Llaman a convertir en otro Seattle a
Cancún, sede de la reunión del organismo en 2003
La OMC busca intervenir en inversión y compras
del gobierno, dice experto
GEORGINA SALDIERNA
En su próxima reunión ministerial, en Cancún,
la Organización Mundial de Comercio (OMC) buscará extender
su jurisdicción más allá de los temas meramente comerciales,
para abarcar aspectos como la inversión y las compras gubernamentales,
señaló Walden Bello, del Movimiento Contra la Globalización.
Por su parte, Lory Wallach, directora del Observatorio
Global de Comercio, destacó que en Cancún habrá una
nueva confrontación entre viejos enemigos: los promotores del comercio
y la globalización neoliberal y las organizaciones opositoras.
Los dos dirigentes de organizaciones sociales participaron
en el foro México después del 2 de julio y el mundo actual,
con el tema Movimiento Internacional Contra la Globalización Neoliberal,
en el que también estuvo presente Rafael Alegría, de la organización
Vía Campesina, quien advirtió que México se podría
convertir en una gran bodega de productos agrícolas estadunidenses,
una vez que en enero próximo entre en vigor la nueva etapa de Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que establece reducir
aranceles en ese sector.
Durante el acto, organizado por Casa Lamm y La Jornada,
el moderador de la mesa, Peter Rosset, destacó que durante el encuentro
de Cancún, a mediados de 2003, habrá manifestaciones de organizaciones
opositoras a la globalización neoliberal. Así, planteó,
dos trenes van a chocar y en ese encontronazo hay dos opciones: descarrilamos
a la OMC o nos atropellan.
Walden Bello, uno de los principales pensadores del movimiento
internacional antiglobalización capitalista, explicó que
la OMC es un tren fuera de control que avanza sobre muchos terrenos.
En este contexto, la significación de la reunión
de Cancún es que el organismo buscará abarcar temas como
inversión y compras gubernamentales. Su ambición también
es lanzar una nueva ronda de negociación parecida a la de Uruguay,
que tuvo lugar de 1986 a 1994.
De origen filipino, manifestó que los temas que
ahora pretende abarcar la OMC están vinculados al TLCAN y al Area
de Libre Comercio para las Américas (ALCA). Si logra sus objetivos
y pone candados a lo acordado en ambos mecanismos, será imposible
tener una agenda nacional que permita políticas de desarrollo, advirtió.
En ese contexto, señaló que el movimiento
social antiglobalización neoliberal debe ser capaz de empujar una
campaña tridimensional, que abarque una especie de cabildeo contra
la extensión de las facultades de la OMC; que logre dividir a Estados
Unidos y a la Unión Europea, y que contemple campañas nacionales
para presionar a los gobiernos. Otro elemento importante será la
movilización en las calles: "Debemos intentar crear otro Seattle
en Cancún".
Wallach explicó que la OMC no es un acuerdo de
comercio, sino un mecanismo internacional muy amplio que abarca aspectos
económicos, políticos y sociales. Con la extensión
de su jurisdicción, lo que pretende es cerrar las manos que ya tiene
sobre el cuello de las naciones, y ponerles cemento.
También explicó que los directivos de dicha
organización decidieron realizar su encuentro en Cancún por
las condiciones geográficas de la ciudad -sólo hay dos vías
de acceso- y porque México ha sido un país que siempre acata
los acuerdos del G-7 y de diversos organismos internacionales.
Por su parte, el hondureño Rafael Alegría
se refirió a las contradicciones del comercio, al destacar que en
la reunión de la OMC en Doha los países se comprometieron
a reducir los subsidios a la agricultura, pero Estados Unidos anunció
que los va a aumentar 80 por ciento.