Unos 50 mil maestros elegirán a su directiva
por voto universal, directo y secreto
Mañana, Michoacán se convertirá
en laboratorio electoral del SNTE
El proceso está puesto en tela de juicio por
la CNTE; conflictos e incertidumbre, el panorama
CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA
Morelia, Mich., 4 de noviembre. Michoacán
de nuevo es campo de batalla electoral. Las televisoras repiten spots
de un futbolista del club Monarcas y de un empresario invitando a 50 mil
maestros a que acudan a las urnas. ''Compañero, tú eliges
quién te dirige'', es uno de los eslogans.
Laboratorio electoral del Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE), ésta será la primera entidad
donde el magisterio elegirá este miércoles a su directiva
mediante voto universal, directo y secreto. Sin embargo, el proceso está
puesto en tela de juicio, al margen de los estatutos y calificado como
una maniobra de los institucionales para golpear a un bastión de
la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE).
Los comicios, que servirán para renovar la directiva
de la sección 18 del SNTE, son inéditos en la historia del
gremio y pueden ser carta de naturalización de un método
que es visto como de avanzada, pero que aquí está generando
conflictos y un panorama de incertidumbre.
Apenas fue publicada la convocatoria electoral, el movimiento
magisterial democrático -que lleva aquí siete años
en el poder- se negó a participar y la semana pasada eligió
a su propios dirigentes seccionales, con la amenaza de quemar las urnas
el próximo día 6.
Juan Pérez Medina, uno de sus dirigentes, advirtió
que no iban a permitir que la lideresa moral del gremio, Elba Esther Gordillo,
incorporara en la sección 18 grupos que carecen de representatividad
en el estado, y tampoco le iban a hacer el juego para darle ''fachada de
democrático'' al sindicato magisterial.
Lo cierto es que esta situación también
puso en jaque a la propia disidencia magisterial que desde su surgimiento
como CNTE, en 1979, ha sostenido como bandera de lucha la democratización
del gremio y la elección de sus dirigentes mediante votaciones abiertas.
Por eso la jornada electoral es vista aquí también como un
referéndum al movimiento democrático.
En el plano político, el desacuerdo en las filas
del SNTE además puso contra la pared al gobierno de Michoacán
y al PRD local, que en principio apoyaron el método de elección,
pero que pronto se toparon con la oposición del magisterio que milita
en las filas perredistas. Ahora, el secretario de Gobierno es acusado de
violar la autonomía sindical y de estar apoyando a Heriberto Macías,
uno de los candidatos que proviene de las filas del sol azteca.
El ingrediente adicional es que, a unos meses de las elecciones
de 2003, el factor magisterial está pesando en la política
interna. ''Hay un reacomodo en el PRD y va a haber más'', adelantó
el diputado Raúl Morón, ex secretario general de la sección
18 y uno de los líderes del grupo que se opone al proceso electoral.
Una historia de enfrentamientos
La
historia de confrontación entre el magisterio michoacano y el sector
institucional del SNTE no es reciente. Comenzó en 1989, cuando los
disidentes derribaron al institucional Carlos Acosta Mora y nombraron un
comité alterno con el maestro Delfino Paredes al frente.
Los choques continuaron hasta que en 1995 Raúl
Morón, del grupo democrático, quedó como secretario
general en un comité integrado por disidentes e institucionales.
En 1998, le pasó la estafeta a Juan Pérez Medina, también
del movimiento democrático, pero en noviembre de 2000 fue desconocido
por el SNTE, ante su negativa de adelantar el congreso de renovación
de la dirigencia en el estado y de incorporar a los ''disidentes de los
disidentes''.
El 12 de diciembre estalló la crisis. Por la tarde,
un grupo de michoacanos abrió un boquete en un muro de la sede nacional
del SNTE y tomó el edificio sindical, aprovechando que la cúpula
estaba en Chihuahua, cuando Rafael Ochoa fue nombrado secretario general
en sustitución de Tomás Vázquez Vigil.
Desde Chihuahua, Elba Esther Gordillo culpó a Pérez
Medina y a Morón de mantener posturas del ''todo o nada'' y de no
permitir la participación de otras expresiones en Michoacán.
Luego de 12 días en posesión del edificio, lo abandonaron
con el acuerdo de instalar una comisión ejecutiva presidida por
Pérez Medina, la que se encargaría de organizar el congreso.
