra'' con el gobierno de Vicente Fox
Destaca dificultades en la obtención de visas para los cubanos que desean participar en la Feria del Libro de Guadalajara Apareció sorpresivamente en la reunión de Copppal
ENRIQUE MENDEZ Y GERARDO ARREOLA ENVIADO Y CORRESPONSAL
La Habana, 24 de octubre. El presidente Fidel Castro dijo hoy que ''no hay guerra'' con el gobierno de Vicente Fox y que, además, Cuba no ha puesto ''ni un granito de arena'' para estropear las relaciones, pero confirmó, tácitamente, que México ha dificultado el otorgamiento de visas a los cubanos que asistirán a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
Castro apareció sorpresivamente esta mañana en la apertura del seminario de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (Copppal) sobre la lucha contra la pobreza, se sentó en la mesa principal junto al presidente del PRI, Roberto Madrazo, hizo un discurso de casi tres horas, respondió preguntas de la prensa y conversó cálidamente con seis ex embajadores mexicanos en La Habana.
''Sé que viene una señora embajadora'', dijo Castro en el diálogo con los reporteros, en alusión a la nueva jefa de la misión mexicana aquí, Roberta Lajous. ''Esperemos que luche por la amistad entre México y Cuba''. Amable y prudente, el mandatario cubano respondió a otra pregunta sobre las relaciones bilaterales: ''No hay guerra. No hay polémica''.
Subrayó que ni siquiera considera que haya conflicto de discursos. ''De nuestra parte, no hemos hecho absolutamente nada, ni hemos dicho una palabra que se pueda interpretar como tensa''. Las preguntas insistían en el tema. Castro sonreía y tomaba su tiempo para contestar. Sobre el futuro de los vínculos entre los dos países, dijo, ''sólo el tiempo dirá la última palabra''.
La remoción de Ricardo Pascoe, un asunto de los mexicanos...
El encuentro del mandatario cubano con periodistas se produjo al final de la primera sesión del seminario, en un salón del Palacio de las Convenciones. A una pregunta sobre si ya están cerradas las cicatrices que dejó el choque surgido en la cumbre de Monterrey, en marzo pasado, dijo que no ha pensado en el tema, pero ''el deber de todos es que las relaciones sean buenas''.
-ƑIrá a la Feria del Libro de Guadalajara? -preguntó La Jornada
-Es muy interesante, pero por la cantidad de trabajo que hay aquí...
-ƑQué le parece esa feria?
-No es muy fácil obtener visa para la feria de Guadalajara -replicó Castro, en alusión a las versiones que circulan en La Habana sobre los obstáculos que han surgido en el gobierno mexicano para otorgar visados a los cientos de artistas e intelectuales cubanos que asistirán a la FIL a finales de noviembre.
En otro orden, Castro declinó opinar sobre la remoción del ex embajador Ricardo Pascoe: ''Es un asunto interno de los mexicanos''. Tampoco quiso abundar cuando alguien le preguntó su opinión sobre el canciller Jorge G. Castañeda: ''Yo, como no soy mexicano, no puedo opinar. Los que deben de saber, y muy bien, son los mexicanos. Los mexicanos no son tontos. ƑQué te parece?''
Se le recordó que el diario oficial Granma había emitido una extensa opinión sobre el secretario de Relaciones Exteriores de Fox. Respondió: ''Granma lo dijo. Yo prefiero dedicarme a otras cosas y, cuando sea necesario emitir un juicio, lo emito. Pero yo no puedo estropear las relaciones. Nosotros no queremos dejar ni un granito de arena, ni un palillo en el fuego, para dar pretextos, para estropear las relaciones. Es por eso que yo omito todo tipo de mención personal. Por eso yo me guardo las opiniones. Habría, quizás, algunos que les convenga que de repente nosotros soltemos una diatriba. No tengo tiempo para enfrascarme en una serie de cosas''.
También saltó la pregunta de si había hablado recientemente con Fox.
-ƑDirían ustedes, alguna conversación telefónica? No. No se ha dado esa posibilidad -respondió.
Todavía hay Fidel ''para un ratito''
Alguien le dijo que se veía fuerte, que si había ''Fidel para rato''.
-Para un ratito -contestó Castro, con la acepción cubana que, a diferencia de la mexicana, implica largo plazo.
