ASTILLERO
Julio Hernández López
SLP: el color del dinero
PAN: el fantasma de una unión de crédito quebrada
PRI: la pretensión de unir los poderes económico y político
ESTE DOMINGO SERA de definiciones políticas sustanciales para panistas y priístas de San Luis Potosí. Ese día, los militantes del partido blanquiazul elegirán a su candidato a gobernador con el riesgo de que quien gane pueda ser alcanzado e inhabilitado por el brazo judicial a causa de irregularidades habidas en uniones de crédito a las que servía como contador. Los priístas, a su vez, conocerán en esa misma fecha los términos de una convocatoria a comicios internos que ha provocado una grave división interna, al grado de que el propio gobernador actual, enfrentado a Roberto Madrazo, llegó a considerar seriamente la posibilidad de renunciar al PRI y promover un partido regional.
EN EL PLANO panista compiten Marcelo de los Santos Fraga, Alejandro Zapata Perogordo y Gregorio Maldonado Vázquez. El primero es presidente municipal de la capital del estado y ha sido notable Amigo de Fox, encargado, en los inicios de la campaña presidencial, de la coordinación de esos distinguidos personajes. Contador público de gran renombre, De los Santos ha puesto sus conocimientos de auditoría al servicio de los principales empresarios de la región y de gobiernos priístas tanto potosinos como foráneos, por ejemplo, el de Rogelio Montemayor, cuyos manejos financieros fueron encontrados absolutamente limpios en su momento por el despacho del contador De los Santos, aunque los partidos de oposición o las evidencias sobrevinientes mostraron desacuerdos entre las indagaciones amables y los desfalcos posteriormente conocidos. Zapata Perogordo, a su vez, fue el antecesor de De los Santos en la presidencia municipal capitalina y actualmente es subcoordinador, con licencia, de los diputados federales panistas. Abogado de profesión, ha ganado presencia en el núcleo central del panismo, a tal nivel que sus adversarios le acusan de ser el candidato impulsado desde la capital del país, donde, por ejemplo, el subsecretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar Sáenz, que era otro de los aspirantes importantes, declinó a su favor. Maldonado Vázquez, por su parte, es presidente municipal de Matehuala y su participación es entendida como me-ramente simbólica.
EN EL PRI SON varios los escenarios posibles (anoche mismo estaban reunidos en la capital potosina los principales aspirantes). De entrada, el segmento priísta alineado con el gobernador, Fernando Silva Nieto, pretendió impulsar la candidatura del empresario Miguel Fernando Valladares García. Dado que no cumple con el requisito interno de haber tenido un puesto de elección popular, se pretendía que fuese declarado candidato "de unidad" o que se planteara la posibilidad de una alianza del tricolor con partidos de poca presencia, para así eludir los condicionamientos estatutarios. La maniobra, que contó con los episodios clásicos del madruguete y la cargada, abortó debido a que el resto de los aspirantes se manifestó abiertamente en contra, especialmente Carlos Jiménez Macías, cuya oposición tuvo relevante resonancia ante el presidente nacional del PRI, Roberto Madrazo Pintado, de quien es vocero oficial y a quien sirvió aplicadamente como representante ante el comité electoral de Tabasco, y como delegado del CEN del PRI en el proceso en que aquel instaló como su sucesor a Manuel Andrade. En esa rebelión contra lo que se entendía como una estrategia del ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta para mantenerse en el poder tras las sombras, participaron también Juan Ramiro Robledo, quien ha sido diputado federal, senador y subsecretario de Gobernación, y quien podría ser el triunfador en los comicios internos (que no necesariamente en los constitucionales) si Jiménez Macías decide apoyarlo, ya sea declinando desde ahora su propia aspiración o haciéndolo más delante. Otro aspirante insurrecto ha sido Elías Dip Ramé, diputado federal que encabeza una de las agrupaciones nacionales del autotransporte federal, quien enderezó duras críticas contra el gobierno actual y contra el antecesor por el desaseo dado en esta pretensión de imponer un candidato "de unidad" a modo.
EN AMBAS ELECCIONES internas asoma el dinero como elemento pervertidor de la política. Al contador De los Santos le persigue el fantasma de su paso por la Unión de Crédito Regional, como comisario que no supo alertar adecuadamente a miles de ahorradores de los malos manejos de los directivos (y no sólo eso: recientemente quienes fueron trabajadores de esa Unión fueron notificados por la Secretaría de Hacienda de que debían recibir utilidades por 43 millones de pesos aunque el comisario De los Santos había hecho declaraciones fiscales... en ceros). Del estallido político y social que produjo la quiebra de esa institución han quedado demandas judiciales y órdenes de aprehensión. Justamente este lunes venidero (un día después de cuando De los Santos podría ser electo candidato a gobernador), en el juzgado segundo de distrito de Guanajuato se llevará a cabo una audiencia para resolver el amparo que dos ahorradores defraudados presentaron contra la oportuna cancelación de órdenes de aprehensión con que el gobierno de esa entidad obsequió al contador en problemas. Si la justicia federal considera que esa decisión de las autoridades guanajuatenses es improcedente, el PAN tendrá como candidato a gobernar San Luis Potosí a alguien que podría ser detenido en caso de pisar la tierra de su Amigo Fox.
EN EL CASO PRIISTA, la esencia del conflicto fue la pretensión de conjuntar abiertamente el poder económico y político en una de las familias más ricas de la entidad y, de paso, darle continuidad al grupo que tiene diez años en el gobierno estatal. En ese camino, irónicamente, algunos militantes del Partido de la Revolución Democrática han jugado un papel utilitario (y lo siguen jugando, pues hay quienes insisten tanto en las instancias estatales como en la na-cional en impulsar esa posibilidad). En lugar de acoger y promover, por ejemplo, la participación de un lu-chador social destacado, como Enrique González Ruiz, cuya identificación con las causas nacionales y lo-cales de la izquierda es totalmente conocida, hubo quienes estuvieron más dispuestos a prestarse a la posibilidad de que se usaran las siglas del sol azteca para una aventura empresarial y caciquil.
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