El paro continuará por cuarto día consecutivo, afiman opositores
Advierte Chávez de posibles retrasos en los embarques de hidrocarburos
Solicitan a Gaviria agilizar gestiones para que se dé el retorno a la negociación
REUTERS, AFP Y DPA
Caracas, 4 de diciembre. El paro general de la oposición contra el gobierno de Hugo Chávez mantuvo la presión por tercer día consecutivo, en medio de brotes de violencia, choques entre partidarios y opositores del gobernante y saldo de varios heridos leves, aunado a la intevención de fuerzas de seguridad en hechos en el interior del país.
La oposición anunció que prolongará el paro por cuarto día este jueves, al tiempo que Chávez admitió probables retrasos en los embarques de combustibles, por lo cual la industria petrolera venezolana se mantenía en "alerta amarilla", pero aún garantizando sus compromisos internos e internacionales de energéticos.
En la jornada de este día, miles de opositores efectuaron una marcha desde una plazuela del barrio este caraqueño de Chuao hasta el hotel Meliá, donde entregaron una carta al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, en la que le solicitan agilizar sus gestiones para un regreso a la mesa de negociaciones.
El propósito de estos sectores es forzar una convocatoria por parte del gobierno a unas elecciones que "satisfagan a las partes" para encontrar una salida a la crisis, según el presidente de la empresarial Fedecámaras, Carlos Fernández, uno de los grupos impulsores de la huelga junto con la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y los partidos opositores.
Aunque agencias de prensa internacionales destacaron que la huelga sigue perdiendo adeptos en las calles, al observarse muchos comercios abiertos, sobre todo en el centro de Caracas, donde se labora en forma normal, la CTV afirmó que la medida de fuerza supera 70 por ciento y que el sector petrolero en particular está paralizado entre 80 y 85 por ciento.
A pesar de que ninguna de las partes cede, Gaviria ha sostenido intensas negociaciones tanto con el oficialismo como con los opositores congregados en la Coordinadora Democrática, sin resultados positivos hasta el momento.
Mientras Estados Unidos y los países latinoamericanos han coincidido en su pleno respaldo a Gaviria para que encuentre una salida pacífica a la crisis, este día el papa Juan Pablo II se sumó a ese propósito al hacer un llamado a "todos los venezolanos" a comprometerse "en un diálogo que beneficie al país para que pueda alcanzarse una justicia auténtica, fundada en la verdad y la solidaridad".
Aunque en la marcha de hoy no se registraron mayores incidentes, sectores del gobierno denunciaron que los manifestantes "pacíficos" de la "sociedad civil" dañaron locales comerciales que no se sumaron al paro, quemaron un camión de recolección de basura, volvieron a bloquear la autopista este de la capital del país, y "aterrorizaron" a Venezolana de Televisión.
Asimismo, denunciaron que esos grupos "pacíficos" destrozaron la fachada de la casa de un general apellidado Villegas, quemaron vivo a un conductor que no se unió al paro en Maracay, tiraron aceite y tachuelas en las autopistas, y provocaron un muerto, destrozaron la fachada de la Cuarta División de Infantería, intentaron tomar por la fuerza las instalaciones de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y amenazan públicamente de muerte a personeros del gobierno.
En varias ciudades del país grupos de manifestantres salieron a las calles para sumarse al "paro activo", mientras las fuerzas de seguridad disolvieron con perdigones y bombas lacrimógenas enfrentamientos entre chavistas y opositores en las calles de San Cristóbal, Valencia y Barquisimeto.
Otra manifestación, realizada frente a la vivienda del comandante general de la Guardia Nacional -en el exclusivo barrio Padros del Este, en el suroriente de Caracas-, fue dispersada por soldados esta noche con gases lacrimógenos y perdigones.
Chávez suspendió por la tarde su viaje a Brasil, donde asistiría a la cumbre del Mercosur, al que fueron invitados los mandatarios de la Comunidad Andina de Naciones, y se incluyó al presidente electo brasileño Inacio Lula da Silva.
Previamente, Chávez había señalado que hay un dispositivo de seguridad y unas provisiones, por lo que no lograran parar a la empresa petrolera. Pese a admitir que los paristas están causando retrasos en los suministros, insistió en que "no van a lograr sus objetivos nefastos de desestabilizar el país y de robarle a los venezolanos la Navidad".
El presidente de PDVSA, Alí Rodríguez, explicó que la empresa está en "alerta amarilla" con el propósito de cubrir las ausencias de trabajadores que han venido ocurriendo. Negó las versiones de los gerentes de la compañía que se han plegado al paro de que habrá desabasto, al afirmar que el paro no ha repercutido en las exportaciones.
De todos modos, Rodríguez advirtió acerca de los daños que ocasionaría al país una eventual incorporación total de la compañía a la huelga general, al calificar como un "crimen" lo que ocurriría, que podría llevar a Venezuela a un "punto de no retorno".
Reportes de prensa y de los opositores señalan que hay demoras en las terminales petroleras y que un buque se sumó al paro, mientras unos 300 efectivos de la Guardia Nacional tomaron en la madrugada la refinería El Palito, la principal del país, para apoyar a trabajadores que sí querían laborar.
Se estima que la medida de fuerza ha logrado paralizar en forma parcial el comercio de Venezuela, quinto exportador mundial de petróleo, que ya comenzó a resultar afectado levemente en su vital industria de hidrocarburos.
"Anunciamos al país y al mundo que el paro continúa", dijo el líder de la CTV, Carlos Ortega, mientras César Gaviria sostenía arduas reuniones con ambos bandos enfrentados. Ortega, un líder sindicalista y político de la vieja guardia, afirmó que el paro continúa siendo "un éxito" y que se mantendrá hasta que logren sus objetivos: un referéndum que decida si Chávez debe continuar o no en el poder.