DESFILADERO
Jaime Avilés
Siete preguntas para usted
México, a 12 meses de igualar el récord
de estancamiento económico de Argentina
Urge renegociar el TLCAN
Nueva política rural
¿SABIA USTED QUE la economía de Argentina
sufrió tres largos años de recesión o "crecimiento
cero" (como suele decir Fox) antes de estallar en 100 mil pedazos? ¿Sabía
usted que la causa principal de ese desastre fue la ciega obediencia de
los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa a las "recetas"
del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional? ¿Sabía
usted que si la catástrofe de aquel país no fue más
profunda ello se debió, en parte, a la ausencia de un tratado de
libre comercio con Estados Unidos?
Piénselo un poco... En diciembre, México
cumplirá dos largos años de crecimiento cero y estará
a sólo 12 meses de igualar el récord de estancamiento de
Argentina. Llevamos 20 años siguiendo al pie de la letra las órdenes
tanto del BM como del FMI, y si bien hemos alcanzado las metas centrales
de esas agencias financieras -en particular, aquella relativa a la reducción,
por no hablar de desaparición casi absoluta, del Estado-, nuestra
población es mucho más pobre que en 1982, nuestra deuda externa
ha crecido asquerosamente y nuestro futuro es más incierto y sombrío
que nunca.
¿Sabía usted que, para respetar las instrucciones
del FMI y mantener la disciplina financiera que se nos exige, en 2001 y
2002 Fox destinó la mitad del presupuesto nacional al pago de la
deuda pública, que abarca la deuda externa, los intereses derivados
de la misma y el llamado "rescate" de los bancos y las carreteras, dejando
la otra mitad de todo el dinero que el gobierno recaudó al financiamiento
de la salud, la alimentación, la educación, el empleo, la
conservación de los recursos estratégicos (petróleo
y energía eléctrica), la investigación científica
y tecnológica, el fomento a las artes y todo lo demás?
En 2001, primer año de la recesión foxista,
quemamos la mitad del presupuesto en la deuda pública, pero
de esa cantidad 18 por ciento se lo llevaron los bancos, que no nos prestan
y que ni siquiera son ya mexicanos, así como las constructoras que
trazaron las nuevas carreteras de cuota y que, además de resarcirse
de sus pérdidas con nuestro dinero, nos cobran tarifas exorbitantes
cuando necesitamos usarlas.
Por
exigencias del FMI, que nos obliga a mantener un déficit fiscal
de 1.4 por ciento al año, Fox recortó, en 2001 y 2002, el
presupuesto consagrado a las funciones esenciales del país, pero
no disminuyó, ni siquiera en cinco centavos, la entrega puntual
del tributo que brindamos a los bancos. ¿Por qué? ¿No
es como para decir ya basta? ¿No es ya el momento de salir a la
calle y demandar que se revisen las cuentas de los banqueros y se cancele
el pago de todo aquello que éstos declararon fraudulentamente como
"pérdidas", luego de meterse ese dinero robado en el bolsillo?
Llevamos, pues, dos años de recesión y vamos
en pos del tercero. Acatamos como los argentinos todo lo que nos impone
el FMI. Entregamos 50 centavos de cada peso que recauda el gobierno a nuestros
verdugos y permitimos que Fox reduzca el gasto social tres veces al año,
sin que nadie, en este caso el Congreso, le marque el alto. Pero contamos
con un elemento extra para hacer más completa nuestra ruina: el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Veamos sus
bondades...
La debacle del medio rural
¿Sabía usted que, durante los próximos
10 años, Estados Unidos gastará 180 mil millones de dólares
para subsidiar el trabajo de sus productores agropecuarios, mientras que
en el mismo lapso, en el marco del TLCAN, México no podrá
subsidiar a sus campesinos?
¿Sabía usted que, por disposición
del TLCAN, todos los productos agrícolas y ganaderos de Estados
Unidos -que no son, ni mucho menos, de primera calidad, sino de desecho-
entran al mercado mexicano sin pagarnos impuestos de ninguna naturaleza...
con excepción del maíz y del frijol, que seguirán
exentos de aranceles hasta 2007?
¿Sabía usted que, a consecuencia del TLCAN,
firmado en 1993 por Carlos Salinas de Gortari, hoy día México
genera sólo un poco más de la mitad (57 por ciento) de los
alimentos que consume, proporción que está a punto de acrecentarse
porque de un momento a otro se abrirán las fronteras a la importación
irrestricta de leche fresca made in USA?
¿No es como para detenernos a pensar un poco en
el futuro inminente que nos aguarda si no comenzamos a corregir en nuestro
provecho una situación tan desventajosa como absurda? He aquí
el boceto de una política alternativa para el medio rural, que debe
ser impulsada ya, antes que sea demasiado tarde:
En primer lugar, se necesita que el Senado de la República
ordene al presidente Vicente Fox que inicie un proceso de renegociación
con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, para revisar el capítulo
agropecuario del TLCAN.
