REPORTAJE /IGNORADOS
POR EL FONCA
De 567 solicitantes, sólo 83 fueron admitidos
en el SNCA
Indigna a creadores cambio de criterio para dar becas
Mario Espinosa, secretario ejecutivo del Fondo Nacional
para la Cultura y las Artes, es enfático: los estímulos otorgados
este año mediante el Sistema Nacional de Creadores de Arte "no son
becas para reconocer la trayectoria de nadie, son recursos económicos
que se le dan a personas avaladas por su experiencia para que creen en
el presente".
MONICA MATEOS-VEGA
Las protestas de diversos artistas emergieron luego de
que se dieran a conocer, el 6 de octubre, los nombres de los elegidos para
formar parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA), que en esta
ocasión permitió la participación de la primera generación
del programa (1993) y prometía otorgar hasta 140 distinciones.
Al final sólo se dieron 83, con un monto de poco
más de 17 mil pesos mensuales, de las cuales 37 se otorgaron a artistas
que ya habían disfrutado del estímulo durante seis años.
La explicación del Fondo Nacional para la Cultura
y las Artes (Fonca) ante esta situación es que se carece de los
recursos suficientes para apoyar todos los proyectos (se recibieron 567
solicitudes). La institución tiene un presupuesto asignado para
2002 de 140 millones de pesos, que se distribuyen en todos sus proyectos
(16 convocatorias).
Mario Espinosa, secretario ejecutivo del fondo, argumentó:
''Las reglas ya cambiaron. Ahora la beca se otorgará sólo
durante los próximos tres años. Y no se trata de repartirlas
entre todos los artistas del país, sino de apoyar proyectos viables
e interesantes".
Agregó que de cada 100 proyectos aspirantes en
el Fonca sólo 18 son seleccionados, ''porcentaje muy cercano al
de Canadá, donde 24 por ciento de los proyectos artísticos
que piden apoyos estatales son aceptados''.
El Fonca necesita al menos 170 millones de pesos para
llevar a cabo todas sus actividades y proyectos nuevos durante 2003, informó
Espinosa.
Ninguneo a la trayectoria
El
20 de octubre la fotógrafa Paulina Lavista, miembro de la primera
generación de becarios del SNCA, manifestó su inconformidad
por la negativa de beca a su colega Héctor García (quien
también fue becario en 1993).
''Entre los muchos excluidos en la disciplina de fotografía
en la rama de artes visuales quedó el maestro Héctor García,
quien pronto cumplirá 80 años y cuya obra de más de
50 años es un legado para la historia de la fotografía en
México", expresó la artista.
Agregó que "el jurado pasó por alto que
el estímulo, en principio, es para la obra realizada, y sobre la
respetable obra de las maestras Almeida, Andrade e Iturbide está,
sin lugar a dudas, el trabajo de Héctor García, además
de que por su edad necesita la beca. Me parece que lo mejor sería
otorgarle a Héctor García el Premio Nacional de Artes como
reconocimiento a este gran artista, pues es humillante que un maestro así
tenga que pedir una beca (bastante complicada por todo lo que solicitan)
para ser rechazado y ninguneado. ¿Qué nos pasa?".
A su protesta se sumaron Fernando Díaz Enciso y
Jorge A. Vega Oseguera en misivas enviadas a El Correo Ilustrado de La
Jornada.
Hasta el año pasado la convocatoria para ingresar
al SNCA explicaba que eran dos los fundamentos del programa: ''otorgar
estímulos económicos que propicien al artista mejores condiciones
para la creación'' y ''contribuir al reconocimiento de los artistas
que han realizado contribuciones significativas a la cultura mexicana".
Actualmente, aunque la redacción de este apartado
ha cambiado un poco, los objetivos siguen siendo, por igual, los dos mencionados
.
''¿Cuáles son los criterios?''
El 11 de octubre de 2001 la compositora Mariana Villanueva
envió a la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes, Sari Bermúdez, una carta para manifestarle su inconformidad
acerca de la decisión de los jurados del SNCA en el área
de composición musical: ''Esta es la tercera vez que solicito este
ingreso, ya habiendo sido apoyada con becas como la del Fideicomiso México/USA,
mejor conocida como Rockefeller, y la John Simon Guggenheim Memorial Foundation,
la cual se otorga sólo a artistas que tengan una obra de probada
calidad. Muy pocos son los compositores mexicanos que la han obtenido,
entre ellos, Manuel Enríquez y Mario Lavista''.
