Deben anularse leyes que amparan la impunidad de criminales de la dictadura, dice
Argentina: la opositora Elisa Carrió lanza su candidatura a la presidencia
Propone un plan de combate a la pobreza, generación de empleo e integración de AL
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 9 de noviembre. En el tradicional teatro Coliseo de esta capital, mientras ondeaban banderas y pancartas que reflejaban la presencia de delegados de distintas provincias, la diputada Elisa Carrió lanzó hoy su candidatura presidencial por el partido Alternativa para una República de Iguales (ARI) y adelantó su programa de lucha contra la pobreza, en favor de una mejor distribución de la riqueza, de la generación de empleo, de la protección a la niñez y de la integración de América Latina, como medidas que "son la revolución de las pequeñas cosas" para producir cambios de fondo en el país.
Asimismo, mencionó la necesidad de Argentina de unirse con otros países de la zona para defender sus intereses regionales y de derechos humanos, en una propuesta basada, entre otros temas, en la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que ampararon la impunidad de los criminales de la dictadura militar.
"Se siente, se siente, Lilita presidente", coreaban los entusiastas mientras la delegación de Entre Ríos, que trajo su banda popular, tocaba los acordes de la canción Acuarelas de Brasil. Y para que nadie dude de lo que ha despertado el reciente triunfo de Luiz Inacio Lula da Silva del Partido de los Trabajadores en Brasil, algunos se atrevieron a cantar: "Se siente, se siente, Lilita-Lulita presidente".
Carrió volvió así a la escena política rodeada por miles de seguidores que demostraban su alivio por ese retorno, pues la diputada se alejó hace meses, cuando encabezaba las encuestas para compartir una propuesta distinta con el diputado Luis Zamora, de Autodeterminación y Libertad, y Víctor de Genaro, de la Central de Trabajadores Argentinos.
Esta propuesta no arrastró demasiado a los sectores sociales, pero en cambio había dejado sin alternativa a quienes pretenden luchar por la vía electoral, "ya sea para intentar disputar poder a las derechas y las mafias", o para "continuar creciendo hacia el futuro cercano".
La legisladora estuvo rodeada por diputados y personalidades del ARI y de otros movimientos. No obstante, fue notable la ausencia de los socialistas democráticos, aliados ahora con los populares. Una rencilla interna menor los llevó a no asistir al acto, dando una nueva imagen de rompimientos que fue criticada por muchos de los asistentes.
"Para que este país sea digno es necesario que no haya más pobres", expresó Carrió en una parte de su discurso, que fue interrumpido de manera reiterada por aplausos y bombos. "Regresó Lilita y otra vez podemos enfrentar a las mafias", rezaba una inmensa pancarta.
Nuevo contrato moral
"Hay que crear las condiciones de trabajo decente con futuro. Hoy los padres y los chicos tienen miedo de no poder comer. Una política de distribución del ingreso permitirá trabajo y alimentos para todos en el país. Los niños deben jugar, no trabajar; los maestros deben enseñar y los padres y las madres deben tener con qué poner un plato de comida, y esto es la paz que hemos perdido los argentinos", agregó.
Convocó a la construcción de un "nuevo contrato moral" como punto de partida para avanzar hacia la "nueva democracia", para lograr un desarrollo "económico justo y equitativo, recuperando la solidaridad social y la esperanza".
Señaló: "para construir la paz se necesita reconocer a todos los que lucharon por la verdad y la justicia, y reconstruir un espacio público donde la mentira y el engaño sean castigados socialmente".
En este aspecto demandó la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que permitieron la impunidad para los responsables de crímenes de lesa humanidad durante la pasada dictadura militar.
En su extenso programa, Carrió trazó diversos puntos de combate a la corrupción; como reforma del Estado propuso el nombramiento de funcionarios por méritos propios, lejos de clientelismos y amiguismos, para preservar la función pública.
Destacó la recuperación nacional que se ha ido produciendo por la gran movilización social. "Eramos una especie de huérfanos porque habíamos perdido la identidad", dijo, y recordó las dificultades en los comienzos del ARI, sin recursos, sin aparatos y peleando contra todo el poder.
Ello, sostuvo, "nos llevó a pasar momentos de exilio y adversidades por defender nuestros principios. Estamos plantados en un esfuerzo común de todos nosotros. La única agua que hay que juntar son los valores, principios y afectos comunes".
Reivindicó como un modelo al Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas por los trabajadores, después de ser cerradas por sus dueños, que suman ya un centenar en todo el país.
Se ha elaborado, abundó, la propuesta de un pueblo "para refundarse como nación", y llamó a que la sociedad asuma también sus responsabilidades en los sucesos nacionales, "no para culparse, sino para liberarse", y llamó a que sean juzgados todos los genocidas, los corruptos y quienes saquearon el país.
"Hay que hacerse cargo de que muchos compramos la ficción de un dólar igual a un peso (la convertibilidad del gobierno de Carlos Menem) y no pensábamos que nuestros hijos iban a ser los nuevos exiliados", expuso, y añadió que "muchos argentinos se han convertido ahora en desaparecidos sociales".
En ese aspecto, llamó a concretar un fuerte contrato moral, y desplegó los aspectos más importantes de su programa, en el que se prevé que la Corte Suprema de Justicia, muy impopular, pueda ser cambiada mediante una reforma constitucional.
Otro punto básico de su programa es la creación de empleos estables, el desarrollo y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, así como resolver el problema de las tierras y los créditos de incentivos al trabajo y la producción. "Vamos a terminar con el miedo" de la inestabilidad laboral y producir un ingreso de ciudadanía para los niños, afirmó.
Habló fuerte y directo cuando mencionó el comportamiento "bastardo" de funcionarios argentinos en política exterior, durante las llamadas "relaciones carnales del menemismo", y propuso la integración real de América Latina, construyendo con países "como Brasil, Chile y otros un camino de dignidad".
Otro punto que llamó la atención de sus seguidores es la disposición de su partido a conocer si existen capitales ilícitos detrás de los nuevos dueños de las tierras.
"Los argentinos deben saber qué narcotraficante, qué político y qué saqueador se ha adueñado de las tierras, y si el fondo de esos dineros es ilícito y procede la confiscación pública."
Agregó que el ARI se propone ayudar a crear una nueva empresa nacional de petróleo, recordando que los recientes conflictos del mundo giran en torno a la apropiación de los recursos naturales de los países.
Así, con un discurso fuerte, Elisa Carrió volvió a instalarse en la escena política, que en la actualidad es muy complicada.