Que, en segundo, el Congreso de la Unión expida
una ley de emergencia que declare al campo mexicano "prioridad nacional"
y ordene a Fox la suspensión provisional, durante los próximos
tres años, del capítulo agropecuario del TLCAN.
Que, a partir de lo anterior, se establezcan impuestos
que oscilen entre 10 y 30 por ciento a todos los productos agropecuarios
que vengan de Estados Unidos y Canadá.
Para redondear estas medidas es indispensable que en el
Presupuesto de Egresos de la Federación, que habrá de aprobarse
al cercano final de este año, se asigne un gasto de 60 mil millones
de pesos al desarrollo de las actividades productivas del campo.
Y, por último, que el Congreso adopte las facultades
legales necesarias para impedir que -tal como sucedió en 2001 y
2002- Fox recorte el presupuesto agropecuario, a menos que cuente con la
aprobación de la Cámara de Diputados.
¿Cuáles son nuestras prioridades?
Todos los datos que ha leído hasta ahora en esta
página, lejos de ser fruto de una investigación periodística,
fueron recogidos, discutidos, analizados e integrados en un cuerpo coherente
-que pretende formar parte de un diagnóstico más amplio de
nuestras calamidades- por un grupo de 40 personas que en mayo pasado fueron
invitadas por Rosario Robles a organizar una consulta nacional sobre las
prioridades de los mexicanos.
El próximo 20 de noviembre, para tal efecto, serán
instaladas 15 mil mesas receptoras de opiniones en todas las ciudades de
todos los municipios. Usted podrá participar en ese ejercicio acudiendo
a aquella que le quede más cercana y presentando una identificación,
la que sea, con fotografía. A cambio le entregarán una boleta
con siete preguntas.
Personajes como el maestro Ricardo García Sainz
-experto en cuestiones presupuestales-, artistas como Elena Poniatowska,
Carlos Montemayor, Paco Ignacio Taibo II, Julieta Egurrola o José
Luis Paredes (el sociólogo baterista de Maldita Vecindad); luchadores
sociales como el padre Miguel Concha, Ramón Aceves, del Sindicato
Mexicano de Electricistas; Agustín Rodríguez, del STUNAM;
Alfonso Ramírez, de El Barzón; la abogada Magdalena Gómez,
Miguel Alvarez, ex integrante de la Conai; Héctor de la Cueva (de
la Red Mexicana de Acción contra el Libre Comercio), el periodista
y ex senador Carlos Payán Velver, el antropólogo Héctor
Díaz Polanco, el científico René Drucker, el doctor
Julio Moguel, especialista en asuntos rurales; Eréndira Cruz, del
Cencos; Raúl Ojeda, ex candidato del PRD al gobierno de Tabasco;
Ernesto Alvarado, de la asociación civil Participare, y muchos más,
se dividieron en comisiones para atender los siguientes problemas teóricos:
el concepto de soberanía, las relaciones entre justicia, libertad,
igualdad y paz, y el presupuesto público y la deuda social que el
gobierno tiene con los pobres de México.
De este esfuerzo colectivo e interdisciplinario surgió
un documento que usted puede consultar en la página electrónica
www.consultadeprioridades.org y que ojalá sirva de guía (repito:
ojalá) para darle contenido a las batallas políticas del
año entrante, si no lo impide el canibalismo político del
PRD. Lo interesante del caso es que en torno del comité ciudadano
promotor de la consulta han venido aglutinándose un montón
de organizaciones sociales y gremiales del campo y la ciudad, que garantizan
la más amplia representatividad del colectivo, respaldado en términos
prácticos por la dirigencia nacional perredista con su inmenso aparato
y sus recursos.
Después de construir colegiadamente el susodicho
documento, sus creadores extrajeron siete preguntas que serán puestas
a disposición de usted. Estas, en apretada síntesis, quieren
saber si está usted de acuerdo en que se establezca en la Constitución
la figura del plebiscito; en que para contribuir a la paz se reconozcan
legalmente los acuerdos de San Andrés; en que el Estado conserve
la propiedad exclusiva de la industria eléctrica; en que, a partir
del presupuesto federal de 2003, se defina el tamaño de las necesidades
sociales para educación, salud, cultura, pensiones, vivienda, salario
y empleo; en que el presupuesto atienda primero la deuda social y en segundo
lugar la deuda pública; en que se suspenda temporalmente el capítulo
agropecuario del TLCAN y se reactive el campo con medidas de protección
y apoyos de emergencia; y, por último, en que México se retire
de las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas
(ALCA), toda vez que ese nuevo organismo extendería, desde Tijuana
y Laredo hasta la Tierra del Fuego, las dolorosas penurias que nos ha causado
el TLCAN.
¿No le parece a usted una iniciativa digna de ser
tomada en cuenta?