Responde con indicadores macroeconómicos
a demandas de que cumpla con el cambio
México, único país iberoamericano
que no se quejó en la cumbre: Fox
Desecha lista de pendientes que expuso el líder
del IMEF René Juárez apoya al Presidente
JUAN MANUEL VENEGAS Y DAVID ZUÑIGA ENVIADOS
Acapulco, Gro., 21 de noviembre. La reciente Cumbre
Iberoamericana fue "el verdadero muro de los lamentos" de los jefes de
Estado y de gobierno participantes, reveló el presidente Vicente
Fox Quesada. Cuando cada uno de ellos habló de "su realidad y su
circunstancia", añadió, quedó claro que "México
está diferenciado de lo que pasa" en esas naciones.
Por ello, convocó a "proteger lo mucho" que tiene
este país, pues "hay mucho de qué estar orgullosos y tenemos
mucho más que construir y por qué luchar". Es la hora, subrayó
Fox en la convención anual del Instituto Mexicano de Ejecutivos
de Finanzas (IMEF), de encontrar acuerdos entre todos los sectores de la
sociedad.
Fueron estas palabras una manera de respuesta del jefe
del Ejecutivo federal al presidente del IMEF, Luis Haime Levy, quien previamente
había usado el micrófono para criticar duramente la promesa
de un cambio que no termina de llegar. "Para que el cambio tenga valor,
debe traer consigo contenido. Es decir, debe ser un cambio profundo y trascendente,
no sólo de forma o de color. Es momento ya de que la retórica
se convierta en acción; es tiempo de decisiones, de soluciones decisivas,
¡no de intenciones efímeras!", indicó en el mensaje
con el que recibió a Fox en la convención de ejecutivos de
finanzas, en Acapulco.
La verdad del México de hoy
Desde el inicio puntilloso, Haime Levy señaló
que México vive momentos cruciales que exigen aprovechar la oportunidad
histórica para establecer las bases de un verdadero desarrollo sostenido
y sustentable, equitativo y congruente, y que mejore sustancialmente el
nivel de vida de la población.
"Las
viejas estructuras de gasto frente a la inversión; de corporativismo
político y sindicalismo oscuro; de objetivos de corto plazo frente
a los estratégicos; de problemas sistémicos ignorados, y
de postergación de decisiones frente al enorme riesgo de un conflicto,
constituyen una verdad del México de hoy", subrayó, para
en seguida ir directo sobre Fox: "No enfrentar la realidad y no utilizarla
como palanca para evolucionar sería negar la circunstancia y desaprovechar
la oportunidad histórica que usted alcanzó hace dos años".
Y apuntó: "Hoy, como en ningún otro momento,
las condiciones están dadas para que el cambio no se quede sólo
en invaluable alternancia, sino que trascienda hacia el fortalecimiento
político, económico y social de todos los mexicanos".
Aceptó que no es fácil modificar los sistemas
y estructuras de prácticas hegemónicas ni cambiar la compra
de voluntades por la aprobación convencida, pero demandó
"reenfocar la visión política hacia una estratégica,
de nacionalismo moderno, que no fascista, en busca de conciliación
de voluntades y solución de los problemas estructurales".
Esa es una necesidad nacional "impostergable", ya que
el neoliberalismo imperante no hace hincapié en el enfoque social
de la administración pública, en tanto que "la ortodoxia
en el seguimiento de un enfoque puramente económico nos puede llevar
a relegar nuestra responsabilidad social, rigiendo la brutalidad del mercado
globalizado".
Pasó luego a presentar la larga lista de "pendientes"
en la administración foxista, entre ellos estímulos fiscales
a nuevas inversiones en las regiones del país menos desarrolladas
y diseño de una estrategia de industrialización que permita
coordinar las políticas industrial y fiscal como soporte de la productividad
nacional.
También, dijo, falta ampliar la base contribuyente;
la consolidación de un sistema de financiamiento accesible a la
pequeña y mediana empresas; la restructuración de la economía
nacional, que permita que los ingresos de Petróleos Mexicanos sean
utilizados efectivamente para financiar el desarrollo, y en el sector social
demandó un plan de inversión estratégica para combatir
la pobreza y atender rezagos en educación y salud.
René Juárez dio la cara por Fox
Luego del mensaje del líder empresarial, tocó
el turno en el micrófono al gobernador René Juárez
Cisneros, quien salió a dar la cara por el Presidente.
Si el 4 de noviembre pasado pareció defender a
Fox de la embestida de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago),
esta vez Juárez Cisneros señaló que para llevar a
la práctica todos los planteamientos de Haime Levy se requiere confianza
y "voluntad política de todos... no sólo del Presidente de
la República".
Criticó a quienes con "una visión parcial"
pretenden achacar todos los males del país al titular del Ejecutivo
federal, "que puede tener voluntad política, decisión, compromiso
nacionalista, visión de Estado... pero si no cuenta con el concurso
que haga sinergia en los seis o siete puntos estratégicos para el
país, por parte de los actores políticos, esa voluntad política
del Presidente, por mucha que sea, será insuficiente".
Concluyó con que ya es hora de "anteponer el interés
nacional" y asumir el reto "de construir ese punto de convergencia en lo
esencial que exige el país". Y en un claro mensaje a sus correligionarios
del PRI, llamó a "no seguir en contra de todo el proyecto de nación
que plantea el Presidente, pues ¡no puede ser que esté equivocado
en todo!"
Agradecimiento presidencial
En su oportunidad, Fox optó por no entrar de lleno
al debate. Prefirió una larga explicación de lo que, a su
juicio, son los indicadores de que México va por el buen camino.
Agradeció "el plan nacional de desarrollo" que
le presentó Haime Levy y la explicación de cómo llevarlo
a la práctica, de parte del gobernador, pero insistió en
que el modelo económico que ha impuesto en México es el más
adecuado, pues mientras aquí hay estabilidad, bajos niveles de inflación,
tasas de interés competitivas e inversión, en otros países
se está optando por las vías populistas, por el endeudamiento
y por el aumento de los impuestos, "y lo único que están
haciendo es complicar más las cosas".
Recordó así la reciente Cumbre Iberoamericana
-el fin de semana pasado, en República Dominicana-, que se convirtió
en "verdadero muro de los lamentos" para los presidentes de las 22 naciones
participantes.
Pero no es el caso de México, afirmó, pues
"no hay duda de que el país está claramente diferenciado
de lo que pasa allá. No sólo diferenciado por quienes evalúan
los mercados y por quienes toman decisiones de tasas de interés
o de riesgo-país, sino diferenciado claramente de las realidades
que se están viviendo en aquellas naciones".
Mencionó los logros: no ha crecido la deuda mexicana,
y por el contrario ha disminuido; el déficit fiscal se mantendrá;
las reservas internacionales están en su nivel más alto de
la historia; en dos años se ha elevado el poder adquisitivo de los
salarios de los trabajadores en más de 6 por ciento; hay confianza
en el extranjero para invertir en México, y pese a la crisis y recesión
internacional, este año se han logrado abrir 391 mil nuevos empleos
en el territorio nacional.
Confianza en el presupuesto
En fin, que "hay mucho por qué luchar" y por qué
"sentirnos orgullosos de lo hecho en México", subrayó el
mandatario, quien también destacó la planeación del
proyecto de presupuesto para el año entrante.
"Tenemos confianza en que será aprobado por los
legisladores", expuso el jefe del Ejecutivo, pues es el plan que responde
al momento que vive el país, tanto en lo económico como en
lo social.