Interpretación musical de la Sinfónica de Xalapa

Piezas del repertorio lareano en la rúbrica del Cervantino

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Guanajuato, Gto., 28 de octubre. Con un espectáculo ligero, alegre y dulzón, pero avalado por la reconocida calidad de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX), la noche del domingo fue clausurado en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas el Festival Internacional Cervantino.

Ejemplos clásicos tanto del son jarocho como de canciones de Agustín Lara fueron los dos grandes rubros musicales que dirigió un radiante y bailador Enrique Patrón de Rueda, al que parecen gustarle más los espacios abiertos y convocar al canto al gran público que la solemnidad de las salas de concierto.

Los miles de espectadores, en su mayoría guanajuatenses y de la región del Bajío, refrendaron su simpatía por lo veracruzano y se rindieron ante un tenor Fernando de la Mora y una cantante María del Sol que parecen ya haberse integrado al proyecto Sinfonía en dorado. Homenaje a Agustín Lara, estrenado con prisas hace un año en el teatro Clavijero del puerto jarocho.

Los švivas! a Guanajuato, a Veracruz, a Jalapa, a los músicos, a Patrón de Rueda, a De la Mora y a María del Sol fueron la constante. Incluso los chiflidos dirigidos a la cantante también alcanzaron al tenor. ''šMándame un beso, María!", también le gritaban a ella, quien cumplía de inmediato la petición.

El escenario casi se tapizó con parte de las más de 5 mil gardenias que, a la entrada, regalaban a todos y cada uno de los asistentes por cortesía de las autoridades culturales de Veracruz.

Fue, así, un concierto en el que los himnos regionales de facto convivieron en armonía, los cantos de un pueblo ''que sabe sufrir y cantar" unidos con los de otro pueblo en el que ''la vida no vale nada".

Michoacán, invitado para 2003

En la primera parte del concierto se ofreció el programa Sinfonía veracruzana, a cargo de la OSX y el grupo de son jarocho Tlen Huicani, que ha hecho del arpa su instrumento principal.

Luego del intermedio siguió el homenaje al Flaco de Oro con algunas de sus conocidísimas composiciones.

Estaban el gobernador de Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks, anfitrión de Lázaró Cárdenas Batel, mandatario de Michoacán, estado invitado para el FIC del próximo año.

A gritos, Ramiro Osorio cantaba como buscando la aceptación de una sociedad local con la que no ha terminado de ponerse de acuerdo. Por lo pronto, los fuegos pirotécnicos pusieron punto final a este capítulo, pero la historia continúa.