Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 27 de octubre de 2002
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Mundo
El presidente Bush ya prepara su mensaje de felicitación al candidato del PT

Brasileños festejan por anticipado el triunfo de Lula en la elección de hoy

El oficialista José Serra no consiguió mejorar su posición con el debate del viernes

STELLA CALLONI ENVIADA

Sao Paulo, 26 de octubre. Más de 115 millones de brasileños deberán acudir este domingo a las urnas en la segunda vuelta de unas elecciones históricas, en las que Luiz Inacio Lula da Silva, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), es el favorito absoluto frente al delfín del presidente Fernando Henrique Cardoso, el candidato José Serra, del socialdemócrata partido de gobierno (PSDB).

Un clima de euforia, que se traducía en festejos a ritmos de samba de petistas que a pie o en caravanas automovilísticas recorren ya las principales ciudades del país, pero también de nerviosismo, se vive en las horas previas a los comicios que llevarían a la cabeza de la principal economía latinoamericana a un líder de izquierda que se formó en las luchas sindicales. Analistas locales y extranjeros coinciden en que estas votaciones, en las que parece inevitable la victoria de Lula, cambiarán el rostro no sólo de Brasil, sino también de América Latina.

Plantea gobierno incluyente

Mientras los mercados en días recientes estuvieron en calma, quizás ante lo inevitable de la victoria, el candidato del PT, en la línea de negociación que ha mostrado durante toda la campaña, anunció que en caso de ganar llamará a todos a colaborar, incluyendo a Serra.

El candidato oficialista, a su vez, aún sostenía anoche que "pueden cambiar los votos" y favorecerlo, pero si con el debate televisivo que a no muchos interesó cuando el resultado está cantado dio muchos puntos a favor de Lula, pocos creen que pueda suceder el milagro para el oficialismo.

Los apoyos al candidato del PT continúan creciendo, luego de que los otros candidatos de centroizquierda que perdieron en la primera vuelta ya han sumado sus votos a Lula.

"A favor de Brasil", manifestaron su apoyo a Lula -en un espacio pagado en la prensa- los arquitectos, ingenieros y profesionales del área tecnológica, encabezados por el famoso arquitecto Oscar Niemeyer, quien en el primer turno había apoyado a Ciro Gomes.

Otros artistas e intelectuales también hicieron la víspera declaraciones públicas en el mismo sentido. El debate realizado anoche entre Lula y su contendiente Serra fue algo opaco, aunque menos que el anterior, previo a la primera ronda del 6 de octubre.

Serra, reconocido por su gestión en el Ministerio de Salud y sus capacidades administrativas, trató de demostrar una superioridad intelectual, no sólo personal sino de su partido, que para algunos ratificó la idea de cierta soberbia del candidato, que dijo en varias ocasiones que Lula no podía gobernar porque no había ido a la universidad.

Aunque intentó provocar en todo momento a su contrincante, también fue visible que ambos estaban decididos a mantener la situación en un plano civilizado. Lula se mostró desenvuelto, y Serra, con el peso de quien tiene que lograr acortar esos 30 puntos de diferencia que mostraron los sondeos, esperaba un traspié del petista.

En el escenario circular armado al estilo estadunidense, los temas que se debatieron fueron más de juegos electorales que de análisis de fondo, capaces de provocar sorpresa en los espectadores, muchos de los cuales prefirieron irse a dormir temprano cuando las cartas parecen jugadas.

Ambos candidatos mostraron cierto acartonamiento, ante los consejos de sus publicistas, que en el caso de Lula a veces le ha hecho perder la atractiva personalidad de antiguo dirigente obrero.

Para estas elecciones, en las que además se elegirá a 14 gobernadores en estados que fueron a segunda vuelta, Lula tiene entre 57 y 66 por ciento de las intenciones de voto, y Serra, entre 27 y 36 por ciento. En el primer turno, que disputaron con otros dos contendientes, Lula logró el 46.77 por ciento y Serra 23.20. Y como en todas las elecciones de Brasil hubo una abstención importante el 6 de octubre, de 17 por ciento, que en buena parte correspondió al "miedo" a las urnas electrónicas que se utilizaron en todo el país.

Lula votará en San Bernardo do Campo, a 30 kilómetros de Sao Paulo, donde vive y brilló como dirigente sindical metalúrgico. El hombre al cual probablemente sucederá, el presidente Fernando Henrique Cardoso, lo hará en un barrio residencial paulista, y luego retornará a Brasilia para esperar el final de los comicios.

En tanto, los principales locales del PT se encuentran desbordados por las demandas de prensa y por la presencia de decenas de delegados de distintos países y antiguos compañeros de militancia de Lula. Aunque hay llamados a guardar la cautela, todos están listos para festejar mañana "sin parar". Una fábrica de máscaras está incluso decidida a hacer su agosto, luego de haber fabricado miles de ellas con el rostro de Lula.

Los programas

Para la región, el compromiso de Lula es reavivar al Mercado Común del Sur, lo que tiene un fuerte significado en las circunstancias críticas que vive la región. Ambos contendientes han coincidido en señalar los problemas más graves de este periodo en Brasil.