''Hasta ahorita, dicen los mexicanos. Ese 'ahorita' para nosotros es ahora. Y ahorita es después''.
Luego reflexionó, como ha hecho en ocasiones durante los últimos meses, sobre la permanencia en el oficio y la vida. ''Cada quien debe cumplir con su deber, en definitiva. Este es mi oficio, como el de ustedes el de periodistas. Cada quien debe seguir su vocación''.
El mandatario cubano salió de la sala y en el pasillo se encontró a un círculo formado por los seis ex embajadores mexicanos priístas que asisten a la reunión de la Copppal: Celso Humberto Delgado, Heriberto Galindo, Gonzalo Martínez Corbalá, Mario Moya Palencia, Carlos Tello y Pedro Joaquín Coldwell.
Se plantó entre Martínez Corbalá y Galindo y les pasó las manos sobre los hombros. Saludó a cada uno, los recordó por su nombre, les preguntó por sus familias y evocó momentos de cada época. Dijo que estaba muy satisfecho de su diálogo con los reporteros. Sacó a colación algunos tramos del discurso que acababa de improvisar. En un clima muy cálido, les dijo: ''Muchas gracias por la solidaridad de haber venido. Es un gesto que aprecio mucho. Servirá para que no los olvide y los extrañe menos en Cuba''.
Galindo le pidió una copia del video que recoge la reciente conferencia sobre la crisis de octubre para cada uno de los ex embajadores. ''Una copia no -le dijo Castro-, de una copia salen malas copias. Voy a sacar seis copias del master''. Se despidió y se fue a comer en privado con Madrazo.
Heriberto Galindo dijo después que, convocados por el líder del Partido Revolucionario Institucional, los ex embajadores vinieron ''a darle el respaldo a Roberto Madrazo y a expresar la solidaridad con Cuba; hablo a título personal, pero esto es un consenso. Queremos que la política exterior hacia Cuba vuelva a ser activa, solidaria, fraternal y dé un nuevo impulso a la cooperación entre ambos países. Que México pueda jugar un papel de equilibrio en el Caribe, de interlocución y entendimiento entre Cuba y Estados Unidos. Le conviene a México, le conviene a Cuba y le conviene a Estados Unidos. Tengo fe en que haya una línea para volver a la senda, para que se reanuden los contactos de todo orden. La de Roberta Lajous es una magnífica elección, pero debe haber una línea de Fox y de Castañeda en esa dirección''.
En la reunión, Castro hizo una exposición clásica. Describió en extenso la crisis de la economía mundial, con abundancia de ejemplos, y explicó la política social cubana, alentando la polémica. En parte volvió a esos temas en el diálogo con la prensa. Cuando alguien le preguntó sobre la reunión de APEC en Los Cabos, dijo que le recordaba ''que los peces grandes se tragan a los peces pequeños''.
Insostenible, el orden social que se le ha impuesto al mundo
En el discurso cuestionó que se considere como base de la economía ''la ley de la piratería'' y habló ampliamente sobre lo engañosas que son para los países pobres las cifras de sus exportaciones. Estas, abundó, se basan en productos maquilados, con reducidos porcentajes de componentes nacionales. ''El sistema que dio origen a este orden está caduco. Este orden social que se le ha impuesto al mundo es insostenible'', añadió.
Los países menos desarrollados, comentó, cargan -como el Atlas mitológico- con el mundo a sus espaldas, mientras unos pocos países acaparan los capitales y presionan los precios del petróleo, como Estados Unidos que, ante los riesgos de una guerra, ha creado la amenaza de que subirá el precio del barril de crudo a 40 dólares. Planteó que en la experiencia económica cubana ''no se han fabricado utopías'' y dijo que para la isla ''resistir ha tenido su precio''. Afirmó que mientras aquellos países que ''tanto hablaron de democracia hoy defienden, hasta con los dientes, cualquier intención de veto del Consejo de Seguridad de la ONU'', nadie puede presentar ''ni una sola prueba de un solo caso de tortura'' en Cuba.
Eso le dio oportunidad para comparar lo que ocurre en cumbres de jefes de Estado en los países que cuestionan a la isla. ''En este país no se ven bomberos, ni policías con caretas, como si fueran de otro planeta, ni la gente es arrastrada por las calles. Allá no se ve más que violencia y cada vez más la rebelión popular''.