La propuesta coreográfica de Michel Descombey
se presenta hoy en Bellas Artes
Carmen 2002, versión sin melodramas
Satisfacer a quienes aman la ópera y la danza,
desafío del trabajo escenográfico
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
La
adaptación de una ópera a la danza implica escapar del melodrama,
afirma Michel Descombey respecto de la coreografía Carmen 2002,
una versión libre de la obra del francés Georges Bizet (1838-1875)
que presenta el Ballet Teatro del Espacio en la ciudad de México
después de su actuación en Guanajuato, como parte de las
actividades del Festival Internacional Cervantino.
Gladiola Orozco, quien al lado de Descombey dirige esta
coreografía en la que participan 25 bailarines, explica que llevar
una obra como Carmen a una versión dancística "conlleva
un reto importante, ya que si bien atrae más público, también
hay que satisfacer a quienes aman la ópera y a quienes aman la danza,
ya sea para aplaudirla o para que se discuta".
En Carmen 2002, que se presentó este sábado
en el Palacio de Bellas Artes, "quise acercarme más a la tragedia
griega para evitar el melodrama -agrega Descombey-, porque forzosamente
donde hay pasión, amor, muerte, celos y crimen evidentemente existe
el riesgo de caer en la telenovela". Otro aspecto importante es la relación
de la trama con la realidad en que vivimos: Carmen, por ejemplo, es líder
de las mujeres maquiladoras y junto a ellas inicia una huelga que es reprimida
por los policías.
"Hay una relación permanente con la actualidad
y la relación con el poder, que es algo muy actual, universal, y
no sólo me refiero a las maquiladoras, sino a gran parte de México.
Hacer Carmen 2002 fue un reto, porque en general la danza sublima
la realidad, propone al espectador y éste dispone, interpreta. En
un tema tan conocido como el de la ópera Carmen. En la que hay una
historia muy evidente, los amores, los crímenes, el peligro fue
que me dijeran que era muy obvio", dice el coreógrafo.
Michel Descombey, responsable también de la escenografía,
el diseño de vestuario y la escenografía, utilizó
las partituras Carmen Suite y Stalin Cocktail, del ruso Rodino
Shchedrin, para musicalizar esta coreografía. Al respecto, señala:
"La música que (Shchedrin) hizo sobre Carmen es muy interesante
y retoma la mayor parte de los temas de la música de la ópera
de Bizet, pero con una orquesta distinta y con percusiones. Esta partitura
es la que me inspiró a hacer la obra, porque no es la tradicional,
es una versión interesante y bien hecha".
En cuanto a Cocktail Stalin, compuesta como una
respuesta a la represión en la época de Stalin "la utilicé
para ilustrar la represión de la policía contra las huelguistas".
Con Carmen 2002 "queremos acercarnos a una realidad
universal, no a la de un solo país, y reflejar todos los aspectos
de la problemática existencial de cada ser humano", puntualiza Descombey
acerca de la obra que se presenta este domingo a las 17 horas en el Palacio
de Bellas Artes.