Rostros de ayer
''Vengo a acompañarlos en este momento difícil'', dijo el general de división retirado Miguel Angel Godínez Bravo al asistir al consejo de guerra contra Francisco Quirós Hermosillo y Arturo Acosta Chaparro.
Vestido de civil, el ex jefe del Estado Mayor Presidencial con José López Portillo, e incluso ex secretariable, estuvo acompañado por otros militares de su época, quienes al igual que él dejaron el uniforme de gala para otra ocasión.
Mientras, el ex secretario del Trabajo y Previsión Social, Arsenio Farell Cubillas, llegó puntual al consejo en su calidad de testigo de la fiscalía; sin embargo, en consideración a su trayectoria en la administración pública no tuvo que esperar en el recinto -al igual que cinco de los 12 testigos- ante la posibilidad de ser llamado a declarar.
Alrededor de las 11 de la mañana el ex funcionario se retiró del lugar, no sin antes afirmar que ya no recuerda lo que declaró hace un año en el contexto de este proceso.
El ex titular de la Defensa, general Antonio Riviello Bazán, no estuvo presente y, según trascendió, comparecerá después como testigo.
El testimonio de Farell y Riviello será importante para establecer hasta dónde participaron los acusados en la Coordinación de Nacional de Seguridad y saber si habrían utilizado su cargo para favorecer a Amado Carrillo.
Quien pasó casi desapercibido fue el ex comandante de la Policía Judicial Federal, Adrián Carrera Fuentes, quien tendrá que rendir su testimonio en calidad de testigo protegido. El ex policía denotaba mal estado de salud y se mantuvo alejado de las decenas de reporteros que asistieron a la audiencia.
Quienes sí aceptaron platicar con la prensa fueron las esposas de Quirós y Acosta. Dijeron que confiaban en que sus maridos saldrán libres y que los testimonios en su contra carecen de veracidad. Sin embargo, fueron muy cuidadosas, al igual que sus esposos, en no cuestionar abiertamente la labor de la fiscalía castrense y del alto mando militar.
JESUS ARANDA