Los universitarios ganaron 2-1, pero Monarcas
avanzó con global de 5-2
Pumas no se repuso de la goliza; Morelia-Toluca, a
la final
El enrachado Adolfo Bautista volvió a anotar;
el segundo tiempo fue de agonía y sufrimiento para los auriazules
Con aplausos y goyas la afición despidió a los jugadores;
no hubo desmanes
MARLENE SANTOS A.
A Pumas no le alcanzó la victoria de 2-1 sobre
Morelia lograda ayer en el estadio de Cuidad Universitaria y quedó
eliminado a un paso de la final con global de 2-5, por lo que la disputa
por el título que Hugo Sánchez denomina Azteca será
entre Morelia y Toluca.
No obstante, en cuanto Felipe Ramos Rizo dio el silbatazo
final los auriazules fueron compensados por el gran derroche de esfuerzo,
energía y ganas, más que de talento.
La
afición se entregó en aplausos, no faltó el llanto
acompañado del estremecedor canto imitado de las barras argentinas:
"Cómo no te voy a quereeer, cómo no te voy a quereeer..."
Las playeras eran agitadas al aire y las goyas
estallaron por diversos sectores del graderío. En la cancha, los
jugadores visitantes se abrazaban felicitándose y los universitarios
estaban cabizbajos.
Esta vez no hubo desmanes, no tanto por la eficiencia
del aparatoso dispositivo de seguridad, sino porque las porras del Morelia
se abstuvieron de hacer el viaje a la capital.
Apenas unos 30 seguidores congregados, aislados, en una
cabecera, que fueron conminados "por su seguridad" a abandonar el estadio
al minuto 75.
Desde el arranque del partido Pumas se lanzó al
ataque impulsado por la necesidad tras el lapidario 0-4 recibido en el
estadio Morelos. Ganó cuatro tiros de esquina antes de que Monarcas
por fin pisara el área enemiga con un disparo de Omar Trujillo.
El asedio fue tal que el cuadro michoacano en muchos momentos
estuvo hasta con sus 11 hombres metidos en su cancha en labores defensivas.
En el enésimo tiro de esquina cobrado por Leandro
Augusto el guardameta del Morelia, Moisés Muñoz, salió
nervioso, despejó con un puñetazo pero el balón le
llegó a Rodrigo Lemos que lo bombeó; el arquero se estiró,
tocó el balón pero no pudo evitar el gol.
Era el tanto de la esperanza al minuto 30, el que arrancó
el fervoroso "¡Sí se puede-sí se puede!" y "Duro-duro".
Pero la alegría desbordada recibió un golpe
devastador con el tanto de Adolfo Bautista al 38. En un centro Darío
Franco estorbó al portero Esdras Rangel y en el rebote el Bofo
Bautista pudo rematar a pesar de la marca de Rodrigo Barragán y
Francisco Fonseca. El balde de agua fría enmudeció al estadio.
Pumas ganó tranquilidad al 44 con el 2-1 decretado
por Alvaro González, quien con la cabeza dio dirección al
esférico para dejarlo fuera del alcance de Moisés Muñoz.
El segundo tiempo fue de agonía y sufrimiento creciente
para los del Pedregal. El Gonzo González estrelló
un disparo en el larguero y al 58 sufrieron la expulsión de Fonseca
por segundo cartón amarillo, tras falta sobre el Bofo Bautista.
Ni con un hombre menos la UNAM cejó en su intento;
los estrategas echaron mano de sus hombres de banca.
Los relevos más significativos llegaron al minuto
70, cuando Hugo Sánchez aventó la toalla al ingresar
a su sobrino Horacio Sánchez, junto con Martín García,
en sustitución de Leandro Augusto y Gerardo Galindo; el equipo vino
a menos y al 85 ingresó al Parejita López que ya nada
pudo resolver.