Roban banderas a la disidencia
La promesa del SNTE no se cumplió y comenzó
un prolongado impasse, lo que no impidió que Pérez
Medina siguiera teniendo la representación frente al gobierno saliente
de Víctor Manuel Tinoco Rubí, y después el de Lázaro
Cárdenas Batel. No hubo mayores problemas hasta que, el 7 de agosto,
un día antes de la firma del Compromiso Social por la Calidad de
la Educación, en la ciudad de México, el Consejo Nacional
del SNTE revivió el tema.
Acordó que el problema en Michoacán quedaría
resuelto mediante un proceso electoral, decisión que de inmediato
fue impugnada por el movimiento democrático ante la Junta Local
de Conciliación y Arbitraje.
Lo tildaron de ilegal, porque el artículo 268 de
los estatutos sindicales refiere que el método de elección
debe hacerse en asamblea plenaria, por voto secreto y directo de los delegados
efectivos.
Pérez descalificó los comicios y advirtió
que no podían confiar en un proceso organizado por priístas
''expertos en hacer fraude y que se valen de padrones electorales rasurados,
el voto del miedo, la compra de conciencia y el robo de urnas''.
El golpe ya estaba dado. El SNTE le había robado
una bandera a la disidencia y de inmediato puso en marcha la maquinaria
electoral. Invitó al futbolista del equipo Monarcas, Ismael Iñiguez,
y al presidente de la Coparmex en Morelia, César Nava, a grabar
spots en televisión invitando a los maestros a sumarse a
las elecciones.
Producto de ello se integraron cuatro planillas, encabezadas
por Heriberto Macías y Juan Manuel Macedo (ex integrantes del movimiento
democrático), así como por Aurelio Chávez y José
Villagómez, abiertamente institucionales.
Al principio, la administración de Cárdenas
Batel vio con buenos ojos el proceso. El gobernador reconoció que
meses antes se había reunido con Gordillo, pero aclaró que
no fue para decidir el método de elección, sino para tender
puentes entre los maestros y la directiva del SNTE.
Y es que, a decir de Cárdenas, estas pugnas han
generado problemas a la entidad. En entrevista reconoció que el
factor magisterial ha incidido ''de alguna manera'' en los bajos niveles
escolares (Michoacán es el estado 28 en aprovechamiento escolar).
Y por eso consideró que era ''deseable que el estado contara con
una dirigencia sindical fuerte, independiente, libre, reconocida por la
dirigencia nacional''.
Como integrante del PRD, Cárdenas Batel también
argumentó que no podía ir en contra del proceso electoral,
aunque reconoció que había dudas en torno a su legalidad.
Los disidentes criticaron la actitud del gobierno y acusaron a Leonel Godoy,
el secretario de Gobierno, de estar financiando a uno de los candidatos.
No fue el primer momento de desencuentro. Aliados en la
campaña de 2001, los maestros después criticaron el hecho
de que Cárdenas hubiera integrado a su gabinete a priístas
de viejo cuño, como Genovevo Figueroa, y luego exigieron que Juan
Pérez o Raúl Morón ocuparan la Secretaría de
Educación Pública.
Cárdenas Batel no cedió a las exigencias.
Nombró como secretario de Educación a Egberto Bedolla, un
académico, argumentando que necesitaba un funcionario que estuviera
al margen de las pugnas intersindicales, por lo que los disensos continuaron
tanto en la arena sindical como en la partidista.
Lo peor estaba por venir. El martes 17 de septiembre,
un grupo de maestros disidentes se metió por la fuerza a una televisora
local y sacó a dos enviados del SNTE, San Juan Cerda Franco y Lucino
Soriano, quienes fueron paseados por las calles de Morelia semidesnudos
y luego les arrojaron huevos y les cortaron el pelo.
Al día siguiente, diversos sectores manifestaron
su repudio, entre ellos el PRD y el gobierno local; este último
publicó un desplegado de condena e hizo un llamado a los profesores
a dirimir sus diferencias dentro de la ley y mediante el diálogo
civilizado.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
y la televisora presentaron una denuncia, por lo que ocho maestros fueron
encarcelados; diez días después, salieron libres bajo fianza.
Este fue otro motivo de aparente distanciamiento entre disidentes y gobierno.
Envalentonados, los democráticos hicieron su propio
congreso los días 27 y 28 de octubre, y como una demostración
de fuerza llenaron el estadioVenustiano Carranza. El gobierno volvió
a quedar en medio de las pugnas y recibió a los disidentes que se
declararon triunfadores, pero un día después se reunió
con los candidatos oficiales para garantizar que habrá seguridad
en la jornada del 6 de noviembre, lo que a estas alturas parece incierto