Se tensaron las relaciones hace 5 años por una disputa sobre derechos humanos
Descongela Canadá vínculos con Cuba; arriban a la isla enviados del gobierno
La nación caribeña representa para Ottawa el cuarto mercado en América Latina
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
LA HABANA, 3 DE NOVIEMBRE. Con la visita de un alto funcionario de la cancillería y el envío de una misión comercial, Canadá anunció este fin de semana el descongelamiento de sus relaciones con Cuba, que empezaron a declinar hace cinco años a causa de una disputa sobre derechos humanos.
El secretario de Estado para América Latina, Africa y la Francofonía (vicecanciller), Denis Paradis, llegó el sábado a la isla en la primera visita oficial de un alto funcionario del gobierno de Ottawa, desde la que realizó el canciller Lloyd Axworthy en enero de 1999.
Paradis tiene previsto reunirse con el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, y visitar el pabellón canadiense en la 20 Feria Internacional de La Habana, la principal lonja comercial del país, que se inauguró hoy.
En los dos años recientes Canadá había quedado sin pabellón propio en la feria, una reunión anual de negocios que los cubanos consideran emblemática del esfuerzo de la isla para comerciar con el exterior a pesar del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.
La participación canadiense en la muestra "contribuirá grandemente a agilizar las relaciones entre los dos países", dijo Paradis a la prensa, en el aeropuerto internacional José Martí. "El principal objetivo de mi visita es mostrar la amistad que existe entre el pueblo canadiense y el cubano".
Parlamentarios, hombres de negocios y misiones oficiales de las provincias de Quebec y Manitoba se unirán a Paradis, para asistir a la feria, donde se muestran productos de unas 70 empresas canadienses. El vicecanciller permanecerá en Cuba hasta el próximo miércoles.
Con más de cincuenta compañías mixtas, inversión en níquel, petróleo, turismo y telecomunicaciones, entre otros sectores, y un fluido diálogo político, Canadá se convirtió en el principal interlocutor de Cuba a finales de la década pasada.
La reconocida discrepancia de ambos gobiernos sobre cómo enfocar los derechos humanos se había procesado con la fórmula salomónica de celebrar regularmente talleres de trabajo entre funcionarios de las cancillerías y otros ministerios.
Pero el diálogo se tensó en 1997, cuando fueron encarcelados aquí cuatro activistas opositores que difundieron un manifiesto discrepante de la convocatoria al quinto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Gestiones personales de Chrètien ante el presidente Fidel Castro, en favor de los disidentes, resultaron infructuosas. Las visitas oficiales y los contactos de alto nivel fueron decayendo, aunque se mantuvieron las operaciones de negocios.
Los cuatro (Félix Bonné, René Gómez Manzano, Vladimiro Roca y Martha Beatriz Roque) ya fueron liberados, al cumplir sus sentencias.
El congelamiento de relaciones era interpretado por la diplomacia canadiense como un fuerte mensaje de disgusto, pero no como una medida permanente. La réplica cubana llegó al extremo de hacer escarnio público de Chrètien, el año anterior, al exhibir un monigote con la efigie del premier canadiense, en repudio al voto canadiense contrario a La Habana, en la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) de las Naciones Unidas.
Canadá ha mantenido una posición independiente frente a Cuba. Nunca rompió relaciones con la isla tras el triunfo de la revolución de 1959, en la línea de aprovechar con amplitud el mercado que representa la isla, en desafío a la política de hostilidad estadunidense; sin embargo, el de Ottawa es uno de los gobiernos que vota sistemáticamente en la CIDH por condenar la observancia de los derechos humanos en la isla, en coincidencia con Washington.
Después de Venezuela, España y China, Canadá es el cuarto socio comercial de Cuba, con un volumen de negocios de 590 millones de dólares el año pasado. Para Canadá, Cuba representa su cuarto mercado en América Latina, después de México, Brasil y Venezuela.