Acto fuera de programa que pretendió ser privado
Magnates desfilaron en sus lujosos bólidos
ABRIL DEL RIO
En acto fuera de programa, un grupo de empresarios a bordo de lujosos autos de colección, entre ellos Emilio Azcárraga Jean, Carlos Slim hijo, Alejandro Burillo, Jorge y Cuauhtémoc Hank Rhon, estrenaron el autódromo Hermanos Rodríguez, que este fin de semana recibirá a la Serie FedEx Cart.
Unos 18 ejemplares, los más de ellos Ferraris y Porsches de modelos recientes, llegaron a temprana hora a los pits, la mayoría en tráileres, pues se habrían dañado rodando por las inmediaciones de Iztacalco.
Custodiados por aplicados y extensos cuerpos de seguridad, los dueños de las joyas se hicieron presentes hacia las 10:30 horas para iniciar la sesión, que pretendió ser privada, pero en el escenario ya se encontraba personal de los equipos, trabajadores que se ocupan de los acabados y demás involucrados en los preparativos.
No se dieron detalles, pero trascendió que la reunión entre estos colegas empresarios fue idea de Rodrigo González, director del Corporativo Interamericano de Entretenimiento (CIE), consorcio que respalda la organización del Gran Premio de México.
En mangas de camisa, uno a uno se colocaron al mando de sus respectivos modelos, entre los que destacó el Lamborghini 2003 modelo Diablo-Murciélago V-12, con valor estimado en 280 mil dólares, que se distinguía por ser el más enano y veloz de todos, el único amarillo entre los más modernos y a la vez clásicos rojos Ferrari Monza y/o Maranello, y los plateados Porsches.
Tras una hora de vueltas alternadas con los pilotos Mario Domínguez y Michel Jourdain (padre e hijo), además de otros cuantos invitados a la sesión, los magnates bajaron de los bólidos y se marcharon. El saldo fue blanco, lo mismo que el brunch, que se quedó sin ser probado al final de los pits, aunque de éste dieron cuenta curiosos y colados, que no faltaron.