Caos en Caracas por confrontación entre
policías y simpatizantes del mandatario
Opositores venezolanos piden referendo para decidir
si Chávez deja el poder
Tras una marcha por la capital, entregan un millón
de firmas, requisito para la consulta
REUTERS, AFP Y DPA
Caracas,
4 de noviembre. Miles de opositores al presidente venezolano, Hugo
Chávez, que volvieron a marchar este lunes en Caracas, entregaron
más de un millón de firmas al Consejo Nacional Electoral
(CNE) para pedir un referendo consultivo sobre la permanencia en el poder
del mandatario.
La manifestación, sin embargo, se tornó
violenta cuando la militarizada Guardia Nacional dispersó con gases
lacrimógenos y disparos de perdigones a centenares de simpatizantes
de Chávez, que se congregaron en torno a la céntrica Plaza
Caracas, donde está la sede del CNE, con la finalidad de protestar
contra la entrega de las firmas recogidas por la oposición.
Los chavistas devolvieron la agresión lanzando
piedras, palos y botellas, mientras levantaban las alcantarillas metálicas
de las calles para evitar que el camión donde iban las firmas llegara
a su destino, con lo cual el caos se apoderó del centro de Caracas.
El presidente del CNE, Roberto Ruiz, informó que
hay un plazo de 30 días a partir de hoy para verificar las firmas,
principal requisito para la convocatoria a referendo, y otros 60 días
más para efectuarlo. "A partir de hoy tenemos 90 días para
realizarlo", expresó.
En cuanto a la pregunta presentada para el referendo,
"¿está usted de acuerdo con solicitarle al presidente Hugo
Chávez que renuncie voluntariamente a su cargo?", Ruiz dijo que
será estudiada por la consultoría jurídica del CNE.
La marcha opositora fue encabezada por el partido derechista
Primero Justicia y su alcalde Leopoldo López, del exclusivo distrito
Chacao, este de Caracas, bastión opositor. López entregó
varias de las cajas conteniendo las planillas de las firmas.
También participó en la movilización
el gobernador democristiano Enrique Mendoza, del estado Miranda, quien
se perfila como probable candidato presidencial. Pero la llegada de los
opositores sólo fue posible luego de que, pasado el mediodía,
la Guardia Nacional dispersó a los chavistas, varios con los rostros
encapuchados.
El presidente del CNE condenó la violencia, que
atribuyó, según la prensa, a los simpatizantes de Chávez,
comandados por la militante Lina Ron, figura de los Círculos Bolivarianos.
El alcalde metropolitano de Caracas, Alfredo Peña, informó
que los disturbios dejaron nueve heridos, cuatro de ellos de bala.
El vicepresidente, José Vicente Rangel, por su
lado, expresó su satisfacción porque, salvo algunos "hechos
aislados", la marcha concluyó pacíficamente al "imponerse
la cordura", y se evitó que los miles de opositores chocaran con
seguidores del mandatario.
De manera previa, el diputado oficialista William Lara
había tratado en vano de disuadir a los chavistas de que se manifestaran.
La marcha se efectuó horas antes de que arribara
a Caracas el secretario general de la Organización de Estados Americanos,
César Gaviria, en su cuarta visita a Venezuela desde el efímero
golpe de Estado del 12 de abril, con la intención de instalar esta
semana una mesa de diálogo que integre el gobierno y a la Coordinadora
Democrática (CD), que agrupa a los partidos políticos y grupos
civiles adversos al mandatario.
Tras su arribo, Gaviria aseguró que tanto el gobierno
de Chávez como la oposición aprueban una salida a la crisis.
"La mayoría de los venezolanos vería con buenos ojos un acuerdo
para resolver las diferencias que hay en la sociedad venezolana por la
vía electoral, y ambas partes tienen conciencia de que ese camino
en el apropiado", indicó.
En tanto, el ejército ordenó anoche la presentación
de todos los militares ausentes a sus comandos, y les advirtió que
de no hacerlo podrán ser sometidos a Corte Marcial por deserción,
informó la prensa.
El inspector general del ejército, general Melvin
López, hizo circular una resolución en la que precisa que
los militares que falten a sus puestos durante seis días seguidos
recibirán sanciones de prisión, se les suspenderán
sus sueldos y serán expulsados de la fuerza armada.