Por cuarta ocasión, Mariana no obtuvo la beca del
SNCA este año. Su proyecto de trabajo consistía en escribir
un concierto para viola y orquesta en colaboración con el violinista
mexicano Omar Hernández, quien está acabando un doctorado
en Indiana, Estados Unidos. También realizaría una pieza
para viola y ''piano Julián Carrillo'', un trío en colaboración
con Horacio Franco (flauta de pico), Víctor Flores (contrabajo)
y José Suárez (clavecín). Finalmente realizaría
un ciclo de canciones sobre textos del poeta chiapaneco Efraín Bartolomé.
Los creadores del área de música, junto
con los de danza, son los que menos becas reciben cada año; ahora
sólo hubo seis por cada rubro.
Villanueva señala: "No somos tan poquitos. En el
año 2000 la lista de beneficiarios en el ámbito de artes
plásticas ascendía a 129, mientras en el de composición
musical apenas se llegaba a 29. Muchos esperábamos ingresar ahora,
ya que esperábamos se dieran 14 becas, como sucedió en 1993.
Pero se redujo la cantidad a la mitad. No se puede argumentar que no hay
compositores o que somos muy pocos. Aquí hay una que lleva cuatro
años pidiendo esta beca. Tampoco se puede argumentar que los postulantes
no alcanzaron el nivel requerido. Si es la calidad de la obra y la trayectoria
lo que da el acceso al sistema, me pregunto: ¿no es suficiente mérito
haber sido la primera compositora mexicana en obtener la beca Guggenheim
a los 35 años?; beca que ninguno de los actuales jurados ha obtenido''.
La comisión de selección de compositores
estuvo integrada en 2002 por Federico Ibarra, Juan Trigos y Ana Lara. Esta
última explicó que tuvieron que sortear varios problemas
para tomar su decisión, pues ''hubo un recorte pavoroso de los apoyos
económicos, lo cual hizo más difícil la selección;
mucha gente valiosa quedó fuera, son nuestros colegas, y lamento
haber estado ahí, pues cualquier decisión era la equivocada''.
Respecto de sus criterios de selección, Lara dijo:
''buscamos la calidad, pero también pensábamos que no podíamos
dar las seis becas a personas que ya la habían tenido o a los jóvenes
que no tienen la misma trayectoria. En ambos sentidos es un concurso injusto.
Por eso decidimos que tres becas serían para los que ya la habían
tenido y tres para gente nueva, sabiendo que cometíamos una injusticia,
porque recibimos 32 proyectos muy buenos. No es justo estar analizando
a gente con mucha trayectoria, pues muchas veces los proyectos no estaban
bien respaldados, porque no mandaron la documentación que la convocatoria
pedía, y se nos exigió respetar los requisitos.
''Hay gente joven que me quedé con ganas de apoyar,
pero su proyecto no tenía suficiente respaldo documental para que
uno pudiera luchar más por ellos. El mayor problema es que ahora
piensan que no reconocemos su trabajo, pero reitero que fue una cuestión
de falta de espacio. Fue muy difícil la reunión en la que
tuvimos que decidir. A los tres jurados nos quedó una sensación
desagradable.
''Creo que el Sistema Nacional de Creadores se ha hecho
unas bolas terroríficas y ya perdió el sentido con el que
fue creado. Tendría que terminar. Sería más confiable
una rifa. Espero que la comunidad artística proponga otra opción
y que nos escuchen".
Indignación en artes plásticas
En el área de artes visuales se otorgaron 31 estímulos;
sólo nueve participantes lo habían tenido en 1993.
Al respecto, el pintor Tomás Parra, quien no fue
seleccionado en esta versión y es miembro de la primera generación
del SNCA, opina que el resultado del concurso de este año ''ha indignado
a muchos que esperaban poder obtenerla nuevamente. Se esperaba que un buen
número de artistas, después de tres años de no tenerla,
podían volver a concursar valiéndose de su trayectoria, en
muchos casos de más de 30 años. Una beca es una ayuda económica
para contribuir a su particular forma creativa; es reconfortante, y contribuye
incluso a no cobijarse con las concesiones comerciales.
''Si bien es cierto que algunos de los que la obtuvieron
se la merecen, ¿cómo se puede calificar esta omisión?