Lo que los diferencia esencialmente es que Serra, intelectual de izquierda en otro tiempo que vivió el exilio más de una década y conoció los horrores de los primeros momentos de la dictadura de Augusto Pinochet, formó luego parte del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, quien al imponer el proyecto neoliberal en boga "aunque mucho menos intensivo que en otros países", como destacan los analistas, produjo una ola de desempleo, desindustrialización, agravamiento de la pobreza y otros problemas que configuran la crisis de estos tiempos.

Cardoso logró detener el monstruo de la hiperinflación, pero la deuda social sigue. Lula, aunque continuará muchos de los proyectos sociales que Cardoso comenzó, así como el combate a la inflación y la continuidad de la estabilidad en la macroeconomía, tiene un programa de urgencia prioritario para combatir el desempleo e impedir que siga aumentando el número de pobres en un país cuya economía figura entre las 10 primeras del mundo.

Y aunque hay coincidencias entre los dos candidatos, Serra lleva el sello de venir de un gobierno que en los últimos meses además no pudo detener una inflación en alza, una gigantesca deuda y una moneda que se ha devaluado 40 por ciento desde abril.

Los electores confían más en que Lula pueda concretarr los cambios que se necesitan; de hecho, su propuesta de un amplio pacto social para comenzar esa difícil tarea, en medio de un sombrío panorama económico, es una de sus mejores cartas de triunfo.

La economía debe crecer, advierte Lula, pero también marca la necesidad de una mayor independencia y un reparto justo de la riqueza, pues en Brasil casi 54 millones de personas viven bajo la línea de pobreza y unos 30 millones en la indigencia. El comando de campaña de Lula estima que el primer año de gobierno será "muy parecido a los ochos años de administración de Cardoso", en el sentido de adelantar que no habrá desequilibrios que puedan repercutir aún más en la crisis. Los empresarios que apoyan a Lula también conforman un frente importante para colaborar en este frente

El ex líder sindical sabe que debe crear unos 10 millones de empleos a la vez que combatir el hambre, aumentar el salario mínimo -lo que también Serra prometió- y cambiar el sistema de jubilaciones y previsión social. En el debate de anoche, hizo además hincapié en la necesidad de que Brasil no sea tan vulnerable a los movimientos externos. El candidato petista ha prometido mantener compromisos de responsabilidad fiscal y respeto a los contratos internacionales.

Uno de los mayores empresarios paulistas, Eugenio Staub, que apoya a Lula, dijo anoche que este es el candidato que tiene mayor legitimidad para hacer las reformas que se necesitan y solucionar los problemas sociales.

"Creo que Brasil está en condiciones para volver a crecer y pagar esa alta deuda social. Lula está conquistando su legitimidad en las urnas y en su larga historia. Y nadie puede hacer un pacto social mejor que lo que él lo haría, en un momento en que todos hemos cambiado", dijo en alusión a la época en que el nombre de Lula espantaba a los empresarios.

El tema de seguridad, además del económico, será uno de los más complejos, ya que el crimen organizado ha creado una serie de comandos en las principales ciudades del país, maneja cárceles y es utilizado por sectores políticos, como sucedió durante la primera vuelta en Río de Janeiro.

La propuesta es crear un sistema de seguridad pública a nivel nacional, ya que la descentralización actual es aprovechada por los jefes criminales.

Reacciones internacionales

En horas recientes, por otro lado, desde Washington llegaron algunas señales tratando de dar la imagen de que se dan por superadas las declaraciones de Lula que señalaban al ALCA como una forma de anexión con Estados Unidos.

El diario O Estado de Sao Paulo, por conducto de su corresponsal en Washington, cita a fuentes cercanas al área comercial, las cuales dijeron que el gobierno de George W. Bush espera que Brasil no sólo participe, sino que pueda tener un papel protagónico, después que otros funcionarios negaran la intención anexionista.

Sin embargo todos estos planes comenzarán a ser explicados a fondo sólo unas horas después de que el triunfo haya sido asegurado. A su vez, Denis McShane, funcionario británico del Departamento de Relaciones Exteriores, ex activista del movimiento sindical internacional, está feliz, según dijo, ante una posible victoria de Lula, al que llamó "héroe".

Entusiasta, sostuvo que Lula "merece admiración y respeto", y estimó que como presidente fortalecerá lo mejor del legado de Cardoso, al que consideró uno de los "principales estadistas de nuestro tiempo".

McShane podría ser un puente entre Lula y el primer ministro británico, Tony Blair, consideran aquí. Al menos en estos días de euforia, Lula ha derrotado la especulación y hasta la embajadora de Estados Unidos, Donna Hrinak, dijo que se produjo el "efecto ufa" en el mercado, algo así como que "ya está bien, ya basta", ya no se puede cambia nada.

Afirmó además que su gobierno prepara ya para mañana la comunicación de Bush para felicitar a Lula. Esto sucederá -dicen aquí- siempre que Washington entienda al fin que está tratando con un país que es la novena economía del mundo y cuya población no teme dar un giro histórico este domingo.

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