Superado, el temor que implicaba la llegada
del huracán Kenna a Los Cabos
Causó pánico a organizadores de reunión
del APEC la rasgadura de una burbuja
El toldo, parte del tinglado para deleitar con espectáculo
tipo Las Vegas a los invitados
ROSA ELVIRA VARGAS Y ROBERTO GONZALES AMADOR ENVIADOS
Los Cabos, BCS, 25 de octubre. Cuando ya se cantaba
victoria y se daba por un hecho que como el poderoso huracán Kenna
había atendido las plegarias de los organizadores de la cumbre del
APEC y no tocaría esta fortaleza con vista al mar, ya no había
nada qué temer, hete ahí que la "burbuja'' neumática,
instalada para deleitar a los invitados, sufrió una ponchadura.
Y ante tamaña mala suerte, el pánico se dibujó en
los rostros de los responsables del encuentro.
Reunión
urgente, planteo de opciones, llamados para pedir que no cundiera el pánico
y que era sólo un imponderable, se oyeron por todos lados.
Pero ante todo, lo importante era qué hacer frente
a un hecho rotundo: ya no habría tiempo para desmontar, trasladar
y volver a instalar la impresionante cantidad de equipo que requirió
el gigantesco salón al que llegarían para cenar y presenciar
un espectáculo artístico, unos mil invitados y, como especiales,
los líderes de los países que forman parte de la APEC.
¡A correr, pues! Porque, a ver, ¿cómo
se le hace para, en menos de 24 horas, movilizar -y a dónde- plantas
de luz, gigantescas lámparas, equipo de audio, estructuras escenográficas,
cables, camerinos, cocinas, pantallas, sistemas de aire acondicionado,
unidades televisoras de control remoto... y todo aquello que, según
se dice, se diseñó para presentar un espectáculo,
"tipo Las Vegas''? Está difícil.
Pero además de las opciones para mudar la cena,
a los organizadores de esta cumbre en la que han trabajado sin cesar -y
hasta hace muy poco sin la ayuda de la cancillería, por obvias razones
con mucha más experiencia en estos quehaceres-, les urgía
también explicar que la tal "burbuja'' no "estalló'' y que
sólo fue por razones del viento que sufrió una rasgadura
que, sin embargo, obligó a quitarla, "para proteger equipos y evitar
mayores daños''.
Esto último lo informó la empresa Seman
Baker, que instaló la gran carpa, mientras que la Secretaría
de Economía envió un breve comunicado en el que asegura que
la cena y "el evento'', se realizará este sábado "en el mismo
lugar y a la misma hora, tal como se tenía programado''. Sí,
pero no se especifica que ahora será al aire libre y que sólo
que lloviera, entonces todo se trasladaría -por supuesto en una
versión muy reducida- a las instalaciones del club de golf Cabo
del Sol.
Así, de susto en susto, sigue la cumbre que mañana
llega a su cúspide, con la cita que tendrán los presidentes
que terminarán de llegar muy temprano para de inmediato trasladarse
a un "retiro'', en un sitio con tal lujo que sin duda causaría envidia
a cualquier devoto de las causas espirituales: el hotel Las Ventanas del
Paraíso.
Y en esta que ya se antoja larguísima semana, los
asistentes a la cumbre tratan de hacer llevadera una rutina de intenso
trabajo junto con la diversión que les permite una población
que fue creada única y exclusivamente para vacacionar. Entonces,
no hay modo de que alguien pase inadvertido, y que lo mismo el canciller
Jorge G. Castañeda que diputados del PVEM sean vistos en el antro
más famoso de Cabo San Lucas, el Squid Roe.
Dicen que este sitio es la "catedral" de la ciudad y que
nadie puede venir sin "reventar'' por allá. Y el titular de Relaciones
Exteriores no lo supo apenas ahora, pues de hecho en el Squid Roe lo consideran
un habitué.
Por otra parte, este viernes ya se encontraban aquí
los mandatarios de Corea, Hong Kong, Papúa Nueva Guinea, China,
Taipei, Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Australia, Singapur, Vietnam,
Tailandia, Brunei, Perú, Japón, Chile y Filipinas.
El propio presidente Fox -quien no se descarta que en
cuanto termine la cumbre vuele directamente a las entidades afectadas por
Kenna- llegó hoy por la tarde, y sólo se esperan los
arribos por la mañana de los mandatarios de Canadá, Jean
Chretien, y de Estados Unidos, George Bush.
Y en la sala de prensa, a cada momento, la imaginación
trabaja para adelantarse a las sorpresas.