¿Se le puede llamar despojo, inadvertencia, desprecio, ignorancia
o falta de respeto a toda una generación? La actitud vergonzosa
del jurado pone en entredicho la seriedad de una institución como
es el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. La repulsa y censura
del medio cultural es más que evidente''.
Parra mencionó entre los artistas visuales no reconocidos
este año a Héctor García, Flor Garduño, Paulina
Lavista, Arnaldo Cohen y Francisco Icaza, entre otros.
Mario Espinosa dijo que las becas del SNCA ''no son para
tenerlas una sola vez en la vida y retirarse. No se pensaron así.
Son para apoyar proyectos específicos. No se basan en una idea distributiva.
Además, debido a la reforma de las reglas este año, el consejo
directivo, conformado por 14 creadores eméritos, ya no es el que
elige a los becarios, cedió su decisión a las comisiones
de selección, integradas por un emérito y dos artísticos,
para que así exista la pluralidad, el punto de vista de varias generaciones.
Si se piensa que estas becas son un premio siempre se podrá cuestionar
la decisión de los jurados, pero, reitero, no son premios".
Como sacarse la lotería
Guillermo
Arriaga, miembro del comité de selección de coreografía,
apuntó que todos los postulantes en su rubro merecían el
estímulo, "pero no hay recursos para apoyar a todos. Los jurados
cumplimos las reglas de seleccionar sólo a seis (cuatro ya habían
tenido la beca). A los que quedaron fuera les diría que vuelvan
a ingresar su solicitud el próximo año, que le hagan como
yo, que desde 1993 estuve concursando por el Premio Nacional de Artes,
y me lo dieron hasta 1999, como sacarme la lotería".
El crítico de cine Carlos Bonfil, participó
en el comité de selección de medios audiovisuales, consideró
que quienes no fueron admitidos pueden confiar en que la selección
de ganadores "fue muy acordada, muy discutida, porque hubo un número
muy limitado de becas. Tuvimos 40 postulantes y 10 estímulos (de
los cuales sólo dos habían tenido la beca con anterioridad),
por eso fuimos un poco más estrictos y todos lo lamentamos. Nuestro
criterio fue ver en cada trabajo, sobre todo, la congruencia entre lo que
se proponía el primer año y los siguientes. La elección
tuvo que ver mucho con la credibilidad de cada proyecto. La mayoría
de los trabajos que recibimos es muy meritorio, pero al final lo que se
estimuló son trabajos muy bien fundamentados, muy concretos, trayectorias
irreprochables. También hubo un criterio de representatividad para
estimular géneros como el documental o la animación".
En el área de letras, el poeta Hugo Gutiérrez
Vega explicó que recibieron 150 solicitudes, de las cuales tuvieron
que seleccionar 21. "El criterio fundamental fue el análisis de
los programas de trabajo, que fueran viables, no fantasiosos, honestos,
exactos en sus fechas y metas. Después se tomó en cuenta
el currículo del candidato. Los elegidos son escritores en plena
actividad, maduros, con una obra conocida. La recomendación para
los que no fueron aceptados es que vuelvan a presentar su solicitud el
próximo año, pero que revisen su expediente. Como jurado
me gustaría apoyar a nuevos escritores, a los de provincia". En
esta área, 13 escritores ya habían recibido el estímulo
en 1993.
En teatro, de los 10 elegidos, seis pertenecen a la primera
generación del Sistema Nacional de Creadores Artísticos.
David Olguín, de la comisión de selección de creadores
teatrales, explicó que en la evaluación contó mucho
la trayectoria de los candidatos, ''pero fuimos tres jurados y de pronto,
dependiendo del perfil de cada quien, se dio énfasis a los proyectos.
Hubo una tremenda discusión para elegir a los becarios, algunos
indiscutiblemente la vuelven a tener. Recibimos alrededor de 60 propuestas,
pero el resultado operó democráticamente. Hubo gente que
yo no quería que se quedó, y candidatos que apoyé
que no fueron elegidos. Pero tengo que asumir la elección de un
jurado. Al SNCA le convendría contemplar proyectos solidos y evaluarlos
a futuro, es decir, a la larga debería importar más la consistencia
de los proyectos y sus resultados. Además, el sistema no debería
cerrarse a un determinado número de años para que una comisión
cuestionara y supervisara más cada proyecto".
A partir del 1o. de enero de 2003, el SNCA contará
con 340 participantes.