Autora de El instante supremo, nuevo libro en el que reúne 14 relatos

Las letras femeninas enfrentan una metamorfosis, considera Ethel Krauze

''Hay una necesidad de convertir la palabra escrita en un perímetro como la piel''

MONICA MATEOS-VEGA

Las mujeres escritoras se encuentran ''reinventando los géneros literarios. Hay una necesidad de convertir la palabra escrita en un perímetro como la piel, en un continente que nos autodefina. Por ello se están dando varios géneros literarios emergentes, nuevos, diferentes", considera Ethel Krauze (DF, 1954).

En este contexto se inscribe su libro más reciente, El instante supremo, que reúne 14 cuentos plenos de poesía y reveladores de ese mundo mágico desdeñado por el pensamiento materialista. Los relatos son ''un caudal de palabras sobre el papel que reflejan algo que venía bullendo dentro de mí desde mi libro anterior: la incorporación en mi obra de elementos fantásticos".

Invocar imaginación y razón

A partir de la escritura de El instante supremo, Ethel no duda en afirmar que cree en los milagros de la vida cotidiana. Pero no en los que algunos suponen que consisten en sacarse la lotería o ganar el Premio Nobel de Literatura. ''Creo en poder sentir en la yema de los dedos que palpita el amor por el hombre que me acompaña y que cuando lo toco reverbera ese amor".

Agrega que esta obra le hizo descubrir que ''no hago separación entre los mundos real y fantástico. Francamente ya no quiero hacer esa componenda social de separarlos. Mi propuesta será ahora aquella en la que el mundo está conformado por lo que entendemos como mundo material y por el mundo espiritual, y que ambos mundos forman uno solo.

''Descubrí que se puede perfectamente vivir con esa cosmovisión, que se vive de una manera más plena, más amplia. Eso es lo que propongo también a mis alumnos. Esto no es una corriente literaria, es una forma de vida plena en la que no se confunde una ni se vuelve loca. Con estas premisas educo también a mi hija, para que en la vida use su imaginación y su razón, no una u otra.

''Para cualquier decisión en la vida hay que usar todo lo que esté al alcance: el corazón, la mente, los ojos, los sueños, los dedos, los pies. Hay que enamorarse con todo. Esto es lo que me hizo descubrir El instante supremo: tomar la decisión abierta de que así creo que es el mundo."

En la escritura de Ethel subyace un deseo de no ceñirse a las reglas convencionales para dejar en total libertad a la creatividad y poder escribir párrafos como éste:

''Entonces pude salir. Volé con las alas bien abiertas, el pico levantado, reluciente en los espejos de mi preciosa pedrería. Descubrí quién era yo en realidad."

Búsqueda a ciegas

La narradora puntualiza que actualmente ''nos enfrentamos a una metamorfosis" de las letras femeninas. Se trata de ''un fenómeno del que debemos estar muy pendientes como lectores, porque podemos encontrar escritos de mujeres que sean entre testimonio y ensayo, o entre ensayo y crónica, o entre crónica literaria y autobiografía. Las mujeres que escriben actualmente están en la punta de lanza de lo más vivo y nuevo del fenómeno literario".

La escritora también percibe entre sus colegas jóvenes ''una necesidad ciega de rencontrar o reinventar una serie de valores y pautas más trascendentes de lo que la sociedad actual propone como forma de vida. Los jóvenes están a ciegas, porque la ciencia y la religión los han decepcionado y el arte parece un poco perdido.

''Es una búsqueda a ciegas en la que la creación literaria les sirve un poco como ese camino que se hace al andar, pues conforme se escribe quizá se está construyendo una ruta hacia una explicación, hacia nuevas cosmovisiones."