Antonio Gershenson
Precios y empleo
Discretamente el Banco de México agregó algunos elementos más al maquillaje que adorna los índices de precios en nuestro país. Así, en vez de tomar como base la consideración de que el índice nacional de precios al consumidor se tomaba como 100, ahora hay un nuevo "100", que ya no equivale al índice de un año, ni siquiera al de un mes, sino al de una quincena, la segunda del pasado mes de junio. Esto hará más difícil al público hacer comparaciones.
Antes que nada hay que aclarar que ese índice de precios poco tiene que ver con "la vida real" de la mayoría de los mexicanos. En un mes puede subir el gas de manera importante, en otro momento puede subir el precio de la luz abruptamente, pueden elevarse los precios de manera notoria en el mercado o en el supermercado, o pueden aumentar las colegiaturas y el índice oficial de ese mes será, en todos los casos, menor a uno por ciento.
El Banco de México va a promediar los precios de lo que compra la mayoría de la gente con otros más, como el de los aviones privados, de los yates, de los terrenos en zonas de lujo, etcétera, y llegará a la cifra que luego será oficializada.
Pero vamos a hacer las comparaciones de ese índice oficial, para ver qué se trata de ocultar con este cambio de base, un tanto caprichoso, que se aplica a medio año, sin previo aviso y de modo que se dificulten los análisis anuales o mensuales. De todos modos, teniendo los datos suficientes y haciendo una serie de operaciones, llegamos al resultado.
En diciembre de 2001 se había llegado a un aumento, frente al mismo mes del año anterior, de 4.4 por ciento, el más bajo en mucho tiempo. Sin embargo, luego volvió a subir para llegar a su nivel más alto hasta el momento, en agosto, con 5.4 por ciento. Eso podría tener que ver con el hecho de que se habían reducido los montos de dinero que el Banco de México retira de la circulación (el corto) para permitir cierta reactivación de la economía.
Esa medida se revirtió recientemente, a pesar de que ya en septiembre había bajado un poco ese aumento, frente al mismo mes del año anterior, a 5 por ciento.
Esta baja tiene más que ver con que en septiembre de 2001 los precios se habían disparado y el índice fue más del doble que el de meses anteriores o posteriores. Lo digo porque el aumento mensual de septiembre de 2002 fue el mayor desde febrero. Con la política económica vigente, el índice de precios se frena deteniendo el desarrollo económico del país. ƑPor qué medios?, además del corto, mediante los recortes presupuestales, que han causado conflictos al gobierno federal con los estados, y el retraso de las partidas presupuestales por parte de la Secretaría de Hacienda.
Estas medidas, ya conocidas desde el tiempo de los gobiernos tecnócratas priístas, no quieren decir que vayan a bajar los precios en el mercado o en el supermercado. Lo que sí quiere decir es que se prolonga la situación recesiva y, en no pocas ramas de actividad, la crisis. No de balde aumenta el desempleo, aunque aquí también las llamadas estadísticas tienen lo suyo, pues se limitan a encuestas de opinión y a datos del Seguro Social, pero aun esos indicadores mañosos muestran ese aumento.
Curiosamente, en la ciudad de México sí hay actividad económica en una serie de áreas. La inversión pública (en avenida Reforma, el Centro Histórico y otras partes) ha estimulado también la inversión privada. Y ésa es una experiencia que se debe considerar.