Buscan que el Estado se responsabilice de formar cristianos, dice el obispo metodista
La apertura religiosa del gobierno podría privilegiar a la Iglesia católica: Valderrama
"Es preocupante que desde oficinas públicas se fomente el culto a la Virgen de Guadalupe"
JOSE ANTONIO ROMAN
La desmedida insistencia de la Iglesia católica para que se imparta educación religiosa en las escuelas públicas refleja la pretensión de descargar en el Estado su responsabilidad de formar buenos cristianos, afirma Moisés Valderrama, obispo de la Iglesia metodista, quien advierte que la tarea del Estado es formar buenos ciudadanos, no buenos religiosos.
Preocupado por el "reposicionamiento" de la jerarquía católica en la vida política y social del país, generado en gran parte por la "apertura" que el gobierno del presidente Vicente Fox ha tenido en materia religiosa, el obispo defiende apasionadamente el carácter laico de la educación. "La instrucción religiosa es una función indiscutible de las iglesias, no de las escuelas de educación formal; para eso están las escuelas dominicales y el seno familiar.
"El Estado está llamado a formar ciudadanos con valores cívicos y sociales, nunca religiosos", indicó.
Valderrama habla con La Jornada de los "riesgos" que en lo personal observa en esta "apertura" del gobierno, del lamentable fenómeno de la intolerancia religiosa, del acceso de las iglesias a los medios de comunicación electrónicos, del comportamiento religioso del presidente Vicente Fox y de varios de sus colaboradores, del trato "justo" que las iglesias deben tener en materia fiscal, de la laicidad de la educación y también de la exigencia desmedida de la Iglesia católica para que se imparta instrucción religiosa en las escuelas públicas.
Hay que destacar que la Iglesia metodista es una de las instituciones religiosas más democráticas y abiertas, donde la propia comunidad de laicos elige a sus obispos por un periodo de cuatro años, con posibilidades de una sola relección; tras el cumplimiento de su gestión, el obispo deja su cargo y regresa a ser uno de los 780 ministros de culto que tiene esa Iglesia en todo el país.
Además, la comunidad puede elegir -y lo ha hecho ya con muy buenos resultados- como su obispo o ministro de culto a mujeres, que pueden ser solteras o casadas.
El obispo expresa que tras las reformas constitucionales en materia religiosa de hace 10 años, y ahora con el gobierno del presidente Fox, México tiene una enorme oportunidad de cambio. Sin embargo, expresa su "temor" de que estas acciones de mayor "apertura" y de mayor libertad religiosa traigan consigo algunas consecuencias negativas, donde se privilegie a la católica sobre el resto de las iglesias.
Es cierto, reconoce, que los líderes de las iglesias evangélicas y otras denominaciones religiosas ahora son invitados frecuentemente a diversos actos públicos, incluso con el Presidente de la República y secretarios de Estado. "Nos atienden, nos escuchan y podría decir que hasta nos apapachan", señala el obispo Valderrama, pero dice desconocer la intención real del gobierno, si estas actitudes responden a una política de Estado en materia religiosa, donde el principio es tratar igual a todas las iglesias y reconocer la pluralidad del país en la materia, o sólo es para generar confianza en este sector y que la Iglesia católica se "reposicione" paulatinamente, como lo ha hecho en los años recientes en la vida pública del país.
"Sería arriesgado pensar que este buen trato que en general hemos recibido las iglesias minoritarias sea una nueva simulación, pero tampoco hay que ser ingenuos. Hay que estar en alerta y con los ojos bien abiertos", señala el prelado, quien muestra su preocupación por el comportamiento que han tenido algunos funcionarios públicos en el terreno religioso.
Sin citar nunca el nombre de Carlos Abascal Carranza ni a la Secretaría de Trabajo, el obispo metodista afirma que es preocupante que desde las oficinas públicas se fomente el culto a la Virgen de Guadalupe, se diga que es patrona de determinado gremio o que se declare oficialmente el 12 de diciembre como día de descanso obligatorio.
Durante la entrevista reconoce la "débil línea" que marca hasta dónde llega el funcionario público y dónde empieza el individuo que profesa una fe, esto con relación al comportamiento que ha tenido Vicente Fox en varios momentos de su vida pública, tanto como gobernador de Guanajuato como candidato presidencial y ahora jefe del Ejecutivo federal, en los que ha tenido declaraciones y acciones estrechamente vinculadas con su fe católica y que han abierto una fuerte polémica en el ámbito político y social del país.
La más reciente, cuando en calidad de Presidente de todos los mexicanos, no de un creyente católico, recibió al papa Juan Pablo II en su último viaje a México. "Se necesitaría una capacidad política muy grande para hacer a un lado su fe, hacer que ésta no influyera en sus decisiones de gobierno y tratar a todas las iglesias de la misma manera, pero creo que no se tiene esa capacidad, ni el pueblo de México tiene la madurez necesaria; vamos hacia allá, pero todavía falta mucho por recorrer. Creo, finalmente, que esto es un asunto cultural, y estos fenómenos, como sabemos, llevan su tiempo", agregó.
Respecto a las amplias expectativas que el presidente Fox generó entre los líderes eclesiásticos con sus ofrecimientos de ampliar la libertad religiosa, el obispo sostuvo que algunas cosas han cambiado para bien, como el proponer que a las iglesias se les reconozca la facultad de poseer y administrar medios de comunicación electrónicos. De manera particular, señaló que la Iglesia metodista estaría interesada, junto con otras iglesias y denominaciones, el poseer conjuntamente una radiodifusora, pues por sus altísimos costos la televisión prácticamente es prohibitiva.
De hecho, añade, su Iglesia transmite en un par de estaciones radiofónicas -1440 y 620 de amplitud modulada- varios programas de contenido religioso. "La ley no contempla que debamos pedir permisos; nosotros compramos el espacio a los dueños de la estación, son programas que se transmiten a las dos de la madrugada, son estaciones pequeñas, pero muy abiertas, y tenemos cierta audiencia, por ejemplo en un lapso de media hora se reciben 60, 70 y hasta 80 llamadas".
Satisfecho por su acceso a la radio, el obispo reconoce también que hay otras estaciones que "a ningún precio nos venderían el espacio a las iglesias evangélicas. Eso, creo yo, es un asunto personal de los dueños". No obstante, está complacido de que el gobierno, por conducto de la Secretaría de Gobernación, plantee la posibilidad de que las iglesias puedan poseer medios de comunicación electrónicos.
Sobre el tema de la intolerancia religiosa señala que aun cuando se registran estos hechos lamentables en varios estados, principalmente en las regiones apartadas y donde hay una fuerte presencia indígena, la Secretaría de Gobernación ha actuado de manera eficiente, con la colaboración de los otros niveles de gobierno, pero es un "asunto cultural", donde desde diferentes espacios se debe educar e impulsar una cultura de la tolerancia y respeto a los derechos humanos.
Finalmente, en el tema fiscal, el obispo Valderrama -quien sustituyó hace unas semanas a la obispa Graciela Alvarez- sostiene que las iglesias no deben evadir su responsabilidad que también en esta materia tienen con el país al pagar sus impuestos. En el caso específico de la Iglesia metodista, apuntó que no "necesitamos de favores", sino sólo que se les trate con justicia y con reglas claras. "Entendemos que así como las empresas tienen un marco regulatorio, las iglesias también debemos tener uno, donde lo que podríamos pedir es libertad, respeto y que se nos trate como una institución no lucrativa", concluyó.